Elba Esther vuelve al juego: quiebra a dirigente para adueñarse de partido de ‘amlovers’

Aunque algunos de los dirigentes de Redes Sociales Progresistas habían participado en Nueva Alianza, Elba Esther Gordillo no figuraba en el nacimiento de la asociación civil que ahora está en vías de convertirse en partido político. Pero tres años después, la profesora hizo de las suyas y ya tiene a su yerno como dirigente de la agrupación social que más asambleas y afiliados ha conseguido hasta la fecha.

Los adversarios de Gordillo aseguran que la exlideresa del sindicato más poderoso de maestros, la SNTE, maniobró para arrebatarle la marca a un grupo de políticos y activistas que desde mediados de 2016 se propusieron crear una agrupación civil que apoyara la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador. 

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Ellos aseguran que en su momento contaron con el apoyo de Manuel Camacho Solís, el exregente de la Ciudad de México que falleciera en junio de 2015, luego de una larga trayectoria que incluye apoyo decidido al tabasqueño. El también excanciller en la era salinista formó parte de “Redes ciudadanas”, una asociación que pronto llamó la atención de AMLO por su trabajo de base en diversas comunidades. Algunos observadores de la política nacional consideran que detrás de este movimiento pueden verse las manos de Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal, quienes mantienen una alianza de cara a la sucesión presidencial de 2024.

Los antielbistas cuentan que el nombre de Redes Sociales Progresistas fue incluso idea de López Obrador, quien dio luz verde a Juan Iván Peña Neder, un exfuncionario calderonista que desde esa época y hasta hace unos días era la cara reconocible del movimiento. Fue incluso el presidente fundador.

Ahora, en la recta final del periodo para obtener el registro, los elbistas dominan los cargos estratégicos de la asociación civil. Una de las decisiones recientes fue apartar a Peña Neder de la dirigencia de la fuerza política, para colocar al yerno de la maestra, Fernando González Sánchez. En otros cargos aparecen más familiares de la profesora que cayó presa en el sexenio de Enrique Peña Nieto, y que fuera liberada un mes después de que AMLO ganara las elecciones de 2018.

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Al término de la campaña de López Obrador, Peña Neder, quien fuera asesor en la Secretaría de Gobernación calderonista, se reunió con Elba Esther para hacer una alianza con el magisterio. La intención era unir el trabajo de campo de RSP con la fuerza del magisterio, pero a Elba no le interesó en ese momento. 

Elba apostaba por los profesores para tratar de retomar el liderazgo de la SNTE, por lo que durante un tiempo se desentendió de los trabajos de Redes Sociales Progresistas. Esa tarea se la delegó a su yerno, quien fungiría como segundo de a bordo de las RSP, hasta que vino la maniobra que lo colocó como presidente del futuro partido. 

RSP comienza a trabajar en asambleas estatales para poder conformarse como partido político y juntan, hasta la fecha, más de 200 mil afiliaciones. Al mismo tiempo, Gordillo se da cuenta de que no podrá recuperar la SNTE e intenta adueñarse del partido en ciernes. 

La ruptura final entre Peña Neder y Elba Esther ocurrió hace apenas unas semanas, cuando la profesora le dijo: “Necesito que me entregues la Asociación Civil, porque yo voy a ser la que encabece el movimiento”. Le ofreció ser el secretario general del partido, debajo de su yerno, quien sería el presidente. Ella, obviamente, sería el poder tras el trono.

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Los cercanos a Neder recuerdan que Elba Esther ni siquiera está afiliada, y que la mayoría de los integrantes del futuro partido los han conseguido ellos. “Sólo el 15% de los militantes provienen del magisterio”, afirman.
 

Peña Neder se negó a entregarle la Asociación Civil a Elba Esther, lo que causó el encontronazo entre ambos personajes.

Los antielbistas denuncian que Fernando González falsificó la firma de uno de los miembros del consejo para quitarle a Neder la presidencia de RSP. Una denuncia sobre esto ya está en el INE y, ahora, el yerno de Elba Esther funge como presidente.

Mientras Elba Esther actúa a su más puro estilo, la asociación civil tiene hasta enero de 2020 para cubrir con todos los requisitos para convertirse en partido. El INE resolverá en junio del próximo año qué agrupaciones sociales consiguen competir en las elecciones de 2021.