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Exponen tentáculos políticos de “El Carrete”. Alcanzan las entrañas de la 4T
La guerra entre el exgobernador de Morelos Graco Ramírez y el actual mandatario Cuauhtémoc Blanco destapa ligas con el crimen. Destaca el caso de Antonio Mazari Benítez como titular de Defensoría Pública del gobierno de Morelos, primo de Santiago Mazari, apodado “El Carrete”, y el control de ayuntamientos.
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EMEEQUIS.– Las redes delictivas de “Los Rojos” no sólo penetraron la estructura pública de Morelos. También alcanzaron las entrañas del gobierno obradorista.
La presencia de Antonio Mazari Benítez como titular de Defensoría Pública del gobierno de Morelos, primo de Santiago Mazari Hernández, apodado “El Carrete”, líder del grupo delictivo conocido como “Los Rojos”, ha sido traída a cuenta en el contexto del más reciente pleito entre el exgobernador Graco Ramírez y el actual mandatario, Cuauhtémoc Blanco.
Pero en realidad, la estructura política desarrollada por el grupo de Mazari Hernández incluye posiciones para familiares y asociados: diputaciones locales y federales, presidencias municipales y puestos administrativos en el gobierno de Morelos y de la administración federal.
Las rencillas de los grupos que han dominado el gobierno de esa entidad en los últimos años –del PRD, del PT, del PES y de Morena– han terminado por exponer las verdaderas dimensiones de la falange política del líder criminal y su grupo.
A juzgar por sus mutuas acusaciones, de 2006 a la fecha el grupo de Mazari ha tenido el mando político en los ayuntamientos de Amacuzac, Cuautla, Jiutepec, y Emiliano Zapata.
Entre los operadores y miembros del grupo político afín a Santiago Mazari que ostentaron cargos de elección, se encuentran: su tío, Alfonso Miranda Gallegos, dos veces diputado local y dos veces alcalde de Amacuzac, por el PT, PES y Morena; Catalina Ríos Núñez, alias “La Jefa”, asociada, y exdirectora del DIF en Emiliano Zapata; el esposo de esta última, Alberto Figueroa Valladares, exalcalde de dicho municipio por el PRD; Miguel Ángel Rabadán Calderón, exalcalde Jiutepec por el PRD, entre otros.
Después salieron a relucir nombres del grupo en el gobierno de Morelos, como el del ya mencionado Antonio Mazari, director del Instituto de Defensoría Pública de 2018 a la fecha. En días recientes, el exgobernador Graco Ramírez señaló también al actual secretario de Desarrollo Social de Morelos como parte del clan de “El Carrete”, sólo que en lugar de decir el nombre correcto de este funcionario, que es Alfonso de Jesús Sotelo, el exmandatario dijo “Francisco Sotelo”.
De cierto que también ha habido miembros del grupo embrionario en Jóvenes Construyendo el Futuro y en el Banco del Bienestar.
Sin embargo, de los integrantes que llegaron a formar parte del grupo político inicial que dominó la región señalada, el que ha alcanzado la posición más relevante es Rabindranath Salzar Solorio, subsecretario de Gobernación de la administración obradorista desde junio de 2020.
EL PLEITO
El más reciente capítulo de la reyerta que libran el exgobernador perredista de Morelos, Graco Ramirez Garrido Abreu y el mandatario en funciones, Cuauhtémoc Blanco, ha alcanzado la mayor agitación en días recientes.
La reyerta se reactivó tras la difusión de una fotografía –publicada por el periodista Rivelino Rueda en El Sol de México– en la que Blanco aparece junto a tres presuntos líderes criminales.
Graco Ramírez señaló entonces que los funcionarios ya mencionados del gabinete de Cuauhtémoc Blanco, estaban ligados a Santiago Mazari. En respuesta, el exfutbolista presentó una denuncia ante la Fiscalía General de la República (FGR) contra Ramírez Garrido Abreu y Alberto Capella Ibarra, quien fuera Comisionado Estatal de Seguridad bajo el gobierno del perredista.
Los tildó de narcopolíticos: “Muchos cabrones quieren que me vaya, pero no me voy a ir; muchos narcopolíticos. Que les quede claro, a mí no me van a apantallar ni a amenazar”.
EL INICIO
A finales de 2014, el poeta y activista Javier Sicilia vaticinó, en declaración pública: “Morena terminará en la misma podredumbre que los demás partidos políticos”.
En una discusión epistolar con el jerarca morenista Martí Batres, a finales de ese año, Sicilia sostuvo su afirmación sobre el hecho de que, el 28 de octubre previo, de manera simultánea, dos cuestionados personajes de la vida política morelense habían anunciado su adhesión a Morena:
Rabindranath Salazar, entonces senador, proveniente del PRD, ligado al grupo de Catalina Ríos, llamada “La Jefa”; y Alfonso Miranda Gallegos, entonces diputado local, con orígenes en el PT, tío de Santiago Mazari Miranda, llamado “El Carrete”, líder de la estructura criminal conocida como “Los Rojos”, que tuvo un papel protagónico en la noche de Iguala, el 26 de septiembre de ese año.
