La sombra de Muñoz Ledo pesa sobre la panista Laura Rojas

La sucesora de Porfirio Muñoz Ledo en la Presidencia de la Cámara de Diputados, la panista Laura Rojas Hernández, no la ve llegar. Cuando no la critican los de Morena, la tunden los legisladores de PT y PVEM. Pero lo que más llama la atención es que ni los azules salen a defender a su copartidaria.

En San Lázaro aseguran que detrás del torpedeo se encuentra una estrategia muy bien montada por Mario Delgado Carrillo, el coordinador de los diputados de Morena que pronto podría pedir licencia para buscar la dirigencia de su partido. Un día sí y al otro también surgen comentarios de que no puede con el cargo y que debería renunciar.

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Luego de haber presionado con tanto ahínco, los panistas no encuentran cómo defender a la panista de 43 años, quien a pesar de haber sido senadora y de haber hecho trayectoria política en el Estado de México, no termina de demostrar eficacia parlamentaria, aunque tampoco la tiene fácil: la sombra de Muñoz Ledo luce difícil de esquivar.

Algunos congresistas aseguran que a Laura Rojas le ha costado trabajo enderezar un discurso político interesante. Y ha fallado en la operación de temas sensibles.

Los legisladores que conviven con ella recuerdan que Muñoz Ledo la midió muy bien desde el 5 de septiembre pasado. Antes de someter al pleno su nombramiento, la diputada panista dijo que se iba a desistir de cualquier acción de inconstitucionalidad y amparos que hubiera apoyado; el experimentado político le soltó que de los 21 amparos ninguno estaba firmado por ella. ¿Cómo desistirse de un pleito del que ni siquiera estaba enterada? Este ejemplo suelen usarlo para mostrar que le falta experiencia.

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La primera aduana complicada para Laura Rojas fue la reforma educativa, donde le dieron un baño con el “fuera Laura, fuera Laura, Porfirio, Porfirio”, cuando la presidenta intentó decretar un receso y Mario Delgado no se movió de su curul; de inmediato se lanzaron los de Morena, quienes incluso le recomendaron que renunciara.

Tatiana Clouthier, una de las legisladoras más cercanas a Mario Delgado, fue de las primeras en cuestionar a Rojas. Entre los legisladores más críticos de Rojas también se encuentran los morenistas María de los Ángeles Huerta y Rubén Cayetano, así como Arturo Escobar (PVEM) y el aguerrido Gerardo Fernández Noroña (PT).

Y mientras los diputados de Mario Delgado juegan su papel, la oposición no logra arropar a quien se pretendía fuera un contrapeso del partido dominante. Ha pasado un mes desde su nombramiento y la diputada Rojas aún no ha logrado hacer sentir su peso político.