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A plena luz: líneas de investigación descartadas por las autoridades
La lucha por la verdad y justicia que han emprendido las familias de las víctimas se narra en el documental A plena luz, dirigido por el cineasta Alberto Arnaut, que se estrenó este 8 de diciembre en Netflix. En entrevista con EMEEQUIS, el documentalista explica el entramado de errores, evidencias manipuladas y obstrucción a la justicia.
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EMEEQUIS.– Aún se desconoce cómo sucedieron los hechos del 31 de julio de 2015 en un departamento de la colonia Narvarte, al sur de la Ciudad de México, donde fueron asesinadas cinco personas: Mile Virginia Martín, Alejandra Negrete, Yesenia Quiroz, la activista veracruzana, Nadia Vera, y el fotoperiodista, Rubén Espinosa.
Múltiples hallazgos y líneas de investigación fueron descartadas por las autoridades, sin que se llegue, hasta ahora, a conocer la verdad, identificar y sancionar a todos los responsables de los asesinatos.
Esta lucha por la verdad y justicia que han emprendido las familias de las víctimas se narra en el documental A plena luz, dirigido por el cineasta Alberto Arnaut, que se estrenó este 8 de diciembre en Netflix.
En entrevista con EMEEQUIS, el documentalista explica el entramado de errores, evidencias manipuladas y obstrucción a la justicia que realizó la entonces Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México para crear versiones estigmatizantes que garantizaran que el caso se mantenga en impunidad.
“El documental hace poner atención en estas estrategias mediante las cuales la autoridad es capaz de garantizar la impunidad… Se va haciendo todo una telaraña de situaciones en que el caso y la verdad se ven lo suficientemente empañadas para que ni siquiera un grupo de periodistas, documentalistas, historiadores, peritos, puedan acceder a la verdad”, explica el director de la película.
Memorial en el lugar de los hechos. Foto: Cuartoscuro.com.
LA VERDAD A MEDIAS CONSTRUIDA POR LA PGJ
En 2015, la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México construyó diversas “verdades históricas”, para desligar que el crimen ocurrido en la colonia Narvarte se pudiera tratar de un ataque político o de libertad de expresión, que pudiera estar relacionado con la activista Nadia Vera, o con el fotoperiodista de Proceso, Rubén Espinosa.
Ambos habían recibido amenazas y ataques que habían puesto en riesgo su vida, razón por la que tuvieron que desplazarse de Veracruz a la Ciudad de México. “Si cualquier cosa nos llega a suceder, responsabilizamos totalmente a Javier Duarte y a todo su gabinete”, dejó grabado Nadia Vera en un video meses antes de su muerte, pues había recibido intimidaciones por parte del entonces gobernador de Veracruz, quien se encuentra actualmente preso por lavado de dinero y asociación delictuosa, además fue vinculado a proceso recientemente por desaparición forzada en agravio de una persona cuya identidad es resguardada.
Detrás de cámaras.
“APELARON A LA ESTIGMATIZACIÓN”
Tras el ataque ocurrido en el departamento 401 del edificio Luz Saviñón 909, donde se cometió un homicidio y cuatro feminicidios, todos con huellas de tortura, la PGJ se concentró en entramar una versión que hiciera a las víctimas responsables de su muerte, o se justificara que fueran asesinadas a plena luz del día.
“Apelaron a la estigmatización social al decir; entre las victimas había una ciudadana colombiana, por lo tanto muy probablemente, se encontraba en una situación de prostitución o metida o vinculada a grupos criminales de narcotráfico en la Ciudad de México… Ellos no querían escalar más allá de las tres personas que, decían, habían participado en el operativo y que salían en uno de los videos que difundió la Procuraduría”, explica el documentalista Alberto Arnaut.
Con videos y detalles de la investigación filtrados a la prensa, la PGJ determinó que los asesinatos se habían cometido por tres personas como presuntos responsables materiales de los hechos. Refiriendo que se trató de una riña en una fiesta, un arreglo de cuentas del narcotráfico, o el involucramiento con una agrupación de trata de personas y prostitución, pero hasta el momento ninguno se ha podido corroborar.
Alberto Arnaut, el director. Foto: Cuartoscuro.com.
Las autoridades capitalinas desistieron de indagar los nexos de vinculación política sobre el activismo de Nadia en Veracruz, o el trabajo periodístico de Rubén Espinosa así como su relación con Javier Duarte. Pese a haber múltiples factores que podrían delinear la ruta hacia más presuntos responsables, no se ha determinado lo que ocurrió en el ataque.