GRUPO EMBRIONARIO
Rabindranath comenzó muy joven a hacerse llamar “Rabín”, para que los eventuales electores memorizaran con mayor facilidad su nombre. En los 90 consiguió la cartera de agua potable en el comité delegacional del poblado de Tejalpa, municipio de Jiutepec. De ahí se elevó como tesorero del alcalde de Jiutepec, Adolfo Barragán (1997-2000).
Pero fue en 2001 cuando dio un salto de alto grado de dificultad, pues se ascendió a la estructura ejecutiva de seguridad del estado de Morelos, al ser nombrado coordinador del Fideicomiso para el Fondo de Seguridad Pública, dentro del gobierno del panista Sergio Estrada Cajigal.
Fue aquella una época de terror impuesta por personajes como el jefe de la Policía Ministerial del estado, Agustín Montiel López, quien habría brindado protección a Juan José Esparragoza, llamado “El Azul”, por lo que fue procesado y condenado años después; y por Alberto Pliego Fuentes, coordinador de dicha estructura policial, quien fue detenido en 2005 por las mismas razones.
Un año antes, en 2004, Rabín dejó las estructuras de seguridad para convertirse en tesorero del presidente municipal de Cuautla, Damián Cruz Mendoza, que salió bajo acusaciones de desfalcos.
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En 2006, Rabín regresó a Jiutepec para asumir la presidencia municipal. En 2009, saltó al Congreso morelense, donde coordinó al grupo parlamentario perredista por tres años. Despuntaba ya como uno de los principales operadores políticos en Morelos. Extendió su poder en la región de Jojutla – Emiliano Zapata, colocando personeros en ambos municipios.
En Jiutepec, Rabín había dejado como sucesor a Miguel Ángel Rabadán Calderón, que había sido su director de Agua Potable. Y en el municipio de Emiliano Zapata había apoyado al también perredista Alberto Figueroa Valladares para ocupar la alcaldía en ese periodo (2009-12).
De hecho, Figueroa Valladares honró los compromisos políticos con Rabín: al hermano de este, Radamés Salazar Solorio, lo integró como su asesor. Y a Edson Yassir Rabadán Castrejón, hijo de Miguel Ángel Rabadán, lo nombró su secretario particular.
El extitular de la policía Alberto Capella denunció las ligas en un tuit.
EL ASCENSO DE “LA JEFA”
En marzo de 2011, Jorge García Ocampo, regidor de Emiliano Zapata, al llegar a su casa y cerrar la puerta tras de sí, recibió una lluvia de metralla. Salvó la vida tirado en el suelo por un par de minutos, mientras duró la ráfaga. Su automóvil quedó hecho una coladera. El día anterior había recibido una llamada que le decía: “A ver si ya le bajas a los cuestionamientos en cabildo”. La semana anterior, el alcalde Figueroa Valladares lo había retado a golpes en plena sesión del cuerpo edilicio.
Ese fue el estilo de gobierno de Alberto Figueroa Valladares y de su esposa, la presidenta del DIF, Catalina Ríos Núñez, conocida como “la Jefa”, por el hecho de que ella era quien ejercía control político real de la alcaldía de Zapata en ese periodo.
En 2014, la Procuraduría General de la República (PGR) investigaba los vínculos de Catalina Ríos con el crimen organizado. Según la indagatoria AC/PGR/MOR/CV/110/V/2014, Ríos Núñez tenía un trato fluido y directo con Servando Gómez Martínez, conocido como “La Tuta”, líder del grupo criminal de “los templarios”.
Versiones del columnismo regional de entonces, apuntan que “La Jefa” tuvo que dejar de lado los tratos con Gómez Martínez cuando se impuso en su región la estructura criminal de “Los Rojos”.
Y es que la zona ha sido controlada sucesivamente por el Cártel de Sinaloa, el Cártel de los Beltrán Leyva y Los Rojos.
Los hermanos Beltrán Leyva controlaban la zona después de su separación del Cártel de Sinaloa, y Sergio Villarreal, llamado “El Grande”, tenía a su cargo la región.
La averiguación previa PGR/SIEDO/UEID/439/2010 recoge el testimonio de Villarreal, detenido en septiembre de 2010. Relata un episodio entonces reciente, cuando su grupo fue auxiliado por autoridades en Emiliano Zapata:
“Era tanta la confianza y colaboración que teníamos que, una vez, en el municipio de Zapata, nos encontrábamos comiendo en el rancho Mi Pueblito, cuando nos avisaron que se acercaban soldados y, entonces, ‘El Borrado’ le habló al secretario de Seguridad Pública del estado, Luis Ángel Cabeza de Vaca, y en cinco minutos llegó un helicóptero de la SSP del estado, al parecer un Bell 206, y don Arturo, Jesús Romero y Alberto Pineda ‘El Borrado’ fueron sacados de Zapata en helicóptero hasta Puente de Ixtla”.
TODO EL PODER
Después de la captura de Villarreal, la zona fue disputada por los grupos criminales de los “Templarios”, “Los Ardillos”, “Los Guerreros Unidos”, y “Los Rojos”, imponiéndose al cabo estos últimos, liderados por Santiago Mazari Miranda, apodado “El Carrete”.
