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Lo que Sheinbaum no quiere que se sepa de la reconstrucción
Su promesa de “justicia frente a los hechos de corrupción que provocaron la pérdida de vidas por el sismo” de 2017, terminó en una reconstrucción fallida y en fructífero negocio del cártel inmobiliario
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¿CUÁL ES LA HISTORIA?
EMEEQUIS.― Hay víctimas que son visibles y cuyas historias duelen. Hay otras víctimas que no se ven, que no conocemos. Y hay víctimas que, de tanto verse, con el tiempo pierden su color y se diluyen en la cotidianeidad del entorno. Este tercer caso es el de quienes perdieron sus viviendas en el sismo del 19 de septiembre de 2017 y que de tanto verlas protestar nos acostumbramos a ignorarlas y al olvido.
Eso suele pasar con la atención colectiva: se esparce hacia donde hay una nueva luz noticiosa, una historia que conmueve.
Pero que las autoridades jueguen con la necesidad de las personas vulnerables y que se aprovechen de su poder para mal manejar recursos que eran para ellos, es algo más atroz.
Tenemos una jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, que cuando inició su administración dijo claramente: “A partir de ahora, se terminó el convertir a los damnificados en deudores de la banca. Todos los damnificados percibirán apoyos directos para la reconstrucción”.
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Además, prometió módulos itinerantes para atender a los afectados por el sismo del 19 de septiembre de 2017. Y anunció que “la Procuraduría de la ciudad tendrá reuniones con los padres de familia del Colegio Rébsamen para hacer justicia frente a los hechos de corrupción que provocaron la pérdida de vidas por el sismo.”.
Y para cumplir sus promesas colocó al frente de la Comisión para la Reconstrucción al político César Cravioto Romero.
Ahora tenemos una jefa de gobierno que cada que puede hace campaña en varios estados en su lucha por ser candidata a la presidencia en 2024; y tenemos a un Cravioto que se fue al Senado a operar políticamente a favor de su grupo político dentro de Morena.
Mientras ellos tienen sus ojos en sus maniobras políticas, miles de personas en Ciudad de México siguen esperando ayuda para tener un techo dónde vivir.
Hoy, 19 de septiembre de 2022, a un lustro de la tragedia que descolocó a la capital mexicana y dejó 228 víctimas mortales más cientos de heridos, las palabras de Sheinbaum mencionando el término “reconstrucción” suenan a chiste. ¿Reconstrucción en proceso después de cinco años? Ni siquiera deberíamos mencionar el término.
Si bien, es cierto que el primer año y medio después del temblor se actuó de manera lenta y corrupta, bajo el mando del entonces jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera –hoy senador arropado por la impunidad―, resulta inaudito culpar a la anterior administración de los retrasos y errores que siguen cometiendo por parte de Claudia, casi cuatro años después de que aquella concluyó.
Mientras la morenista trabaja intensamente con su equipo más cercano para posicionarse en redes como la próxima candidata presidencial, el pendiente de la reconstrucción es una maraña que se enreda más conforme pasa el tiempo.
Sólo por mencionar algunos puntos: el padrón de damnificados y edificios dañados es un desastre que no cuadra con las cifras iniciales, ni con los registros de organizaciones que se han dedicado a exigir que lleguen los recursos para las víctimas del sismo.
La actual comisionada para la reconstrucción, Jabnely Maldonado, apenas este 7 de septiembre declaró que había un avance de 77% en atender las viviendas afectadas, cuando según los registros oficiales se han recuperado 12 mil 700 de un total de 22 mil 170. ¿Cómo están midiendo para intentar presumir el trabajo que debieron haber acabado hace dos años?
Casos como el multifamiliar de Tlalpan muestran la desorganización de su contabilidad: el gobierno de Sheinbaum asegura que se entregaron 520 viviendas en un edificio que únicamente tiene 500. En el caso de Dr. Lucio 103 tienen un registro de entrega de 48 viviendas duplicado, con lo que aumenta la cifra de beneficiarios atendidos, aunque esto sea un error. Es decir: por una parte se rasuró el padrón de viviendas afectadas y por otra se infló el de personas atendidas. Buena y conveniente ecuación.
Organizaciones como Damnificados Unidos, que han sido críticas tanto del gobierno de Mancera como del actual, han llevado el registro de las incongruencias entre la versión oficial y la realidad. Una realidad que intenta ser tapada desde la estrategia de comunicación y contención de medios de Claudia para que no se opaque su proyecto rumbo a 2024.
Porque la jefa de gobierno tampoco quiere que se sepa que muchas de las reconstrucciones presentaron sobreprecios avalados durante su administración, como el caso de las obras que hizo la empresa CAS, S.A. de C.V. (Construcción, Asesoría y Supervisión, S.A. de C.V.) en los multifamiliares de Tlalpan, donde el costo final por metro cuadrado terminó en 20 mil 500 pesos, casi el precio promedio en alcaldías como la Miguel Hidalgo, donde ya se incluye el terreno.
Claudia no quiere que se sepa que su administración avaló y dejó pasar sobreprecios en los contratos como el de algunos baños pagados a 8 mil pesos, cuando en realidad costaban mil 500 pesos.
Claudia no quiere que se sepa que su equipo permitió que el Director Responsable de Obra (DRO), Juan Duay Huerta, acusado y procesado penalmente por aprobar la construcción de un edificio que colapsó totalmente en el sismo de hace cinco años, trabajara en 2019 en la supervisión de la reconstrucción, y que incluso en este momento, según los documentos vigentes a 2022 que pude consultar, mantiene su licencia para seguir trabajando.
Claudia no quiere que se sepa que hay obras de reconstrucción paradas, como la de Alfonso Reyes 188, que se otorgó a una empresa sin suficientes fondos ni experiencia, llamada Ya’ab Grupo Constructor, S.A. de C.V.
Claudia no quiere que se sepa que varios empresarios ligados a los cárteles inmobiliarios de la Ciudad de México siguen viéndose beneficiados por la construcción de más departamentos de los permitidos, que venden a precios millonarios bajo la justificación de acuerdos con el gobierno local como incentivos para ayudar a la reconstrucción.
Claudia no quiere que se sepa que nunca llegó la atención a muchas de las víctimas que hoy cumplen cinco años de esperar ayuda; que viven con las secuelas psicológicas de ver caer sus hogares, de quedarse sin sus pertenencias, de perder a seres queridos y de dormir en campamentos o en casas de familiares.
@Sandra_Romandia
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