“No sólo hay una incapacidad de la Fiscalía para investigar correctamente. No están lo suficientemente preparados o no tienen las herramientas tanto técnicas, como teóricas para poder realizar este tipo de investigaciones. Estaban estrenando el protocolo de feminicidios y no lo aplicaron como debería ser”, cuenta el cineasta.
La realización del documental les llevó, a Arnaut y la producción, un trabajo de cuatro años. “Revisamos veintitantos tomos de expedientes, muchas horas de videos, sábanas de llamadas”, explica el director. Con el involucramiento de abogados, peritos, especialistas en criminología, periodistas y cineastas para contar un caso plagado de irregularidades y sin un móvil que aporte claridad a lo ocurrido.
A diferencia de Hasta los dientes, el primer documental de Alberto Arnaut que logró que el Ejército reconociera su responsabilidad en el asesinato de dos estudiantes del Tecnológico de Monterrey; la falta de investigaciones claras en el caso Narvarte, impedían delinear y contar cómo y por qué sucedió el homicidio y multifeminicidio.
“La película no iba a ser sólo de lo que pudo haber ocurrido en la Narvarte, sino de también de por qué no sabemos lo que sucedió, qué es lo que impide que sepamos”, refiere el cineasta.
Duarte, el principal sospechoso. Foto: Netflix.
LOS DETALLES QUE NO CONTARON EN LA INVESTIGACIÓN
Pormenores que podrían tomarse como errores dentro de la investigación de la Procuraduría, fueron analizados por el equipo de A plena luz, hasta evidenciar que eran fallas intencionadas para delimitar la búsqueda de responsables. “Eran demasiado graves para ser un error”, comenta el documentalista.
Uno de los más evidentes, fue no seguir el rastro de llamadas de uno de los teléfonos de los involucrados, clave en la investigación, para identificar quiénes serían los posibles coordinadores del atentado.
Para evitar seguir el rastro, las autoridades pidieron mal el registro de llamadas y ubicaciones del número telefónico. “No fue solicitado correctamente, y en las dos ocasiones la solicitud tenía errores muy flagrantes, que impidieron que pudiéramos acceder a toda la información que contiene la sábana de llamadas de ese número”, cuenta Arnaut. Estos datos ya no pueden solicitarse porque la compañía telefónica Nextel ya no existe.
A partir del análisis de las sábanas de llamadas de los teléfonos de los tres detenidos, se puede determinar que en el crímen participaron por lo menos 10 personas. Quienes estuvieron al tanto de los homicidios, porque realizaron llamadas antes, durante y después con los números de las tres personas que presuntamente entraron al departamento.
“También notamos que pudo haber un fuerte contubernio entre las autoridades de la Procuraduría y alguien dentro del grupo o ligado al grupo que realizó el operativo”, asegura el cineasta, ya que ni la PGJ, ni las autoridades vigentes en la Fiscalía han logrado dar con los demás involucrados.
Otro hallazgo que se pasó de largo, fue la identificación de otro vehículo que participó en el hecho, donde se ubica mediante videos la participación de más personas.
“En los videos, por lo menos, se ven cinco personas que participaron directamente en el operativo. Si bien no directamente dentro del departamento, sí haciendo labores de muro o coordinando la operación… Hay un carro adicional que, a pesar de que aparece en todos los recorridos que hace la camioneta donde viajaban los victimarios, no se le sigue, no se le persigue. Ni siquiera podemos saber ahora qué placa tenía ese Malibú que es el que sigue todo el tiempo a los victimarios que se fueron detenidos”, explica Alberto Arnaut.
Con el documental esperan que se genere una presión social hacia la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, ahora representada por Ernestina Godoy, para que se tengan avances por esclarecer el caso, además de que se logre identificar y vincular a las demás personas que participaron.
El director afirma que han percibido mejor voluntad política de las autoridades para transparentar el caso, dando la oportunidad a que las familias accedan a los documentos de la averiguación previa; pero no así para dilucidar lo que ocurrió y llegar a la justicia.
“Aún no hay voluntad de llegar a la verdad, es un poco timorata en las investigaciones tratando de quitarle o reducir importancia al caso y a la agrupación que pudo estar detrás del multi feminicidio y homicidio”, afirma.
@GloriaPE_
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