Alito en su laberinto. Su liderazgo tendrá prueba de fuego en Reforma Eléctrica

EMEEQUIS.– El liderazgo de Alejandro Moreno Cárdenas en el PRI experimenta un acelerado proceso de erosión que ahora se juega su viabilidad, ante el reto de establecer la disciplina de la diputación tricolor en la votación de la Reforma Eléctrica la semana entrante y ante el control de facto del diputado Rubén Moreira sobre dicha bancada.

El liderazgo paralelo de Moreira y su monopolio de la interlocución con Bucareli y con Palacio Nacional quedó de manifiesto ayer, cuando, con su presencia, el coahuilense facilitó el quórum para que la coalición obradorista pudiera reunir de manera extraordinaria a la Junta de Coordinación Política (Jucopo) de la Cámara de Diputados, donde hizo la presentación de la segunda versión oficial del dictamen de la reforma energética.

Se trató de una jugada de engaño la coalición gobernante, pues el documento incorpora nueve de las 12 propuestas del bloque opositor (PAN, PRI, PRD), pero en realidad deja fuera los objetivos principales: mantener la seguridad jurídica de los permisos vigentes de generación, autogeneración, cogeneración y transmisión de energía eléctrica. 

Mientras, Moreno Cárdenas anunciaba desde Michoacán, en una conferencia de prensa, que su grupo parlamentario votaría en bloque contra el segundo dictamen oficial. Pero la confusión era creciente entre sus compañeros de la diputación federal.

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La presiones desde el poder obradorista, que iban desde ofertas de promociones políticas hasta amenazas de distinto orden, había precedido a la inopinada reunión y comenzaban a quebrar la precaria cohesión de la diputación tricolor.

Sólo así, Alito Moreno Cárdenas reaccionó. Urgido por la necesidad de salvar su liderazgo, el campechano convocó para hoy a una reunión de emergencia del Consejo Político Nacional del tricolor para establecer la directriz de votar contra la reforma eléctrica bajo amenaza de expulsión para aquel que no la acate.

Pero el daño está hecho, se comentó hoy en los pasillos de la propia sede tricolor. Una solución de botepronto no parece la más adecuada para mantener la unidad de un grupo tan poroso como el de la diputación priísta.

Y es que es cada vez más insistente el rumor de que Moreira habría negociado por sus propios fueros la incorporación de un punto extra en la iniciativa de reforma “maquillada” para votar al lado de los obradoristas. 

Su interés: mantener a resguardo y viable la campaña de su esposa Carolina Viggiano en pos de la gubernatura de Hidalgo.

SEÑALES CRUZADAS

Las señales cruzadas del liderazgo de Alito y el Moreira llegaron tras una semana de intensas presiones oficiales sobre los diputados opositores en general y sobre los del PRI en particular, que al parecer son considerados los más vulnerables.

Fuentes consultadas del Congreso confiaron a EMEEQUIS que entre las presiones que se registraron hubo ofertas de “contratos y posiciones políticas” a legisladores opositores a cambio de votar por la llamada “Ley Bartlett”. Pero también amenazas de orden no especificado.

De modo que el desconcierto era mayor entre los miembros de la diputación tricolor después del término de la reunión extraordinaria de la Jucopo.

Algunos de los más avezados miembros de la bancada tricolor reprochan a Moreno Cárdenas la incapacidad para establecer y sostener criterios indubitables que mantuvieran la cohesión y la disciplina partidista, no de última hora, sino como política permanente.

Y es que, desde el principio, cuando AMLO anunció tras las elecciones del año pasado que iría por su reforma eléctrica a pesar de haber perdido la mayoría calificada, fue Moreno Cárdenas quien abrió públicamente la puerta de la negociación.

Hay además otros precedentes nefastos, como cuando el campechano conminó a los senadores del PRI a votar en contra de la ratificación de Quirino Ordaz como embajador en España. Al propio exgobernador sinaloense lo amenazó con expulsión.

Al cabo, Alito ni retuvo a Qurino ni logró que todos los senadores votaran en contra. Salvo Quirino, nadie fue sancionado. 

REACCIÓN TARDÍA

Tras los movimientos de Morena en San Lázaro y el fortalecimiento del liderazgo paralelo de Moreira desde las entrañas de Bucareli, Alito ha perdido margen de maniobra en su propio partido, en su bancada, y aún, según se comenta, en su propio Comité Nacional.

Y es que este mediodía, Moreno Cárdenas consiguió que el Consejo Político Nacional del PRI mandatara a legisladores federales votar en contra de la reforma constitucional obradorista. 

El mensaje del campechano en la reunión, que se efectuó de manera virtual, fue revelador. Dijo que “no hay divisiones de la bancada” priísta en San Lázaro. Y que “los verdaderos priístas ni se doblan, ni se someten, ni se entregan”. Pero su alocución tenía un ácido sabor de incertidumbre.

Por lo pronto, el Consejo Político tiene prevista una nueva reunión para las próximas horas, tentativamente para las 7 de la noche, con la idea de reforzar la idea de la unidad.

Pero la conducción de Alito parece “tocada”. La votación de la reforma eléctrica podría ser la puntilla que necesitaba el tricolor para la renovación de su dirigencia.

Y es que, visto al derecho, sea que se mantenga la disciplina y la unidad frente a la reforma eléctrica, o no, Alito ya ha perdido.

@emeequis