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Guerra entre Israel y Hamás. “No nos acusen por defendernos”
“Estamos hablando de un grupo terrorista, que lo único que quiere es acabar, no nada más con los judíos, con quienes no somos como ellos”, dice Lina Holtzman, quien vivió desde México la pesadilla de no saber qué pasaba con sus familiares en Israel.
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EMEEQUIS.– Para Lina Holtzman, comunicarse con sus familiares en Israel, en las primeras horas del ataque de Hamás, fue como una pesadilla gradual. Las primeras noticias parecían hasta cierto punto habituales: alarmas, sirenas, cohetes, que regularmente son eliminados por el sistema de defensa conocido como “Cúpula de Hierro”.
“Quienes tenemos familia en Israel, quienes pasamos gran parte de nuestro tiempo en Israel, estamos, lastimosamente, acostumbrados a estar en alarma constante, pendientes de una sirena, de una señal, de un aviso en el teléfono”, dice la fundadora de revistas como Glow y Black, quien actualmente reside en la Ciudad de México.
La pesadilla fue tomando forma con los relatos entrecortados de sus familiares y con las noticias. Algo no estaba bien. “Nos fuimos a dormir, antes de prender las velas, sabíamos que que cientos y miles de cohetes habían sido lanzados desde la Franja de Gaza hasta Israel, hacia el sur de Israel, porque tengo una prima que vive ahí, que es la la zona primeramente secuestrada, vandalizada por Hamás”.
Sus familiares vivieron el paroxismo del miedo, corriendo entre búnkers, porque tenían de 10 a 15 segundos para llegar de un lugar seguro al otro con cada alarma. Lina Holtzman Warszawski, “orgullosamente judía”, pero que ama México, donde nació, “porque me permite mezclar la cultura tan rica de este país con mis tradiciones milenarias”, señala que en Israel todos están acostumbrados a este tipo de alarmas, desde ancianos hasta niños pequeños.
Poco a poco se fue enterando de la pesadilla.
“ESTO ES UN ÉXODO”
Dice que su prima, de nombre Janette, “tuvo la gran fortuna de encerrarse en el búnker y desde el búnker escuchaba las masacres, los gritos los llantos… y escuchaba las maldiciones de los terroristas de Hamás, que ya estaban allá”.
Fue de las afortunadas que pudo salir del caos y destrucción que engullían el sur de Israel. Grupos de personas salían en autobuses de la zona de peligro. “Es un éxodo, este es un éxodo –le decía su prima, usando el símil bíblico–. Estamos cruzando de una parte del desierto a otro para salvarnos y que el enemigo no nos masacre”.
Lina comenta que, por el tamaño de la población de Israel, de apenas 9 millones de personas, casi todos conocen a alguien que fue afectado por el ataque de una forma o de otra.
Habló con su exnovio, que tiene dos hijas adultas jóvenes. “Hoy se despertaron y vieron en TikTok cómo habían matado a sus amigas y lo publican vanagloriándose”.
Para Holtzman no hay medias tintas al hablar de Hamás: “Estamos hablando de un grupo terrorista, que lo único que quiere es acabar, no nada más con los judíos, con quienes no somos como ellos. Con un grupo terrorista no se puede negociar.
“Ante este punto, quizás para los que no entendemos, o los que nos cuesta trabajo un poco entender y a los políticos que, digamos, no se pronuncian abiertamente, estamos hablando de que aquí el grupo Hamás es un grupo terrorista que no representa a Palestina y, sin embargo, ha habido como ambivalencia”.
No vislumbra una solución en el horizonte, pero traza una posible ruta: “Cuando entiendan (los políticos) que el problema son los terroristas y dejen de financiar el terrorismo, no van a tener los terroristas de qué vivir. Y entonces existe la posibilidad de que todos seamos gobernados en una democracia, o casi democracia, como le quieras llamar, por gente no perfecta, pero por gente que quiere el bien de su pueblo. Que no lo quiera ver muerto, que no los use de escudos”.
SIGNOS OMINOSOS
Mientras tanto, los combates entre Israel y Hamás entran en la segunda semana con signos ominosos y nuevos participantes: ataques lanzados desde Líbano por Hezbolá, contraataques de Israel, amenaza de Irán de intervenir, condenas por bombardeos en Gaza y una posible incursión terrestre para rescatar a las 200 personas o más que son mantenidas como rehenes por Hamás, entre ellas, al menos dos mexicanos: Orión Hernández e Ilana Gritzewsky, de quienes no se tiene mayores noticias, así como la doctora Bárbara Lango, quien batallaba para salir de Gaza.
Médicos sin Fronteras resumió la situación en un párrafo: “Estamos horrorizados por la brutal matanza masiva de civiles perpetrada por Hamás y por los ataques masivos contra Gaza que ahora lleva a cabo Israel”.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, acordaron suministro de alimentos, agua y medicinas para miles de civiles desplazados hacia el sur de la Franja de Gaza, mientras el presidente de la nación más poderosa del mundo, Joe Biden, estaba por aterrizar en Israel.
“No nos acusen por defendernos, no nos acusen por intentar combatir al terrorismo”, cierra Lina Holtzman la conversación.
@AnayaSeconds
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