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Interpretó Rafael Caro Quintero papel de hombre arrepentido y humilde
En 2016 manifestó no ser ya un peligro para la sociedad, y tras negar que cometiera el asesinato de “Kiki” Camarena, afirmó que estuvo en el lugar y momento equivocados; cuatro años después, se dijo desempleado, prófugo e insolvente, para luego pedir a EU que parara su persecución
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EMEEQUIS. “Yo ya no soy un peligro para la sociedad. No quiero saber nada de narcotráfico. Si algo hice mal, ya lo pagué”, le dijo en 2016 el narcotraficante Rafael Caro Quintero a Anabel Hernández, en una entrevista desde la clandestinidad, tras ser liberado por error judicial en 2013.
La entrevista, publicada en agosto del 2016 por la revista Proceso, establece también que el sinaloense se dijo inocente y negó seguir relacionado al narcotráfico como lo aseguró la Agencia Antidrogas (DEA) en el reporte National Drug Threat Assessment .
A todas luces fue un evento extraño que uno de los más buscados decidiera dar la cara ante las acusaciones en su contra, pero lo hizo contra toda estrategia de un criminal.
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El supuesto jefe del Cártel de Caborca pidió a Enrique Peña Nieto, entonces presidente de México, y a la DEA dejarlo vivir tranquilo, pues, señaló haber pagado por sus delitos.
Pero la DEA y México lo acusan todavía de tener deudas pendientes por el secuestro, tortura y muerte del agente de americano, Enrique ‘Kiki’ Camarena, en 1985.
En la entrevista se dijo inocente de este homicidio y, según él, simplemente estuvo “en el lugar equivocado en el momento equivocado”.
Incluso, afirmó no tener problemas con ningún cártel y sentir respeto por las familias Guzmán y Beltrán Leyva, y que sus problemas los arreglaran entre ellos.
“No conozco a la familia Beltrán Leyva y no tengo ningún problema con ellos. Y con la familia Guzmán tampoco. Si ellos traen algún problema, es de ellos, mis respetos tanto a los Beltrán como a la familia Guzmán”, expresó Caro Quintero.
Dijo también que jamás traficó con heroína, cocaína o metanfetamina, sólo sembró marihuana, pero lo dejó de hacer desde 1984.
EN MEDIO DE LA NADA, PERO EN SINALOA
La escritora sostuvo que el encuentro con ‘El Príncipe’ se realizó en la zona serrana de Sinaloa y la entrevista se desarrolló en una casa de campo, en medio de la nada.
“No se dejen llevar por ilusiones nada más, por espejismos”, expresó en un cuarto de paredes encaladas.
En aquel entonces Estados Unidos ya ofrecía una recompensa de 5 millones de dólares, a diferencia de la actual de 20 millones, por lo que Anabel Hernández le preguntó al capo por su fortuna, quien le contestó que ya no existía.
Además, luego de 28 años de prisión y casi tres de prófugo, Caro narró su encuentro con “El Chapo” Guzmán durante un desayuno en 2013, cuando ambos estaban prófugos.
La detención más reciente en Choix, Sinaloa.
Hernández, que también habló con el narcotraficante en 2018, dijo en 2020 dudar de las afirmaciones que apuntan que tenga un control en Sonora. “Yo no lo vi en Sonora. En 2018, donde él sentía que estaba protegido y se escondía no era allí. Su lugar de seguridad, su matriz, está en Sinaloa. No creo que sea capaz de crear un imperio en la tierra de Sonora, donde manda el Mayo Zambada”, según dijo al diario El País.
Agregó que el panorama del narcotráfico en México se ha moldeado mucho desde entonces: los Beltrán Leyva están casi extintos y el CJNG ha ganado hegemonía y poder. “Pero no podría decir que ha regresado. Me parece ilógico que un capo que se esté dedicando al gran tráfico de drogas reciba en dos ocasiones a una periodista. No contaba con un gran personal, ni con instalaciones. Parecía un hombre acabado”.
DESEMPLEADO Y SIN PENSIÓN
Al exlíder del cártel de Guadalajara le decían “El Príncipe” por la ropa de lujo y las joyas ostentosas que siempre portaba, pero en mayo de 2020 se dijo desempleado, sin pensión y pidió que la justicia estadounidense no lo persiguiera más.
Rafael Caro Quintero, un narcotraficante fugitivo que figura a la cabeza de la lista de los 10 más buscados por de Estados Unidos por el asesinato de un agente federal en 1985, aseguró en una apelación legal que no tiene dinero, es demasiado mayor para trabajar y no tiene pensión.
La extraña declaración fue presentada en mayo de 2020 por los abogados de Caro Quintero, quienes buscan una orden contra su arresto o extradición a Estados Unidos por el secuestro y asesinato del agente especial de la DEA, Enrique Camarena, en México en 1985.
“El nombrado recurrente alega insolvencia porque dice tener más de 60 años de edad, no estar pensionado ni jubilado, y como hecho notorio aduce encontrarse sustraído de la acción de la justicia, lo que le impide –dice– laborar o desempeñar alguna actividad por la que pueda adquirir recursos económicos”, dice un acuerdo publicado por el tribunal.
SU NOMBRE UNA MARCA REGISTRADA
De manera extraoficial se sabe que el capo, de actualmente 68 años de edad y oriundo de Sinaloa, llegó a acumular una fortuna de casi 500 millones de dólares.
Desde 2017 el nombre “Rafael Caro Quintero” es una marca registrada, por lo que se impide que la denominación se utilice sin su consentimiento para servicios de entretenimiento, actividades deportivas y culturales o producción de programas de radio y televisión.
También se le debe pedir permiso para usar material fotográfico, artículos de papelería, así como material para artistas, de dibujo, de instrucción didáctico para publicaciones impresas a menos que se paguen los derechos.
Tanto su nombre como ambos apellidos cuentan con dos registros en el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI). Sin embargo, el capo no es el beneficiario de estos registros, sino su pareja sentimental y madre de su quinto hijo Diana Altagracia Espinoza Aguilar, es reina de belleza y quien estuvo presa en el Penal de Puente Grande, por delincuencia organizada.
@emeequis