OPINIÓN 51. El menú carísimo que nunca llegó a los policías de Cuernavaca

EMEEQUIS.– Yohali Reséndiz inicia su columna para Opinión 51 con la siguiente pregunta: “¿Usted ha comido en el comedor de la Secretaría de Protección y Auxilio Ciudadano en Cuernavaca, camarones, alguna ensalada con nueces, almendra, alguna costilla para asar, filete de cazón, pechuga, duraznos en almíbar?”. El cuestionamiento lo realizó a policías del estado de Cuernavaca con la intención de saber la manera en que el estado los alimenta.  

La respuesta de los policías es concreta: “No, no para nada”, e inicia relatando lo que realmente se les ofrece en cada tiempo. “A nosotros, los policías de Cuernavaca nos dan en el desayuno chile con huevo, frijoles, arroz y tortillas de cena, chicharrón en salsita verde o roja”. La comida no cambia en mucho “nos dan casi lo mismo, pero con una bolsita de agua”, relatan los uniformados.

Posteriormente, la autora explica que el contrato de adquisición de alimentos e insumos para el comedor de la Secretaría de Protección y Auxilio Ciudadano fue firmado por varios representantes del ayuntamiento de Cuernavaca, entre los que se encontró: “el presidente municipal constitucional de Cuernavaca, José Luis Urióstegui Salgado” y “la síndico municipal, Catalina Verónica Atenco Pérez”. El servicio fue adquirido con la empresa “Operadora SAYM S.A. de C.V.”.  

Yohali Reséndiz considera que, al momento de revisar los contratos por servicios alimentarios e insumos correspondientes a los comedores de policías, “cualquiera pensaría que el Ayuntamiento de Cuernavaca sí que sabe alimentar y nutrir a cada elemento, pero no es así”.

El mismo personal de la policía denuncia la falta de alimentos adecuados, señala Yohali Reséndiz. Foto: Opinión 51. 

Dentro de la información que encontró la columnista resalta que el alcalde de Cuernavaca, José Luis Urióstegui, pagó a la empresa encargada de los servicios “Operadora SAYM” S.A. de C.V.  la suma de “625 mil pesos mensuales por los insumos del menú que degusta diariamente la policía”. Tomando en cuenta a los policías que trabajan turnos de 24 por 24, de acuerdo con las cuentas de la autora, a cada uniformado le corresponde una cifra de “4 mil 111 pesos para su desayuno, comida y cena”.

Dentro del contrato, Yohali Reséndiz logró conocer más sobre los servicios proporcionados por la empresa. Operadora SAYM ofrece “productos que van desde los 700 hasta los mil 800 pesos”, entre los que se encuentran alimentos como “pierna española, chamorros de cerdo, champiñones, pera, filete de cazón, costillas de res para asar, queso mozzarella, queso parmesano, camarón crudo, camarón pacotilla, etc.”.

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Pese a ello, la autora comenta que “ha sido el mismo personal de la Secretaría de Protección y Auxilio Ciudadano de Cuernavaca” quienes han denunciado la falta de servicios alimentarios. Ellos, relata la autora, enviaron un correo a “[email protected] para denunciar que llevaban más de 15 días sin alimentos”. El reclamo va dirigido a “la señora Alicia Vázquez Luna, secretaria de Protección Ciudadana”, quien respondió que “no había presupuesto”.

“No hay alimento en todo el día, ni para personal ni para los detenidos que se encuentran en el juez calificador”, le comenta en entrevista un policía a Yohali Reséndiz y agrega que “son 152 elementos por turno de 24 por 24 sin alimentos”.

La autora recuerda que el contrato de servicios alimentarios está firmado, también por “Alicia Vázquez Luna, titular de la SEPRAC; el secretario de administración, Israel Yudicko”, por consiguiente, “sus firmas dan cuenta amplia del conocimiento de lo que está ocurriendo al interior de las instalaciones de la policía de Cuernavaca”.

Dentro de su texto, la columnista postula la posibilidad de que “sean compras fantasma” o en efecto “sean pagados” pero cuestiona “¿por qué a los policías solo les da de comer chile con huevo, tortillas y frijoles? ¿Quién se estará llevando a su refrigerador tal cantidad de alimentos? ¿A qué restaurante estarán surtiendo? ¿625 mil pesos de las comidas mensuales para policías?”.

Reséndiz finaliza su columna mencionando que esta incoherencia entre el gasto en alimentos y lo recibido por los policías “a todas luces es otro acto más de corrupción de aquellos funcionarios que están ahí para servirse más no para servir”.

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