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Fraudes bancarios: El modus operandi en el que tú abres la puerta para que te vacíen la cuenta
A través de engaños y trampas bien formuladas, los estafadores hacen que sus víctimas entreguen datos bancarios que facilitan el acceso a la Banca Móvil, luego vienen los cargos múltiples o incluso el robo total. EMEEQUIS presenta el modus operandi, cómo prevenirlo y a cuántas personas en promedio son afectadas
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EMEEQUIS.- ¿Has recibido avisos de supuestas compras bancarias que no realizaste? Posiblemente estén intentado estafarte. Un nuevo modus operandi de fraudes a través de aplicaciones de bancos es algo viral.
Compras de Amazon, Liverpool, Mercado Libre, Elektra u otros; y de 8 mil pesos para arriba. Notificadas por mensaje o llamada. Son algunos de los mecanismos que los criminales utilizan para hacer creer a los usuarios que han clonado su tarjeta. Con ello, buscan solicitar datos bancarios, contraseñas o inclusive hackear las aplicaciones de banca móvil para robar el dinero de las cuentas.
Esta situación se ejemplifica con lo que Gastón Huerta, director de prevención de fraudes de Citibanamex, afirmó en entrevista con Ciro Gómez Leyva: entre el 90 y 95% de los casos de fraude bancario ocurren porque son los propios usuarios de los bancos los que dan acceso a estafadores a sus cuentas.
“En la inmensa mayoría de los casos hay participación del titular de la cuenta; muchas veces es porque está siendo sorprendido y no se está dando cuenta que está hablando con alguien que es un estafador”, declaró el funcionario de Citibanamex.
LAS CIFRAS DE LA ESTAFA
Para el pesar de los usuarios víctimas de fraude, Gastón Huerta reveló que “más o menos un 50 por ciento de estos eventos logramos detenerlos, parar la transacción o recuperar el dinero y regresárselo al cliente”. Es decir, solo la mitad de las personas defraudadas podrán ser reembolsadas y/o evitar el fraude.
Según estadísticas de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros, en el primer trimestre de este 2022, la CONDUSEF roportó un total de 1, 285 reclamaciones en materia de consumos no reconocidos vía internet. De estas, solo el 53.4% tuvo una resolución favorable, y el tiempo promedio de respuesta fue de 18 días. Los bancos que más reclamaciones de este tipo presentan son BBVA, Banorte, Citibanamex, Santander, BanCoppel, HSBC y Banco Azteca. De estas, la que más resoluciones favorables ha presentado es BanCoppel con el 81%, seguido de BBVA y Banco Azteca.
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En este mismo periodo de tiempo se presentaron alrededor de 1,019 millones de pagos con tarjetas en comercios tradicionales y en comercios electrónicos. Los pagos en comercios electrónicos representaron el 21.3% del total de pagos. Además, del total de compras autorizadas en comercios electrónicos de enero a marzo del 2022, el 30.1% corresponde a tarjetas de crédito y el 69.9% a tarjetas de débito.
Estas cifras respaldan lo declarado por Gastón Huerta, trabajador de Citibanamex, quién afirma y reitera que “una vez que el cliente formalice y presente la denuncia de estafa podemos recuperar el dinero del otro banco y regresárselo a nuestro cliente; pero es muy complicado, hay 50 por ciento de probabilidad”, advierte.
HISTORIAS DE FRAUDE
Pero este fenómeno no ocurre solo con Citibanamex. Rodrigo, joven de 27 años, intentó ser estafado de un modo similar. Con su cuenta de Banco Azteca, el joven realizó una compra en línea en Elektra. Todo salió normal, recibió su producto en casa y tuvo aviso de compra terminada.
Sin embargo, un día después, recibió un mensaje de texto: “Se acreditó una compra por 8 mil pesos” y a continuación, una serie de asteriscos y al final, los últimos 4 dígitos de la tarjeta con la que había realizado su compra. Y adelante, su nombre.
“Tanto los números de la tarjeta como el nombre coinciden, por lo que te hace dudar sobre la oficialidad del mensaje. Uno piensa: si tienen esos datos debe ser el banco”, explica Rodrigo.
Pese al pánico, Rodrigo tomó la mejor decisión según especialistas: llamó al banco, expresó lo sucedido y ahí comprendió la situación.
“El banco me dijo que ellos jamás envían esa información por mensaje. En ese tipo de casos siempre llaman para avisar sobre supuestas compras así”. Por ello, tomó la decisión de ignorar el mensaje.
