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El laberinto del Frente Amplio por México
Las elecciones del Frente Amplio se basarán en el padrón de la primera etapa. Esto significa que, si no hubo una alta participación ciudadana, las militancias del PAN, PRI y PRD serán quienes definan este proceso.
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Por Juan Ortiz / Lupa Legislativa
EMEEQUIS.– En el Frente Amplio por México, los intereses de las dirigencias del PAN, PRI y PRD no solo echaron profundas raíces, sino que además amenazan las aspiraciones de una ciudadanía ansiosa de ser escuchada.
Incluso antes de iniciar, el Frente Amplio ha tenido sus primeras víctimas, ya que varios aspirantes han declinado, alegando falta de legalidad.
Si bien es cierto que esta es una precampaña anticipada y contraria a la ley electoral, las declinaciones se deben a otras razones.
La primera etapa obliga a recabar 150 mil firmas en al menos 17 entidades federativas en 25 días. Eso implica reunir 6 mil firmas diarias del 12 de julio al 5 de agosto.
Los apoyos pueden provenir tanto de militantes como de ciudadanos no afiliados, quienes se sumarán al padrón electoral que se utilizará en la etapa final.
Pero ¿quién tiene el liderazgo, o los recursos, para reunir tal respaldo en poco tiempo?
Es comprensible que Germán Martínez, quien no tiene un partido que lo respalde, haya declinado. Lo mismo ocurre con Lilly Téllez, quien apenas se unió al PAN después de dejar Morena. Claudia Ruiz Massieu abandonó el PRI de Alito Moreno, y Gustavo De Hoyos no fue más allá del círculo empresarial al que pertenece. Alejandro Murat perdió Oaxaca, en caso contrario, le habría ayudado a obtener apoyos.
Este primer filtro solo permitirá avanzar a quienes hayan trabajado en el territorio durante mucho tiempo, a los que generen un liderazgo disruptivo o aquellos que obtengan el respaldo de las militancias del PAN, PRI y PRD con la aprobación de sus dirigencias.
En la segunda etapa, se organizará un único foro nacional el 10 de agosto para los aspirantes que hayan reunido el mínimo de firmas. Sin embargo, un foro no es suficiente para posicionar a un candidato, por lo que el trabajo previo realizado será crucial una vez más.
Del 11 al 13 de agosto, se realizará el primer estudio de opinión para definir los 3 perfiles que pasarán a la siguiente etapa. Aún no se ha definido la metodología, por se desconoce si se medirá la popularidad, capacidad, atributos o una combinación de ellos. Esto podría dar lugar a la discrecionalidad y a la influencia de los intereses partidistas.
La tercera etapa consta de tres partes:
1. Cinco foros regionales entre el 17 y 26 de agosto.
2. Segundo estudio de opinión del 27 al 30 de agosto
3. Elecciones a realizarse el 3 de septiembre
Tampoco se conoce la metodología de la segunda encuesta, por lo que hay riesgos de nueva cuenta. Esto es importante, porque con un cuestionario dirigido, podría apuntalar algún aspirante que no esté bien posicionado en popularidad.
Por otro lado, las elecciones se basarán en el padrón de la primera etapa. Esto significa que, si no hubo una alta participación ciudadana, las militancias del PAN, PRI y PRD serán quienes definan este proceso.
El laberinto del Frente Amplio por México genera varios desafíos y complejidades, con intereses políticos entrelazados y un proceso lleno de incertidumbres.
Queda en manos de la ciudadanía la responsabilidad trascender las influencias partidistas. En este laberinto político, el enfoque ciudadano del Frente Amplio dependerá de la voluntad de quienes buscan ser escuchados y hacer valer sus aspiraciones.
@Juan_OrtizMX
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