Mazari Miranda es originario de Amacuzac, municipio colindante con Guerrero. Su tío, Alfonso Miranda Gallegos fue alcalde del lugar de 2009 a 2012, justo el mismo periodo que Catalina Ríos y su esposo Alberto Figueroa gobernaban Emiliano Zapata, Miguel Ángel Rebadán en Jiutepec, y Rabín comandaba al PRD en la Legislatura estatal.
En 2012, “Los Rojos” eran ya una especie de franquicia del Cártel de Sinaloa, como lo difundió dos años después la revista Proceso, que destacaba que “El Carrete” tenía “línea directa” con la organización de Joaquín Guzmán Loera, llamado “El Chapo”.
Por esas fechas, la base popular de Rabín era tal, y tan amplio su papel de operador político estatal, que fue precandidato del PRD al gobierno del estado. El comité nacional se decidió por Graco Ramírez. Pero Rabín obtuvo en cambio la candidatura para un escaño en el Senado, que ganó, bajo la alianza PRD-PT-MC, de la cual fue uno de los principales artífices.
Catalina Ríos Núñez, “La Jefa”, fue candidata plurinominal en el primer sitio de la lista, pero resultó damnificada por la alta votación que obtuvo la alianza, y no alcanzó curul. Alfonso Miranda Gallegos, en cambio, postulado por dicha coalición, sí consiguió el asiento en el Congreso local.
Su hijo, René Miranda Domínguez, consiguió la candidatura de la alianza para Amacuzac, pero perdió.
En contraste, Radamés Salazar Solorio, hermano de Rabín, y Edson Yasir Rabadán Castrejón, hijo de Miguel Ángel Rabadán, fueron electos regidores en Jiutepec, por el PRD.
EL PARTEAGUAS DE IGUALA
Tras la desaparición de estudiantes de la Normal de Ayotzinapa en el municipio guerrerense de Iguala, la investigación de las autoridades determinó que los normalistas fueron atacados por un grupo criminal conocido como “Guerreros Unidos”, quienes confundieron a los primeros con sicarios del grupo de “Los Rojos”. Fue así como el grupo de Santiago Mazari, que hasta entonces sólo era conocido regionalmente, cobró fama nacional.
El alcalde de Iguala, José Luis Abarca, que comandaba la estructura criminal de los atacantes y que habría dado la orden de ataque a los estudiantes, era militante del PRD.
El 28 de octubre siguiente, en Morelos, Rabín y Alfonso Miranda Gallegos renunciaron a sus respectivas militancias y se sumaron a aMorena. Lo hicieron en actos por separado.
Rabín convocó a una conferencia de prensa en la que anunció su adhesión al morenismo, y aprovechó para exigir “que sea investigada toda la cúpula del PRD” por promover la candidatura de José Luis Abarca en Guerrero.
Por cierto que, en ese entonces, el antiguo colaborador de Rabín, Miguel Ángel Rabadán Calderón, era “Encargado de Estructura de Morena en el estado de Guerrero”.
Ya en 2018, Rabín fue nombrado coordinador regional de la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador para Puebla, Morelos, Guerrero, Ciudad de México, Tlaxcala e Hidalgo.
Su hermano, Radamés Salazar Solorio, fue coordinador de Redes de Morena en Morelos, y en 2018 alcanzó una diputación federal por ese partido. Falleció en 2021, víctima de la enfermedad de Covid-19. Presidía la Comisión Bicameral de Seguridad Nacional en San Lázaro.
CUAU Y MIRANDA, EN EL MISMO BARCO
Alfonso Miranda Gallegos fue electo en 2018 para un segundo periodo como alcalde de Amacuzac, postulado por Morena, PT y PES. Fueron los mismos comicios en los que Cuauhtémoc Blanco resultó electo gobernador, postulado por la misma coalición que el tío del Carrete.
En mayo de ese año, dos meses antes de la elección, Miranda Gallegos fue detenido bajo cargos de delincuencia organizada. Siguió gobernando desde prisión, e incluso inauguraba obras por teléfono, desde su reclusión en el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) N° 14, en Gómez Palacio Durango. Los empleados del ayuntamiento ponían el auricular en los altoparlantes.
En agosto de 2019, la Guardia Nacional apresó a “El Carrete” en Guerrero, por casualidad, según confesaron los mandos de la corporación, pues tenían otros objetivos.
Rabín, por su parte, ha desempeñado un papel relevante en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador: encabezó primero el Banco del Bienestar, a donde se llevó a su antiguo director de agua Potable en Jiutepec, Miguel Ángel Rabadán, que aún se desempeña como subdirector divisional para la División Centro Norte de esa institución crediticia.
Mientras tanto, el hijo de éste último, Miguel Ángel Rabadán Castrejón, también obtuvo empleo en el gobierno federal, como enlace de Jóvenes Construyendo el Futuro en Morelos.
Rabín, por su parte, en 2020 fue nombrado subsecretario de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos.
@emeequis