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Guerrilleros en la Suprema Corte
El 24 de mayo de 2007, durante el gobierno de Ulises Ruiz en Oaxaca, en un operativo de la Fuerza de Reacción Inmediata, fueron detenidos Cruz Sánchez y Reyes Amaya, a quienes se identificaba como integrantes del EPR. Los trasladaron a la Procuraduría, pero ya no se supo más de ellos. La Corte ahora reclama saber su paradero.
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CONFIDENTE EMEEQUIS
EMEEQUIS. Hay casos que son como una lengua de fuego. La desaparición de Gabriel Cruz Sánchez y de Edmundo Reyes Amaya, es una cuenta pendiente y al parecer llegó la hora de pagar la factura. La Suprema Corte de Justicia de la Nación, acaba de ordenar que se cree una comisión que los busque y que se rinda un informe en los próximos 30 días.
En 2007 en Oaxaca se gobernaba a toletazos. Ulises Ruiz resistió los embates de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca y se sentía impune. Sus jefes policiacos actuaban con patente de corso y en no pocas ocasiones generaban problemas de gran magnitud.
El 24 de mayo, en un operativo liderado por la Fuerza de Reacción Inmediata, fueron detenidos, en la ciudad de Oaxaca, Cruz Sánchez y Reyes Amaya, a quienes las autoridades identificaban como integrantes del Ejército Popular Revolucionario (EPR).
A los detenidos los trasladaron a la Procuraduría General de Justicia y ya no se supo más de ellos.
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Los involucrados en la desaparición creyeron que el tema se diluiría en el mar de la impunidad, pero el EPR hizo estallar ocho ductos de Pemex en Guanajuato y Querétaro, entre el 5 y 10 de julio, logrando que se visibilizara la situación.
Las indagatorias que realizó la PGR, sobre la desaparición de los eperristas, terminaron por responsabilizar de los hechos al entonces procurador de Oaxaca y al subdirector operativo policiaco, Evencio Nicolás Martínez Ramírez y Pedro Hernández Hernández.
Pero integrantes del gabinete de Seguridad Nacional, establecieron, desde ese entonces, que también hubo participación de elementos del Ejército, concretamente de la Octava Región castrense.
La gravedad de los hechos, es que se trató, desde un inicio, de una desaparición forzada. Si bien los integrantes del EPR pudieron estar inmiscuidos en asuntos ilegales, derivados de sus actividades políticas y armadas, debieron ser conducidos ante las autoridades competentes, pero se buscó otra ruta, sombría y de consecuencias que están estallando 15 años después.
En 2009, la CNDH emitió la Recomendación 7/2009 en la que se señalaba con claridad todas las anomalías que se habían cometido, y entre ellas las de las displicencias del Ministerio Público, empeñado en no hacer su trabajo y descalificar a las víctimas y a sus familiares.
El ombudsman envió ocho oficios a las direcciones de Justicia Militar y Derechos Humanos de la Secretaría de la Defensa, para indagar las denuncias que señalaban que los detenidos habrían sido conducidos al Campo Militar Uno.
Se investigó en los archivos del CISEN, donde se obtuvo un documento de inteligencia, elaborado por la DFS, respecto a Cruz Ramírez, desde que se integró a la Organización Revolucionaria Clandestina “Unión del Pueblo” y se le vinculó con ataques en contra del 18 Batallón de Infantería y de la procuraduría de Oaxaca en 1975. Es decir, era sujeto de seguimiento desde años antes.
Uno de los datos extraños de la indagatoria, es que el teléfono celular de Cruz Ramírez, estuvo activo por ocho meses posteriores a su detención y se realizaron 19 llamadas. Situaciones como esa, es la que motivaron a la CNDH, que presidía, José Luis Soberanes Fernández, a concluir que la PGR estaba muy lejos de agotar las líneas de investigación. 13 años después la situación es todavía peor.
Un asunto turbio, por dónde se le vea, que ahora tendrá que ser resuelto y en una carrera contra el tiempo. De ese calibre es lo que decidió la Primera Sala de la Suprema Corte, a partir de un proyecto de la ministra Margarita Ríos Fajart.
EN MORENA YA NO SABEN NI A QUIÉNES AFILIARON
Tenía que ocurrir. En Morena no pueden realizar sus congresos estatales, que se llevarían a cabo el 13 y 14 de agosto, porque ya no saben ni a quién eligieron como congresistas. La Comisión Nacional de Elecciones no ha podido hacer el listado oficial de los ganadores. De ese tamaño es el cochinero que hicieron.
Lo que era celebración por su “ejercicio democrático” ahora es duda, porque se dieron cuenta que es muy difícil tener un control luego de los millones de espontáneos que decidieron afiliarse.
Como se están jugando mucho, ahora ya ven topos por todos lados y nadie se quiere hacer cargo de lo que pueda ocurrir.
La dirigencia nacional, que encabeza Mario Delgado, ahora anda buscando los prietitos en el arroz, para realizar otra purga.
Es una vergüenza por supuesto, pero también la evidencia de que las prácticas democráticas nada más no aplican y menos transitan entre las corrientes del morenismo y las urgencias de sus corcholatas.
@jandradej
@emeequis