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La traición de Alito se cocinó a fuego lento
Desde marzo de este año, en el PRI empezaron a tejer un acuerdo para respaldar al presidente López Obrador. Una parte del Tricolor, que es la que tiene el control del partido, se siente más cómoda vestida de guinda. ¿Y el bloque opositor?
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CONFIDENTE EMEEQUIS
EMEEQUIS.– La oposición ya no cuenta con el PRI de Alejandro Moreno. Desde marzo de este año, empezaron a tejer un acuerdo para respaldar al presidente López Obrador.
El 31 de marzo, el diputado Marco Antonio Mendoza presentó una iniciativa de Reforma Eléctrica que tenía muchas convergencias con lo planteado en la iniciativa presidencial. En ese momento causó confusión e inclusive se consideró una irresponsabilidad, pero no lo era. Había plan con maña.
Las protestas del PAN y del PRD hicieron que los priístas recularan. Pero era un guiño público, de los esfuerzos que ya estaban haciendo en privado con el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández y con el líder de Morena en San Lázaro, Ignacio Mier.
A estas alturas sabemos que lo que estaban esperando, en el círculo de Alito, era una señal de Palacio Nacional, una muestra al menos de que se podrían cambiar cuestiones del texto, aunque no fueran relevantes, para lavarse la cara.
Como es evidente, algo se complicó en las semanas siguientes y dos meses después, Alejandro Moreno hizo pública una llamada en la que el senador Manuel Velasco le advertía del costo personal que iba a tener no respaldar la Reforma Eléctrica. El exgobernador de Chiapas estaba mandando un mensaje del secretario de Gobernación: si el jefe del PRI jalaba, tendría apoyo y tranquilidad, sino lo hacía, “se le iban a ir con todo”. Así fue.
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Alito anunció que no lo doblarían y tenía razón, ya lo habían hecho, y lo que se veía en público no coincidía con lo que se estaba tramando en privado.
Transcurrieron las campañas en Aguascalientes, Hidalgo, Durango y Tamaulipas, donde el priismo mantuvo los acuerdos con el panismo y el perredismo, pero en Quintana Roo y Oaxaca ya no fueron en conjunto.
La Fiscalía de Campeche, encabezada por Renato Sales, perfeccionó la indagatoria en contra de Alito por enriquecimiento ilícito, e inclusive presentó el expediente en la Cámara de Diputados para solicitar que se desaforara al también campechano.
Marko Cortés y Jesús Zambrano calificaron de persecución las acusaciones contra el líder de los priistas, respaldándolo, a pesar del costo que podría significar el cargar con un personaje ya tan cuestionado para ese momento.
Pero para esas alturas Alito ya tenía otros planes y se acercó a Mier para ofrecerle un acuerdo político que iniciaría por la presentación de la iniciativa constitucional que prolonga la participación de los militares en tareas de seguridad pública hasta el 2028.
En un principio, los promotores del cambio al Quinto Transitorio, intentaron burlarse de sus colegas legisladores y de la propia ciudadanía, al sostener que la propuesta se debía a la buena fe y conocimiento de la diputada Yolanda de la Torre. No era así, porque en realidad formaba parte de lo pactado con el secretario López Hernández y con la venia de Palacio Nacional.
Esto lo dio a conocer el propio responsable de la política interna, en una reunión con los diputados de Morena y lo reafirmó en entrevistas posteriores. Los dirigentes del PRI los buscaron para establecer un acuerdo que ya está en marcha, que profundiza la militarización, que puede incluir de nueva cuenta a la Reforma Eléctrica y abrir caminos en el aspecto electoral.
¿Por qué Alito tomó semejante decisión que reventaría a Va por México? Porque es su naturaleza, porque siempre ha estado más cerca ideológicamente de López Obrador que de los planteamientos del PAN y del PRD.
En el fondo, Va por México solo fue un espejismo. Una parte del PRI, que es la que tiene el control del partido, se ve más cómoda vestida de guinda. El problema, hasta ahora no resuelto, es que muchos de los integrantes de la bancada priista llegaron a sus curules porque se comprometieron, en 2021, a no permitir cambios a la Constitución que fueran regresivos. Por eso votaron por ellos y de algún modo los ciudadanos los salvaron del derrumbe.
Quizá en este momento no les importe, pero el daño que le están haciendo a la política será profundo y aumentará el desencanto.
En las próximas semanas veremos hasta dónde están dispuestos a llegar, pero, por lo pronto, López Hernández se ve muy contento, y tiene motivos, desmontó el dique que impedía los últimos cambios que requiere la 4T para consolidarse.
@jandradej
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