La creciente inseguridad en Sinaloa, intensificada tras la detención de “El Chapo” Guzmán, afecta gravemente la salud mental de los sinaloenses. La violencia cotidiana genera desesperanza, ansiedad y miedo, impactando la vida social y familiar. Los ciudadanos perciben al gobierno estatal como incapaz de controlar la crisis
Testigos que ya no hablarán. Los 26 que sabían de Ayotzinapa y perdieron la vida
Catorce líderes del cártel de Guerreros Unidos, dos de sus familiares directos, dos integrantes de la facción Gente Nueva y siete testigos o personajes que tenían información sobre la desaparición forzada de Ayotzinapa, forman parte del grupo de 26 personas que fallecieron o fueron ejecutadas y estaban vinculadas a este caso.
La creciente inseguridad en Sinaloa, intensificada tras la detención de “El Chapo” Guzmán, afecta gravemente la salud mental de los sinaloenses. La violencia cotidiana genera desesperanza, ansiedad y miedo, impactando la vida social y familiar. Los ciudadanos perciben al gobierno estatal como incapaz de controlar la crisis
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