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Sin embargo, los mensajes continuaban llegando día tras día. Así fue por un lapso de casi una semana, hasta que el modus cambió.
Rodrigo recibió una llamada en la que supuestamente un trabajador de Banco Azteca llamó para confirmar una compra. El joven cuenta que en dicha comunicación utilizan el mismo discurso: “Esta llamada es para una autorización en relación a una compra realizada en el portal Amazon por la cantidad de 8 mil pesos”. Inclusive, cuenta, se toman la libertad de describir el supuesto producto por el que se realizó la compra (desde celulares y tablets hasta consolas de videojuegos o productos inteligentes).
A pesar de su experiencia en este tipo de fraudes, Rodrigo confiesa que la primera vez que le ocurrió casi es víctima. Él, ante el susto, le contestó a la persona detrás del teléfono que se hacía pasar por personal de Banco Azteca que no había realizado ninguna compra y que necesitaba que se cancelara ya mismo.
“Cuando uno informa que no realizó la compra, ellos intentan sacarte muchos datos sobre tu cuenta para verificar, supuestamente. Me pidieron mi número de tarjeta completo, mi Clabe, mis preguntas de seguridad de la aplicación, y hasta mi token y contraseña para ingresar.”
Fue ahí cuando Rodrigo cayó en cuenta de que era demasiado extraño que el mismo banco solicite ese tipo de información, por lo que colgó y procedió a llamar al número de atención de su banco. De nueva cuenta, le informaron que no habían hecho ninguna llamada y que posiblemente se trataba de una estafa.
Para prevenir este tipo de situaciones, Rodrigo optó por dejar sin saldo esa tarjeta de débito. Esto impulsado por el hecho de que su banco no le ofreció ninguna solución y las llamadas continuaban llegando. Incluso llegó un punto en el que el joven jugaba con los estafadores haciéndoles perder el tiempo. Solo así lo dejaron en paz.
Rodrigo asegura que las personas que se dedican a esto deben tener contacto con trabajadores de los comercios. En este caso, Elektra. “Seguro debió ser algún trabajador, casualmente después de comprar ahí las llamadas comenzaron, y solo ellos podían tener esos datos de mi cuenta”, afirma.
El entrevistado pudo evitar la estafa, pero Valeria no. La madre de familia de 30 años de edad cuenta que su experiencia, muy similar a la del joven, terminó mal. Y bastante. A Valeria le fue vaciada por completo su tarjeta de débito y se hicieron múltiples cargos a la de crédito. Su banco: Banco Azteca.
A diferencia del joven, Valeria no pudo evitar el susto de una posible compra que no realizó y atendió las indicaciones del supuesto Departamento Antifraude de Banco Azteca. Otra diferencia fue que, en su caso, los estafadores contaban con todos sus datos personales, por lo que, para evitar el fraude, le pidieron instalar dos aplicaciones. Con eso, los criminales pudieron acceder a la Banca Móvil de Valeria y hackear su cuenta, y posteriormente, hacer el robo.
“En media hora hicieron todo: vaciaron mi cuenta de débito, de crédito. Yo hice la aclaración inmediatamente creyendo que el Banco me apoyaría, pero la aclaración no salió a mi favor y perdí todo ese dinero.”
En este caso, la teoría de Valeria es distinta a la de Rodrigo. Para la muchacha, la gente del banco vende los datos personales de sus clientes a los estafadores para que puedan realizar estos fraudes.
Si bien este par de casos pertenecen a Banco Azteca, en redes sociales existen testimonios que involucran a casi todos los bancos del país: BBVA, Santander, Citibanamex, entre otros.
Además, existe otra variante. Marcela, señora de 55 años, vivió en carne propia, tal como ella explica, las consecuencias de su poco conocimiento tecnológico. Y es que en algunas situaciones, estas estafas no necesariamente solicitan los datos directamente al usuario. En este caso, dentro de los mensajes de texto, los defraudadores solicitan que ingreses a algún link o enlace que te llevará a una supuesta página que “verificara tus datos” y donde podrás “realizar la aclaración”. Ahí, en un portal muy similar al oficial, solicitan que pongas tus datos bancarios. La realidad es que esas ligas únicamente otorgan el acceso a los criminales a la banca electrónica de los usuarios para que procedan a realizar el robo. A Marcela, cuentahabiente de Banorte, también le vaciaron sus
tarjetas a través de múltiples transferencias y compras realizadas en menos de una hora. La aclaración sigue en juicio para ver si es una del 53% de personas que reciben una respuesta positiva.
@aldo_canedov