Ya viene la terna para la CNDH: ¿Cercanía con las víctimas o eficacia administrativa?

Dos perspectivas en pugna dominan la recta final del proceso para renovar al titular de las CNDH. Por una parte avanza la visión de que el nuevo dirigente deberá estar más cerca de las víctimas que de los trámites burocráticos, y, por la otra, se menciona que podría prevalecer la tradición de colocar en el puesto a un aspirante vinculado al Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, lo cual garantizaría eficacia administrativa.

Así, los aspirantes originarios de Oaxaca, Elizabeth Lara Rodríguez y Arturo Peimbert Calvo, se perfilan para formar parte de la terna para presidir la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). Ambos estudiaron Derecho en la Universidad Autónoma Benito Juárez de aquella entidad y comparten trabajo de calle junto a migrantes y víctimas de violencia, rasgos que fueron bien vistos por los senadores durantes sus respectivas comparecencias ante las comisiones unidas de Justicia y Derechos Humanos.

A favor de Lara ha cabildeado el padre Alejandro Solalinde, quien incluso la presentó con AMLO, mientras que Peimbert fue mediador de conflictos sociales con el pintor Francisco Toledo. Agrupaciones regionales y otras vinculadas al polo progresista de la iglesia católica han mostrado su respaldo a estos aspirantes.

Con diferentes énfasis, Lara y Peimbert han planteado –tanto en público como en reuniones privadas con legisladores– que la CNDH debe tener mayor trabajo de base con las víctimas y alejarse de la burocracia que ha caracterizado a los ombudsperson que han estado al frente del organismo, todos provenientes de la UNAM. La elección de uno de estos dos candidatos rompería la tradición de entregarle ese puesto al grupo vinculado al Instituto de Investigaciones Jurídicas de la máxima casa de estudios.

José de Jesús Orozco Henríquez es otro aspirante con fuertes posibilidades de integrar la terna que se prevé será votada esta semana en el pleno del Senado. Orozco cumple precisamente con el perfil que ha detentado el poder de la CNDH: viene de Jurídicas de la UNAM y ha presidido la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). A la comparecencia llegó con corbata amarillo/dorada, un color que distingue a los Pumas. Los senadores elogiaron su trayectoria académica, aunque pudo notarse la poca atención que generó entre los integrantes de Morena, muchos de los cuales no olvidan que Orozco era magistrado del tribunal electoral en 2006. La firma del catedrático aparece en el aval a la elección que fue impugnada por AMLO.

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Durante las comparecencias también llamaron la atención los planteamientos de Ricardo Bucio Mújica, quien se posicionó como un aspirante moderado. Aunque fue cuestionado por la morenista Nestora Salgado, cuenta con el apoyo de organizaciones que defienden derechos de niños, mujeres y personas con discapacidad. El chiapaneco Michael Chamberlin, quien al inicio del proceso no era considerado entre los punteros, sorprendió a los legisladores al mostrarse conocedor del tema; tiene a su favor el cabildeo que han realizado varias asociaciones civiles, como las vinculados a la red “Todos los derechos para todas y todos”. Chamberlin puso el dedo en el tema cuando mencionó que para los titulares de la CNDH “lo importante ha sido el trámite y no la víctima”, una directriz que va a tono con lo que ha dicho el presidente. 

Las aspirantes Rosario Piedra Ibarra, hija de Rosario Ibarra de Piedra; Laura Castellanos Mariano, del consejo consultivo de la CNDH, y la veracruzana Namiko Matsumoto Benítez también cuentan con el apoyo de algunos legisladores.

Aunque en los pasillos del Senado aseguran que la decisión para integrar la terna pasa por el compromiso de los candidatos para realizar profundas transformaciones a la CNDH, como el compromiso de perfilarla como una defensoría del pueblo, otras fuentes aseguran que desde el gabinete presidencial todavía empujan a sus respectivos aspirantes.

Mientras que Ricardo Bucio Mújica, secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna), mantiene el apoyo de Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación, y de ciertos sectores de PAN y PRI, en Palacio Nacional se dividen entre apoyar a Lara o a Peimbert. Lara sería la favorita de López Obrador, mientras que Peimbert parece ser bien visto en el entorno del consejero jurídico de la Presidencia, Julio Scherer Ibarra. Algunos prominentes abogados de la UNAM, incluído el expriísta José Narro Robles y otros exrectores, se mueven para impulsar a Orozco.

Ricardo Monreal Ávila, presidente del Senado, jugará un papel clave en este proceso. Algunos lo ven apoyando a Peimbert, mientras que otros apuntan que, al ser profesor de la UNAM, podría inclinarse por respaldar a Orozco.

Las próximas horas serán definitivas para integrar la terna de aspirantes a suceder a Luis Raúl González Pérez, quien termina su periodo el 15 de noviembre. El candidato elegido para un periodo de cinco años deberá contar con el voto de dos terceras partes de los senadores.

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El organismo ha sido dirigido hasta el momento por personalidades vinculadas a la UNAM: Jorge Carpizo McGregor (1990-1993), Jorge Madrazo Cuéllar (1993-1996), Mireille Roccatti Velázquez (1997-1999), José Luis Soberanes Fernández (1999-2009) y Raúl Plascencia Villanueva (2009-2014).

Legisladores de oposición han alertado que se corre el riesgo de que el proceso de elección de presidente de la CNDH se incline por figuras cercanas al presidente, lo que mermaría la independencia del organismo frente al Legislativo.

Aun así, el choque de visiones parece enfrentar a los egresados de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca y a los impulsados por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.