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Murillo Karam está cansado… pero de buscar abogados
Si alguien tiene la información de Ayoztinapa que le falta a la Fiscalía, es Jesús Murillo Karam, quien se mueve con sigilo en busca de abogados, pues tres acusaciones lo privarían de la libertad.
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EMEEQUIS.– Jesús Murillo Karam, el primer procurador durante la Presidencia de Enrique Peña Nieto, se sacudió el cansancio que le causó crear la “verdad histórica” del caso Ayotzinapa y ha comenzado a buscar abogados ante una eventual orden de aprehensión en su contra.
Dos fuentes en la Secretaría de Gobernación, donde confluyen las nuevas investigaciones en torno a la desaparición de los 43 normalistas, saben que Jesús Murillo Karam ha contado en su círculo cercano que sus temores provienen de la certeza de que su eventual arresto vendría de tres posibles cargos: desaparición forzada y obstrucción o fabricación de pruebas en la investigación de los hechos del 26 y 27 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero, así como lavado de dinero.
Los dos primeros cargos son similares a los que enfrenta Tomás Zerón, exdirector de la Agencia de Investigación Criminal, hoy prófugo de la justicia con una ficha roja de Interpol con su nombre, y quien, como subordinado de Jesús Murillo Karam, ayudó a construir la polémica “verdad histórica” acerca de que los 43 normalistas que habrían sido asesinados por un grupo criminal y sus restos incinerados en el basurero de Cocula, Guerrero.
OBTENER CONFESIONES “COMO FUERA”
A medida que la investigación avanza contra Tomás Zerón se abren nuevas y graves implicaciones para otros funcionarios de la administración pasada. En círculos gubernamentales tienen fundadas sospechas de que (Jesús) Murillo Karam presionó para que las confesiones de los imputados se obtuvieran “como fuera” y que, a sabiendas de que fueron producto de tortura, las aceptó como evidencias válidas.
Esto significa que ante su conocimiento de un probable hecho delictivo el (entonces) procurador no dio aviso a las autoridades correspondientes y lo encubrió. También que integró evidencias falsas o posiblemente descartó otras con valor judicial con tal de dar carpetazo a un caso que afectaba la imagen del expresidente Enrique Peña Nieto.
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El tercer cargo, sobre lavado de dinero, es un expediente que se inició el año pasado, a petición de la Secretaría de Hacienda, sobre el posible desvío de 102 millones de pesos en la entonces Procuraduría General de la República que encabezaba Jesús Murillo Karam.
La hipótesis de la carpeta de investigación es que entre 2013 y 2014 la institución aseguró que pagó –pero nunca lo hizo– a informantes y testigos las recompensas y beneficios que prometía a quienes ayudaran a localizar y entregar a los delincuentes más buscados en el país.
El mensaje es que, desde que comenzó a ser procurador del país, Jesús Murillo Karam fue “un gran simulador”. Las fuentes consultadas aseguran que simuló pagar la ayuda que mucha gente le brindó para atrapar a los delincuentes más violentos del país, simuló que hizo una investigación seria y profesional en el caso más indignante del sexenio (Ayotzinapa) y ahora simula que es inocente y que no sabía nada de lo que pasaba en su institución.
MISIÓN: ENCONTRAR ABOGADO
También nos comparten que Jesús Murillo Karam ha ordenado a sus contactos más cercanos tocar las puertas de los despachos de sus colegas para saber quién podría representarlo mejor en un juicio en su contra, ahora que el gobierno mexicano apunta contra funcionarios omisos o corruptos del caso Ayotzinapa.
Entre sus primeras opciones estaba el despacho del prestigiado abogado Javier Coello, quien también participó en la defensa de Emilio Lozoya, el exdirector de Petróleos Mexicanos que está a punto de llegar a México, luego de pasar una temporada en una cárcel de España. También recurrieron al primer círculo del litigante Julio Hernández Barrios, quien representó a la exsecretaria de Desarrollo Social del “peñanietismo”, Rosario Robles.
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Esos contactos con ambos despachos de primer nivel se hicieron con la máxima secrecía. Alguien como Jesús Murillo Karam sabe que lo más importante de la estrategia es “nunca revelar tus cartas”.
Otras palabras que han escuchado de Jesús Murillo Karam es que su preocupación no es ir a prisión, sino el arresto domiciliario, pues debido a su edad –72 años– es poco probable que un eventual largo juicio lo ponga en una celda.
“A él le da miedo no salir de su casa hasta su muerte y va a evitarlo a toda cosa. Una jugada inteligente para Jesús Murillo Karam sería ceñirse al ‘criterio de oportunidad’, es decir, que la Fiscalía decidiera no ejercer acción penal en su contra o disminuir la pena en caso de que el exprocurador decidiera participar como testigo o aportar pruebas en casos de mayor relevancia que ya se están investigando, como los casos de corrupción que rodean al propio expresidente (Enrique) Peña Nieto”, confía una fuente gubernamental.
No hay que olvidar que Jesús Murillo Karam era un poderoso alfil dentro del sexenio pasado: por su origen hidalguense era cercano a su paisano, el entonces secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong; por su trayectoria política como secretario general del PRI era cercano al viejo priísmo; y por supuesto en el gabinete era cercano al propio Peña Nieto. Si alguien debe tener mucha información que le falta a la Fiscalía, ese es Jesús Murillo Karam.
Hasta el momento, aseguran las dos fuentes, la Fiscalía General de la República sabe que el exprocurador continúa en México y se mueve entre lujosos barrios con un perfil bajo, mientras sus más cercanos intentan prevenir que su mentor tenga la misma suerte que otros priistas destacados el sexenio pasado: el prófugo Tomás Zerón, los detenidos y próximos deportados Emilio Lozoya y César Duarte, la encarcelada Rosario Robles y otros más…
“Él es un hombre de refranes”, recuerda una de las fuentes. “Seguro que ya está pensando en aquella frase que dice ‘cuando veas las barbas de tu vecino cortar…’”.
@emeequis