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Morir sin nombre. Dos de cada 10 cuerpos no reclamados terminan en universidades
El destino de los cuerpos desconocidos en la CDMX tiene dos vías: ser enviados a la fosa común o utilizados por alumnos de medicina. Durante los últimos 6 años se han entregado 918 cuerpos a la docencia para universidades públicas y privadas.
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EMEEQUIS.– Estaba reportada como desaparecida, pero su cuerpo fue encontrado un año después en la plancha de disección de una universidad.
La bailarina y actriz porno argentina, Vanessa Martínez, murió en julio de 2007 en la Ciudad de México. Su familia pudo dar con sus restos, ya que estaban en la morgue de prácticas de alumnos de la Escuela de Medicina del Instituto Politécnico Nacional. Los estudiantes la reconocieron al ver que su rostro coincidía con las fotos de búsqueda que fueron publicadas en la prensa local.
Las autoridades de la entonces Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal refirieron que al estar en calidad de desconocida y que el cuerpo no había sido reclamado, fue enviado para la enseñanza de medicina.
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El destino de los cuerpos desconocidos tiene dos vías: ser enviados a la fosa común o utilizados por alumnos de medicina.
De una plancha de anfiteatro pericial a ser utilizados como instrumentos de enseñanza en laboratorios de universidades es como han pasado más de 900 cadáveres no identificados ni reclamados en la Ciudad de México.
Un informe de los cadáveres ingresados al Instituto de Servicios Periciales y Ciencias Forenses de la Ciudad de México (INCIFO) obtenido por EMEEQUIS como respuesta a una solicitud de transparencia revela que, durante los últimos 6 años, se han entregado 918 cuerpos a la docencia para campus de medicina públicos y privados.
Esta cantidad de cuerpos, ahora usados por estudiantes de medicina, corresponden al 19% de los 4 mil 749 fallecidos ingresados al INCIFO que se quedaron en calidad de desconocidos. Es decir, 2 de cada 10 cuerpos en esta condición son utilizados como instrumento de docencia, ya que no se logró conocer su identidad ni fueron reclamados por personas cercanas para darle un sepulcro fuera del anfiteatro.
El INCIFO entregó datos en Excel sobre el número de cuerpos donados a universidades.
¿A DÓNDE VAN LOS CUERPOS NO IDENTIFICADOS DE LA CAPITAL?
La docencia no es el único destino que tienen los cuerpos desconocidos, quienes aparentemente no tienen nombre, familia ni historia.
De 2015 a 2021 ingresaron 33 mil 168 cuerpos al INCIFO, resultado de accidentes de tránsito, muertes violentas, fallecidos en la vía pública, casas de retiro, prisiones o por razones de abandono hospitalario. De estos el 85% fueron identificados y reclamados, pero el resto quedaron en calidad de desconocidos.
De los cadáveres sin nombre, el 45% fueron enviados al Panteón Civil de Dolores, donde se encuentra la Fosa Común, el resto se entregaron a instituciones educativas. En tanto, 778 aún se encuentran a disposición del INCIFO como parte de algún proceso de investigación jurídica.
Para que un cuerpo sea clasificado como desconocido tienen que transcurrir 72 horas después del fallecimiento, como lo señala la Ley General de Salud, sin embargo, en el Instituto de Ciencias Forenses de la Ciudad de México el plazo es de hasta 5 días para que familiares puedan reclamarlo, de no ser así, se decide cuál será su destino final.
“Mientras esté en calidad de desconocido y hayan transcurrido por lo menos 5 días estamos en condiciones de entregarlo”, afirma en entrevista con EMEEQUIS el doctor Felipe Edmundo Takajashi, director del Instituto de Ciencias Forenses de la Ciudad de México.
Los cadáveres donados a cada universidad.
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Acorde a la Ley General de Salud, los servicios médicos forenses adscritos al Tribunal Superior de Justicia tienen la posibilidad de entregarlos, posterior a realizarse estudios de necropsia y toma de datos para posibilitar el registro de identidad.
Además, en seguimiento a Ley General en materia de Desaparición Forzada de Personas, Desaparición cometida por Particulares y del Sistema Nacional de Búsqueda de Personas, no pueden ser incinerados ni alterados, además de que sus datos forenses deben formar parte del Registro Nacional de Personas Fallecidas No identificadas y No Reclamadas.
VIDAS QUE AHORA SON INSTRUMENTOS DE ENSEÑANZA
Desde 2015, son nueve universidades y escuelas de medicina públicas y privadas que reciben los cuerpos sin nombre que salen del INCIFO.
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) es la institución a la que más cuerpos se han entregado, con 586 cadáveres, seguida por las instituciones privadas Universidad Justo Sierra con 74 y 53 a la Universidad Anáhuac.
Durante los últimos 6 años, el 2017 fue el año con más donaciones de cadáveres, al llegar a 192. Por la pandemia y falta de demanda de cuerpos por parte de las universidades en 2020 sólo se entregaron 51 y durante el año pasado 6.
“Nosotros tenemos un convenio con cada institución académica de la Ciudad de México, en donde participa dicha institución académica, la Fiscalía y el INCIFO a través del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México”, explica Felipe Takajashi.
De acuerdo con el Convenio para la Utilización de Cadáveres de Personas Desconocidas, los fines de la entrega de cuerpos son la docencia en educación superior e investigación médica anatómica.
La institución académica se hace responsable para conservar el cadáver en condiciones adecuadas, dice el doctor Takajashi, director del INCIFO. Foto: Cuartoscuro.com.
Para formar parte del acuerdo, las universidades deben acreditar que cuentan con infraestructura y recursos suficientes para la preparación, conservación y distribución de cadáveres no identificados y no reclamados.
Las escuelas pueden dar uso a los cuerpos por un periodo de 12 meses, tiempo en que “la institución académica se hace responsable de hacer la preparación para conservar el cadáver en condiciones adecuadas para los fines que se persigue, tienen un tiempo máximo para poder ser inhumados, nunca cremados”, asegura en entrevista con EMEEQUIS el doctor Felipe Takajashi, director del Instituto de Ciencias Forenses de la Ciudad de México.
En caso de que el cuerpo sea identificado por los deudos cuando ya fue donado para la investigación, las universidades tienen el compromiso de regresarlo al INCIFO para cumplir con el ordenamiento ministerial.
En opinión del titular del INCIFO, resulta “conveniente” para los deudos que encuentren y reclamen el cadáver de sus familiares al estar en alguna facultad de medicina, comparado a buscarlo en la fosa común, porque al estar embalsamado “le permite tener un estado mucho mejor”.
“Conviene, porque lo entregan en condiciones mucho mejores cuando está preparado para observación, aunque tendrán algunos procesos de incisión, porque para ese efecto fue entregado en la escuela”, afirma el Dr. Takajashi.
@GloriaPE_