La política fúnebre de Cuitláhuac

CONFIDENTE EMEEQUIS

EMEEQUIS.– La política se degrada. El gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, organizó una protesta frente a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y llevó ataúdes con nombres de ministros y ministras. Lo acompañó, entre otros, una persona disfrazada de puerco, con sombrero que puede simbolizar a los jueces y un fusil de utilería AK-47.  

¿Se dará cuenta el gobernante que eso es lo que hacen los grupos del crimen organizado cuando quieren amedrentar? ¿Sabrá que, en Colombia, los cárteles de Medellín y de Cali solían enviar coronas fúnebres a los domicilios de quienes serían los objetivos de sus ataques?

TE RECOMENDAMOS: EN LA PGR, TODOS SABÍAN DE JOSÉ LUIS ABARCA

Es muy grave, porque esas puestas en escena pueden conducir a que grupos radicales quieran dar un paso más que puede derivar en violencia física. Hay que tener presente que los quejosos atacaron y golpearon reporteros. 

Se perdió el sentido de la mesura desde hace tiempo y lo peor es que los excesos y los ataques reciben una suerte de premio, porque se observan como medallas en la lucha por la 4T. 

Estamos ingresando a una suerte de ambiente para la taberna, donde el grito sustituye al diálogo y donde se van cruzando límites a una velocidad que no permite distinguir con claridad el contorno de lo que se está creando, pero es evidente que no será nada bueno.

La bamba violenta del mandatario veracruzano acaso sólo sea una especie de salpullido de lo que ya es una enfermedad mucho más grave y que se irá mostrando en síntomas similares o peores que los que se apanas se atestiguan.

Al mitin que organizó gobierno veracruzano hay que sumar el plantón que animan un puñado de rufianes, que se dedican a denostar a la Suprema Corte y es patrocinado por Morena. Es decir, una organización política que en teoría tiene que estar comprometida con la democracia y Estado de derecho, da pie a conductas contrarias a la convivencia ciudadana. 

A estas alturas es arriesgado pronunciarse sobre lo que pretenden o no pretenden con espectáculos como el de este sábado, con el desfile de motivos mortuorios incluido, pero es evidente que se inscriben en la intención del presidente López Obrador, esa sí transparente, de debilitar a la SCJN para someterla a las decisiones de Palacio Nacional. Por eso el amago de presentar una iniciativa para que los ministros sean electos por voto popular. 

La conducta de Cuitláhuac García ameritaría la presentación de las denuncias respectivas por el delito de amenaza. No ocurrirá, porque ni caso tiene recorrer esa senda, porque las fiscalías no moverían un dedo y porque tiene fuero. 

El gobernador dejó claro que están contra los ministros que no entienden que la 4T es producto del voto mayoritario y que López Obrador cuenta con un 70 por ciento de aceptación, dice él. Debería hacer sus cuentas mejor, porque lo que muestra la integración de las cámaras es una sociedad plural, aunque eso les moleste tanto.

No entiende Cuitláhuac García el significado de la democracia y mucho menos el papel de los órganos constitucionales que son contra mayoritarios. Ni falta le hace, porque lo que le da puntos es la arenga y no la reflexión.  

Sostiene que está enojado con los juzgadores porque liberan delincuentes y con los ministros porque rechazan las reformas de la 4T. Afirma que invalidan la voluntad de los legisladores, pero deja de lado que Morena y los partidos satélites que los acompañan, no alcanzan los votos necesarios para modificar la Constitución y que ese es el meollo del asunto.  

Sí, como no cuentan con la fuerza legislativa que requieren para sus tropelías, ahora se aplican en movilizaciones de las que pretenden sacar dividendos y entre ellos los que provienen del amedrentamiento para quienes piensan distinto y no se alinean, un cajón en el que caben periodistas, intelectuales, empresarios, universitarios, integrantes de organizaciones de la sociedad civil, además de magistrados y consejeros electorales.

Pero la ira del pueblo solo alcanza a siete de los integrantes del Pleno. Se salvan, por supuesto, Yasmín Esquivel, Loretta Ortiz y Arturo Zaldívar. Flaco favor les hace el gobernador a estos últimos, quienes seguramente también observan con espanto lo que está ocurriendo porque saben que en el reino de los extremos todo es posible.

@jandradej 

Powered by Froala Editor