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Hospital Juárez de México: tratamiento anticuado contra el cáncer
Por la obsolescencia del equipo, se ha perdido un porcentaje de intensidad en la radiación para pacientes, “situación que compromete la posibilidad de controlar y/o erradicar el cáncer”, reconoce el Hospital Juárez. La bomba de cobalto es tan vieja, que el nuevo personal médico no sabe utilizarla. Urge un acelerador lineal. #SaludDeCuarta
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La bomba de cobalto es tan vieja que los nuevos médicos no saben cómo usarla. Urge un acelerador lineal. Foto: Especial.
EMEEQUIS.– A diario cientos de pacientes que acuden al Servicio de Oncología en el Hospital Juárez de México se enfrentan a un tratamiento limitado e inadecuado para erradicar el cáncer, revelan documentos oficiales en poder de EMEEQUIS.
La bomba de cobalto que se utiliza en el servicio de oncología para las radioterapias ya superó su vida útil –tiene en operación 29 años– y esto ocasiona que la radiación sea inadecuada para los pacientes.
La máquina es para la administración de radioterapia externa mediante la radiación gamma emitida por el cobalto 60 y permite un tratamiento a pacientes oncológicos.
La tecnología que utiliza el Hospital Juárez de México está superada, es obsoleta, sin embargo, el gobierno del presidente López Obrador no ha hecho nada por sustituirla y adquirir un acelerador lineal para la atención de pacientes con cáncer.
Tampoco el secretario de Salud, Jorge Alcocer, instruye para actualizar los equipos de atención oncológica, a pesar de saber que los pacientes no reciben el tratamiento adecuado con la bomba de cobalto.
“Actualmente con la Bomba de Cobalto se genera cierta imposibilidad de respuesta médica, en primer lugar, a causa de la obsolescencia del equipo se ha perdido cierto porcentaje de intensidad en la radiación, situación que a su vez se traduce como un tratamiento inadecuado y compromete la posibilidad de controlar y/o erradicar el cáncer”, reconoce el Hospital Juárez.
En la actualidad se pueden evitar entre el 30% y el 50% de los casos de cáncer, mediante la detección oportuna, atención y tratamiento adecuado, debido a que de esta forma las probabilidades de rescisión de diversos tipos de cáncer son elevadas.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer es la principal causa de muerte en el mundo, en 2020 se atribuyeron a esta enfermedad casi 10 millones de defunciones.
ATENCIÓN ONCOLÓGICA
El gobierno de la cuarta transformación atiende padecimientos del 2024 con tecnología de 1995.
La bomba de oncología no brinda radioterapias de mayor precisión, tampoco evita un daño irreversible en el tejido sano del paciente y con ello anular el desarrollo de nuevas patologías.
Hay unidades de cobalto modernas que han aumentado su precisión y su rendimiento en profundidad (la DFP, distancia foco-piel se aumentó de forma estándar a 80 cm y ocasionalmente a 100 cm en el Theratron 100), pero la bomba de cobalto está completamente superada por el acelerador lineal.
“El Servicio de Oncología, presenta afectaciones en el otorgamiento de atención médica de radioterapia, debido a que actualmente no se cuenta con equipo médico de vanguardia. Por lo anterior es primordial e impostergable la Sustitución de la Bomba de Cobalto por Acelerador Lineal del Servicio de Oncología del Hospital Juárez de México, a fin de brindar un servicio acorde a las necesidades y exigencias de los padecimientos actuales”, se expone.
La energía de la bomba de cobalto se obtiene a través de pastillas de Co-60 y genera una radiación de Co que alcanza una dosis máxima de 5 cm por debajo de la superficie de la piel, lo que se traduce en una limitación de atención médica a la diversidad de neoplastias.
Los pacientes no sólo corren el riesgo de no recuperarse del cáncer que ya padecen, sino de que este se acreciente en su cuerpo.
Incluso el Hospital Juárez de México reconoce que personal médico sano se ha enfermado de cáncer por el uso de la bomba de cobalto para atender a los pacientes.
“Las desventajas con este equipo no cesan ahí, diversos estudios clínicos, han determinado que la radiación Gamma emitida por la Bomba de Cobalto puede producir cáncer, escenario que se ha vuelto realidad en parte del personal médico sano a cargo de la operación de estos procedimientos, asimismo, el Co-60 puede ocasionar daños al corazón, pulmones y piel”, se expone.
El propio Hospital Juárez reconoce que los equipos han comenzado “un proceso significativo de obsolescencia, de hecho, en ciertas áreas del Nosocomio a pesar del mantenimiento brindado a los equipos, estos se han vuelto inservibles, resultando así incertidumbre en los datos diagnósticos y con ello en la asignación del tratamiento, lo que a su vez se traduce como deficiencia en la calidad de la atención otorgada”.
La bomba de cobalto es tan vieja que el nuevo personal médico no sabe cómo utilizarla, ya que en su formación ya no se utilizan.
“El nuevo personal médico radiólogo no tiene conocimiento sobre la forma en que se maneja el equipo, debido a que en la formación académica ya no se incluye información sobre las Bombas de Cobalto por considerarse equipo obsoleto y con presencia casi nula en el Área Médica”, admite el Hospital Juárez de México.
A siete meses de que concluya el gobierno del presidente López Obrador, México está muy lejos de tener un sistema de salud como el de Dinamarca, y un ejemplo claro es el olvido en el que se encuentran los pacientes de cáncer del hospital Juárez de México.
@Alatriste_III