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Microsismos y macrosustos: los extraños temblores de CDMX
La característica que comparten los inmuebles afectados por los microsismos es que son construcciones viejas, con más de 20 años de antigüedad, lo que las hace mayormente vulnerables para los sismos originados en la Ciudad de México.
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EMEEQUIS.– El 12 de diciembre, tres microsismos de baja intensidad sacudieron como un fuerte latigazo la Ciudad de México.
Los movimientos, distanciados sólo por un minuto entre sí, tuvieron una magnitud de tres grados, de acuerdo con el Servicio Sismológico Nacional. Aunque de corta duración, estos sismos se sintieron con una gran fuerza en algunos puntos de la capital ya que, a diferencia de la mayoría de los movimientos telúricos ocurridos en el país, estos se originaron directamente en la Ciudad de México, en la alcaldía Álvaro Obregón, al poniente de la capital.
En redes sociales se difundieron daños en viviendas y alarma entre la población de la colonia Mixcoac, en la zona centro sur de la capital. Videos describieron un movimiento de corta duración pero intenso que ocasionó cuarteaduras en paredes e incluso en el Periférico.
Dos días después, otros dos movimientos fueron originados en la capital con una magnitud de 3.2. Este lunes 18 de diciembre se percibió uno más con epicentro en la alcaldía Magdalena Contreras, aunque la magnitud fue menor, de 1.1 grados.
Las alcaldías Álvaro Obregón y Benito Juárez fueron las más afectadas por el enjambre de microsismos registrados la semana pasada en la Ciudad de México. Las familias de al menos ocho inmuebles de la colonia Mixcoac fueron desalojados por riesgo de colapso en sus viviendas.
El edificio Campana 21 de la colonia Insurgentes Mixcoac de la alcaldía Benito Juárez, fueron desalojados ocho departamentos por daños de inclinación y afectaciones notables en piso, techo y paredes con cuarteaduras. La construcción tenía una antigüedad de 60 años.
Otros inmuebles afectados fueron los ubicados en Revolución 959; los Echavera 11; Campana 29 y 35, Boulevard Adolfo López Mateos 95; Donatello 65 y 68. Además de que en la alcaldía Benito Juárez se solicitaron más de 200 revisiones de protección civil por años en inmuebles.
La característica que comparten los inmuebles afectados es que son construcciones viejas, con más de 20 años de antigüedad, lo que las hace mayormente vulnerables para los sismos originados en la Ciudad de México.
Esto, de acuerdo con expertos, es derivado de la frecuencia de las ondas sísmicas y de la elevada cantidad de construcciones por densidad poblacional de la Ciudad de México.
“Un edificio tiene una esperanza de vida y habitabilidad. Lamentablemente en la Ciudad ya hay muchas edificaciones que tienen muchos años y que ya no cumplen las normas de construcción, lo cual las pone en riesgo y son las que están siendo más afectadas”, de acuerdo con Alejandro Salazar Méndez, ingeniero geólogo del Instituto Politécnico Nacional.
Así se sintió el microsismo en Álvaro Obregón el 14 diciembre de 2023. Video: @davidalexis93.
CDMX, LA ENTIDAD CON MÁS VIVIENDAS VIEJAS
Se calcula que en todo el país, de 35.3 millones de viviendas particulares el 24% son viejas, es decir que tienen más de 31 años de haber sido construidas; mientras que sólo el 9% tiene cinco años o menos de construcción y el 13.5% tiene de 6 a 10 años.
La mayor cantidad de las viviendas antiguas en México se concentran en la capital del país.
En la Ciudad de México el 41% de las construcciones de vivienda tienen una antigüedad superior a los 31 años. Es el mayor porcentaje en todo el país, seguido de Zacatecas, con el 33% del total de sus viviendas, y Jalisco, con el 28.7%, de acuerdo con la última Encuesta Nacional de Vivienda (ENVI) del INEGI, publicada en 2020.
Se calcula que en la CDMX, de 2.7 millones de viviendas particulares habitadas, en 1.1 millones tienen una antigüedad mayor a los 31 años lo que representa el 40.9%; seguido de 552 mil que tienen de 11 a 20 años; 550 mil de 20 a 30 años de construcción; y 235 mil de 6 a 10 años.
