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La SCJN: se acabó el mérito
Con Lenia Batres se impuso, de manera más que transparente, la necesidad de AMLO de contar con una operadora que ayude a dinamitar las estructuras de la propia Corte, para favorecer la percepción de que se requiere un cambio.
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CONFIDENTE EMEEQUIS
EMEEQUIS.– La designación de Lenia Batres como ministra de la Suprema Corte de Justicia, nos da más pistas sobre el presidente López Obrador que respecto a la nueva integrante del Pleno.
Desde que integró la primera terna, ya era evidente que la dificultad para que la oposición respaldara a alguna de las seleccionadas estaba cuesta arriba. Quizá Bertha Alcalde pudo sumar los apoyos necesarios, pero las indicaciones que les dieron a los senadores morenistas iban por otro lado.
El titular del Ejecutivo tenía que saber que su candidata, la que siempre lo fue, no era la más adecuada, porque no cuenta con una trayectoria jurídica para una posición de semejante relevancia. No es que Batres no sea capaz, ni mucho menos, es una funcionaria inteligente y política con ya suficientes horas de vuelo, pero es evidente que el rango de ministra requería, hasta hace unos días, de biografías sólidas en el campo del derecho o de experiencia en el Poder Judicial.
Eso, la esencia meritocrática, hay que admitirlo, ya terminó. El propio López Obrador hizo prevalecer esa lógica, de la que ahora se separa, cuando propuso a Margarita Ríos-Farjat, Juan Luis González Alcántara Carrancá, Loretta Ortiz, e inclusive la propia Yasmín Esquivel, ya que los problemas sobre su integridad en cuestiones académicas ocurrieron mucho después.
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Con Batres ya se impuso, de manera más que transparente, la necesidad de contar con una operadora que ayude a dinamitar las estructuras de la propia Corte, para favorecer la percepción de que se requiere un cambio y que este tiene que pasar por la elección popular de ministros y magistrados.
Esto es una muy mala noticia para la seguridad jurídica y a quienes terminará por afectar es a los ciudadanos. ¿Qué clase de Corte tendremos en unos años? ¿Qué ocurrirá si le toca a Claudia Sheinbaum elaborar las ternas una vez que concluya su periodo Luis María Aguilar Morales? La tentación de actuar de la misma forma será inmensa, aunque nociva para la independencia judicial.
De ahora en adelante no sorprenderá si la persona titular del Poder Ejecutivo actúa de esa manera. Es un precedente terrible y tendrá consecuencias inmediatas, pero también en el largo plazo.
Lo más grave, sin embargo, es que el presidente López Obrador utilizó, por primera vez en poco más de un siglo, la atribución constitucional con que cuenta, cuando en el Senado no se ponen de acuerdo y rechazan las ternas que se les envían.
En el fondo, es una derrota de la política, una más en momentos donde la búsqueda de los acuerdos puede hacer la diferencia y sanear el ambiente público.
Otra variable que no hay que pasar de largo, es que nos encontramos ya ante una integración del máximo tribunal en la que no se respetaron los tiempos previstos en la duración de los encargos, y esto es importante porque rompe el equilibrio y maltrata o compromete la independencia de los ministros.
Recordemos que Eduardo Medina Mora renunció porque recibió toda clase de presiones, investigaciones tergiversadas y optó por dar un paso de costado para evitar una confrontación, que a inicios de la actual administración le habría salido muy cara a quien también fue embajador en Gran Bretaña y procurador General de la República, entre otros cargos de una trayectoria sobre todo enfocada en la seguridad pública.
Arturo Zaldívar, en cambio, renunció antes de que concluyera su periodo, para permitir que el presidente López Obrador fuera quien tuviera mano y con ello privar de esa posibilidad a Claudia Sheinbaum o a Xóchitl Gálvez.
Esto es, dos de los integrantes del Pleno no debieron concluir de modo anticipado. Es una estratagema que le funcionó a Palacio Nacional, pero que generará distorsiones con quien rinda protesta para el cargo presidencial en enero de 2024.
LAS VÍSPERAS DEL 2024
El Council on Foreign Relations advierte que México, sólo superado por Estados Unidos, Reino Unido y Ucrania, puede estar sujeto a escaladas de información falsa o engañosa en el contexto de la elección que se realizará el próximo año. De acuerdo con un reporte, publicado por Eje Central, se señala que se han detectado 32 operaciones anómalas en Facebook, Instagram y Whatsapp. Nadie duda que una batalla importante se dará en las redes, la pregunta en todo caso es sobre cómo se desarrollará y si comprometerá a las prácticas democráticas.
@jandradej
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