El destructor, desde hace tres décadas

CONFIDENTE EMEEQUIS

EMEEQUIS.– Hace 35 años, Pablo Hiriart conoció a Andrés Manuel López Obrador. Se dio cuenta que con el tabasqueño sólo había dos formas de relacionarse: “como su incondicional o como su adversario”. 

Hiriart era, ya desde entonces, un reportero acucioso, y López Obrador quería ser gobernador de Tabasco. 

La campaña resultó un desastre y el candidato del PRI, Salvador Neme, se impuso con un 78 por ciento de los sufragios, frente al 21 por ciento que alcanzó el abanderado del Frente Democrático. 

López Obrador no reconoció su derrota, como no lo ha hecho con ninguna otra posteriormente. Las elecciones solo son válidas y legítimas, cuando él triunfa.

El Destructor, el libro más reciente de Hiriart, es la historia de un reportero que advirtió lo que podría ocurrir si López Obrador llegaba a la presidencia de la República. 

Paso a paso, se rescatan notas, textos y apuntes que mostraban pistas sólidas sobre lo que podría ser el devenir de México y del alto costo que tendría para la política.

Hiriart, como suele hacerlo, sustenta sus opiniones en datos. Más allá de los juicios, siempre debatibles, se concentra en el engranaje de sucesos que trazaron una ruta que inició en el trópico y que tiene una de sus etapas conclusivas en Palacio Nacional. 

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“Se los dije”, señala Hiriart, y hay que darle la razón. En las hemerotecas se encuentran los reportajes de La Crónica de Hoy que ahora sirven de confirmación de que sí se pudo saber, de que muchos pecaron de incautos y de que no pocos fallaron en el ejercicio intelectual al que estaban obligados. 

“Catorce años antes de que lo eligieran presidente de la República, todos los mexicanos interesados en el futuro del país tuvimos la posibilidad de saber cómo era el destructor de México”. 

Ahora que la democracia languidece y el INE está bajo ataque es que cobra sentido la utilidad del periodismo. 

Hiriart despieza los elementos de un proceso en el que hay crestas, como las del predio El Encino, que condujo al desafuero; la muerte de tres agentes federales en San Juan Ixtayopan, en Tláhuac, a quienes una turba golpeó y quemó todavía con vida. Ninguna autoridad los ayudó, a pesar de que pidieron auxilio, y lo sabemos porque los medios de comunicación atestiguaron la barbarie. 

Vendría la contienda del 2006, el plantón en Reforma y la negativa para aceptar el resultado en las urnas. 

Las elecciones del 2018 serían el parteaguas. El abandono y la lejanía de la gente del presidente Enrique Peña Nieto, dejó un espacio que ocupó López Obrador. “Sacó lo peor de cada uno: el resentimiento, la ira y la envidia. Entró muy bien su cizaña polarizadora”. 

Hiriart recuerda que López Obrador “hizo gala de una superioridad moral que no tenía y se presentó ante las clases populares y medias como su Mesías”.

Pero Hiriart no se conforma con la disección del pasado, sino que hace un recuento puntual del presente. Desde la cancelación del Aeropuerto Internacional de Texcoco, por medio de una consulta amañada y no representativa, hasta los intentos de establecer la prolongación del mandato en dos ensayos, por fortuna fallidos, la gubernatura en Baja California y la presidencia de la Suprema Corte. 

Las consecuencias de estos años de vértigo están a la vista. Hiriart, para analizar la profundidad de esos señalamientos, acudió a dos decenas de especialistas. En entrevistas y reflexiones dejan también las huellas de lo que ya ocurrió, pero, sobre todo, y ahí lo más relevante, de lo que podría acontecer. 

Jesús Silva-Herzog Márquez, José Woldenberg, Francisco Martín Moreno, Federico Reyes Heroles, Jacqueline Peschard, Julián Andrade, María Elena Morera, Raymundo Riva Palacio, Guillermo Valdés, José Ramón Cossío, Ignacio Morales Lechuga, Luis de la Barreda, Gonzalo Hernández Licona, Rodolfo de la Torre, Otto Granados, Enrique Cárdenas, José Narro Robles, Xavier Tello, Enrique Quintana, Lourdes Melgar y Macario Schettino, dan (damos), cuenta de escenarios, memorias, desafíos, desatinos y oportunidades en los linderos del riesgo. 

Hiriart, a pesar de todo, es optimista. Observa vigor y capacidad de reacción en la sociedad, aunque lamenta que pasarán años antes de que se cierre una herida que empezó a abrirse en Tabasco, hace 35 años, justamente.

@emeequis 

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