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¡Vámonos a Six Flags! El SAT compra más de 8 mil boletos en plena pandemia
Entre enero de 2019 y diciembre de 2021, el gobierno federal ha gastado 9 millones 701 mil pesos en comprar miles de boletos de admisión a parques de diversiones para agasajar a servidores públicos. ¿Y la austeridad? ¿Y la pandemia?
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EMEEQUIS.– Aunque la austeridad republicana es una de las banderas de la llamada Cuarta Transformación, hay viejos hábitos que se niegan a morir y uno de ellos es comprar boletos para parques de diversiones con cargo al erario público.
Entre enero de 2019 y diciembre de 2021, el gobierno federal ha gastado 9 millones 701 mil pesos en comprar decenas de miles de boletos de admisión para agasajar a servidores públicos con montañas rusas, carruseles y comida rápida, a pesar de las restricciones sanitarias por la pandemia.
EMEEQUIS hizo una revisión a los contratos de la administración federal y encontró que los parques de diversiones preferidos por los morenistas son Six Flags, Kidzania y Granja Las Américas, que en total han ganado 20 contratos federales, todos por adjudicación directa, es decir, sin contemplar el mejor beneficio por el mejor precio.
Por ejemplo, está un contrato elaborado por el Servicio de Administración Tributaria –SAT, el organismo encargado de recolectar los impuestos de los mexicanos– en el que se aprobó gastar 3 millones 482 mil pesos del presupuesto público para comprar 8 mil 598 boletos de admisión al parque Six Flags.
El contrato del SAT de 2020 con Six Flags se realizó en plena pandemia.
El contrato CS-300-ADNAPE-0016-20 tiene fecha del 16 de abril de 2020, es decir, fue firmado por el área de Recursos Materiales ya con las medidas sanitarias puestas en marcha del programa “Quédate en casa” durante la primera ola de la pandemia.
Mientras el subsecretario Hugo López-Gatell pedía todos los días en su conferencia vespertina sana distancia, evitar aglomeraciones, confinamiento voluntario y prepararnos para una pandemia larga, los subalternos de Raquel Buenrostro, jefa del SAT, gastaban millones para irse de paseo sin abrir la cartera.
Y ese no es el único contrato millonario del SAT con Six Flags. Está el CS-300-ADNAPE-014-19 firmado en el 2019 (con Margarita Ríos-Farjat al frente), el primer año del actual gobierno, con el cual se validó gastar 3 millones 190 mil pesos para adquirir 8 mil 642 boletos.
Es decir, en dos años el SAT pagó tantos boletos para Six Flags para su burocracia que casi hubiera podido llenar dos veces el Auditorio Nacional.
El contrato del SAT con Six Flags correspondiente a 2019.
“VAMOS A SIX FLAGS, YO INVITO”
Pero no sólo a Raquel Buenrostro le gustan los paseos por Six Flags. En 2019, la Secretaría de Energía —a cargo de Rocío Nahle— gastó 104 mil 250 pesos en boletos en ese mismo parque de diversiones y la Procuraduría Federal del Consumidor —cuyo titular es Ricardo Sheffield— erogó 335 mil 988 pesos en admisiones.
Ese mismo año, la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), bajo la titularidad de Ana Gabriela Guevara, le metió mano al erario público para usar 97 mil 500 pesos en entradas para el parque antes conocido como Reino Aventura, mientras que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos desembolsó 415 mil 735 pesos, a pesar de las quejas de sus visitadores y directores sobre la falta de presupuesto.
Y los legisladores no quisieron dejar atrás a sus trabajadores y familias: en 2019, el Senado de la República pagó 105 mil 375 pesos en boletos y la Cámara de Diputados se apapachó con 487 mil 500 pesos para gastar con Bugs Bunny, Batman y la Mujer Maravilla.
Pero la Fiscalía General de la República, a cargo de Alejandro Gertz Manero, decidió comprar boletos en otro lado y aprobó el gasto de 574 mil 200 pesos para divertirse con cargo al erario en la Granja Las Américas, un parque de diversiones en Lomas de Sotelo, la alcaldía Miguel Hidalgo.
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El mismo parque que prefirió la Auditoría Superior de la Federación —la institución que fiscaliza el buen gasto del dinero público— y por el cual pagó hace dos años 132 mil 796 en boletos.
Se habrá corrido la voz entre los funcionarios de la llamada Cuarta Transformación sobre ese lugar, porque este año la Secretaría de Cultura, encabezada por Alejandra Frausto, se gastó casi un cuarto de millón de pesos —230 mil 515 pesos— en admisiones, a pesar de que lleva meses sin pagar a artistas que ven con nerviosismo que el año se acaba y no les liquidan los sueldos caídos por actividades realizadas hace más de cinco meses.
No sería el último gasto superfluo de la Secretaría de Cultura del gobierno federal: EMEEQUIS publicó el 1 de diciembre que dicha dependencia gastó 337 mil 476 pesos en ollas de cocina… para regalarlas por el Día de las Madres.
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Six Flags, el parque favorito en los contratos del gobierno de la austeridad. Foto: Facebook.
LOS NIÑOS SE DIVIERTEN, LA GENTE PAGA
Otro lugar preferido para divertirse sin gastar el dinero propio por los morenistas y legisladores es Kidzania, que ha recibido hasta el momento cuatro contratos por adjudicación directa.
El más oneroso se lo otorgó la Cámara de Diputados por 310 mil 670 pesos; luego, el Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social por 304 mil 980 pesos; y finalmente Telégrafos de México y Diconsa por 202 mil 404 pesos y 44 mil 080 pesos, respectivamente.
Todos esos contratos fueron otorgados, vía adjudicación directa, máximo seis meses después de que el presidente Andrés Manuel López Obrador tomara posesión como titular del Poder Ejecutivo con un discurso de austeridad republicana.
Como presidente electo, López Obrador anunció el llamado “Plan 50” que imponía nuevas medidas de gasto del dinero público con el fin de maximizar los ahorros y evitar los privilegios en el servicio público.
Varios renglones de aquel “Plan 50” dejaban ver que no se toleraría esta vieja práctica de usar el presupuesto público para pagar por fiestas o celebraciones en sitios privados y fuera del horario laboral o que se desterrarían prácticas de dispendio como pagar por boletos en parques de diversiones.
Por ejemplo, en dicho plan se establecía que el gobierno federal no habría bonos para servidores públicos, la suspensión de privilegios para los trabajadores del gobierno y se priorizaría el ahorro en electricidad, agua, telefonía fija, telefonía móvil, internet y gasolinas en las oficinas gubernamentales.
Además de otras medidas para no excederse en el gasto público, como la promesa de que el gobierno federal no adquiriría vehículos nuevos, ningún secretario de Estado tendría más de cinco asesores y la cancelación de los gastos médicos privados, entre otros.
Tal vez los trabajadores de la llamada Cuarta Transformación ignoraron ese listado de reglas porque no incluía explícitamente la prohibición de compras de miles de boletos para ir a Six Flags, Kidzania y Granjas Las Américas con cargo al erario público.
@oscarbalmen