La Ciudad de México es la entidad con menor porcentaje de viviendas nuevas, ya que de las construcciones habitadas sólo el 3.4% (93 mil 500) tiene una antigüedad de 5 años o menos, de acuerdo con estimaciones del INEGI.
Esto se suma a los problemas estructurales que pueda tener cada vivienda y no sean atendidas o inspeccionadas por personal de Protección Civil.
El geólogo Alejandro Salazar Méndez comparte en sus redes explicaciones de los microsismos.
La misma encuesta del INEGI reporta que en la Ciudad de México el 29.3% de las viviendas tienen problemas estructurales provocados por grietas y cuarteaduras en techos o muros; el 11.3% tiene pandeos o deformaciones en los marcos de las puertas o ventanas; 10.5% reporta hundimientos o levantamientos del piso y el 32.4% de las viviendas habitadas tienen humedad o filtraciones de agua en cimientos muros o techos.
Además en 6.7% de las viviendas hay fracturas o deformaciones en columnas, vigas o trabes; mientras que en 7.1% los daños están en tuberías de agua o drenajes dentro de las edificaciones.
“Miren lo que un #microsismo de 3 le hizo a este edificio, por donde paso casi todos los días y cuya banqueta ya está reducida por ambulantes”, compartió la usuaria de X Graciela Montemayor (@Musicons).
ATLAS DE RIESGO DESACTUALIZADOS EN CDMX
Pese a la vulnerabilidad en la que se encuentra la Ciudad de México por la presencia de microsismos, sólo la alcaldía Álvaro Obregón tiene un Atlas de Riesgo local actualizado a menos de tres años, el resto van de los 4 a 11 años de desactualización.
En el reporte publicado en 2020, en Álvaro Obregón se reporta que la demarcación por su tipo de suelo, además de construcciones en zonas de barrancas, representa un riesgo importante a estudiar la presencia de microsismos.
“Las fracturas, fallas, minas y los eventos de microsismos en la zona son elementos que requieren de atención y mitigación. Si a los aspectos anteriores se les suman factores que incrementan el peligro, como las construcciones en barrancas y zonas con pendientes pronunciadas, estamos en presencia de posibles desastres”, puede leerse en el documento publicado por la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil del Gobierno de la Ciudad de México.
En una revisión realizada por EMEEQUIS a los documentos más actualizados de Atlas de Riesgos y de estudios geológicos que reporta Protección Civil del gobierno de la Ciudad de México, se pudo constatar que además de Álvaro Obregón, las alcaldías con una actualización más reciente de estos estudios son: Cuajimalpa (2019); Iztapalapa (2019); Milpa Alta (2018); Tláhuac (2018) y Tlalpan (2018).
Sin embargo, la alcaldía Benito Juárez, una de las más afectadas por los microsismos en la capital, tiene un reporte sin actualización desde el año 2012; seguido por Azcapotzalco, Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero, Magdalena Contreras, y Venustiano Carranza están por cumplir 10 años sin hacer una renovación a su atlas de riesgo desde el 2014.
Este 18 de diciembre se reportó otro microsismo.
Mientras que la alcaldía Xochimilco lo modificó por última vez en el año 2015; Coyoacán, Iztacalco y Miguel Hidalgo en 2016.
La desactualización de la información pone en vulnerabilidad a los habitantes de cada demarcación, para conocer los sitios de mayor amenaza ante movimientos sísmicos y desastres naturales; ya que de acuerdo con el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) deben actualizarse, al menos, cada dos años.
Un estudio legislativo dado a conocer por la Comisión de Protección Civil de la Cámara de Diputados alertó que el 85% de los municipios de todo el país carecen de Atlas de Riesgo. De 2 mil 457 municipios en México, únicamente 370 cuentan con un estudio similar.
De acuerdo con el geólogo Alejandro Méndez, estos estudios son responsabilidad de cada alcaldía y deben gestionarse los recursos suficientes para estudiar las modificaciones del territorio. “Hay un panorama un poco oscuro en la gestión de los Atlas de Riesgo. Algunos municipios no saben, ni se quieren meter en el asunto, y tampoco gastar dinero”, afirma el especialista del IPN.
“Cada mes debería de haber un departamento especial, y más en la Ciudad de México que estuviera actualizando el Atlas, encontrando nuevas estructuras, tendría que estar no como un documento que se hace cada año, sino como un Atlas vivo, cada día actualizándose”, señala.
@GloriaPE_
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