Nextlalpan: el poblado mexiquense que vivió en carne propia las consecuencias del AIFA

EMEEQUIS. – Ubicado a poco más de 2 kilómetros de distancia del nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, el municipio de Nextlalpan ha sido una de las localidades que han vivido en carne propia las repercusiones -positivas y negativas- de la construcción del nuevo aeropuerto del país. 

La palabra Nextlalpan proviene de origen náhuatl y significa, “sobre el suelo de ceniza”. Este municipio cuenta con más de 50 mil metros cuadrados de superficie (uno de los más extensos en la entidad) y está compuesto de tres comunidades urbanas: Santa Ana Nextlalpan, San Miguel Jaltocan y la Exhacienda Santa Inés, el resto está conformado por comunidades rurales. O así era hasta antes del AIFA.

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“Mariana”, nombre ficticio, ha vivido en este poblado desde los 5 años de edad. Es decir, llegó al pueblo aproximadamente en 2005. Desde ese año a la fecha, todo es radicalmente diferente. La puesta en escena de una de las promesas más grandes del presidente López Obrador, el AIFA, ha generado que la vida en Nextlalpan haya dado un giro radical. Lo que era un municipio tranquilo, cerrado y que parecía fuera del mapa, ha vivido un proceso de urbanización, comercialización y modernización que poca gente hubiera podido imaginar en el pasado.

 Si bien este proceso ha conllevado una mejoría para gran parte de su población en materia económica, urbana y en la vida cotidiana en general; también ha repercutido en la seguridad pública, desigualdad e, inclusive, ha afectado la confianza y comunicación entre vecinos.

 NEXTLALPAN Y EL AIFA

Nextlalpan es un pueblo en el que, como se presume en su composición territorial, predomina el terreno baldío o poco explotado. Es por ello que, tal como se visualiza, el nuevo aeropuerto está construido, en parte, dentro de esos terrenos. Al no estar utilizados, varios de los dueños aceptaron vender al gobierno fácilmente, pero otros no.

Mariana considera su localidad como un pueblo un tanto cerrado y donde las familias fundadoras tienen un gran poder, mismo que se refleja en poca apertura a nuevos habitantes o visitas incómodas. De hecho, en Jaltocan, uno de los barrios del municipio, tienen un consejo de ancianos que deciden que sí y que no se realiza. Su unidad es tal que, si escuchan las campanas de la iglesia y no es hora de misa, saben que algo malo ocurre.  Por esto mismo no dejan entrar fácilmente a nadie; ni siquiera a programas sociales, y mucho menos a abogados que negociaranpor los terrenos para construir el AIFA.

 Al principio existió mucha resistencia, en varios medios de comunicación circularon noticias al respecto y parecía que la construcción tendría un gran obstáculo. Las negociaciones fueron largas y reñidas, hasta que pobladores de Jaltocan decidieron vender con la condición de que se beneficiara directamente a su comunidad. Dicha negociación resultó en la construcción de dos zonas habitacionales. 

La comunidad de San Miguel Jaltocan buscaba poder aprovechar mejor las negociaciones, pero como cuenta Mariana, al ser una población en su mayoría vieja, el Covid-19 facilitó las cosas para el gobierno que, finalmente, logró expropiar y comprar los terrenos necesarios para proseguir con la obra. De hecho, la entrada principal al Aeropuerto Felipe Ángeles está ubicada dentro de esta comunidad.

Según datos de La Jornada, hasta el pasado 18 de diciembre del año pasado Sedena había adquirido un total de 1,158.06 hectáreas ubicadas en los municipios de Zumpango, Nextlalpan, Tecámac y Melchor Ocampo, por un costo de 3 mil 233 millones 431 mil pesos. Respecto a las hectáreas expropiadas, de acuerdo a lo informado en el Diario Oficial de la Federación (DOF), la Sedena obtuvo por dicha vía poco más de 120 hectáreas de tierras ejidales de dichos municipios.

 LOS BENEFICIOS DEL AEROPUERTO

Es aquí cuando la historia de Nextlalpan y su barrio de Jaltocan cambió drásticamente. Pasó de ser un municipio que poseía zonas que ni siquiera tenían luz o drenaje, del que su máximo atractivo turístico eran las ferias populares, en donde gran parte de la población se dedicaba a la producción y venta de mezclilla, y donde era más común ver bicicletas que autos; a una zona con corredores comerciales, con abundancia de coches, turistas consumiendo y una cantidad de gente poca antes vista.

Pero tal como cuenta Mariana, uno de los cambios más notorios fue la permanencia de los habitantes. Antes del AIFA Nextlalpan era un punto poco conocido dentro del Estado de México, tal era la poca atención que recibía que a la fecha no cuenta con un cine, una plaza comercial y su mayor cercanía con las empresas multinacionales es una Bodega Aurrerá de lo más rústico. Por ello, los trabajos eran escasos y si alguna persona deseaba poner su propio negocio en el centro o alguna zona concurrida, no conseguía durar más de 3 o 4 meses dada la poca afluencia. Ni hablar de educación, si bien Nextlalpan cuenta con su primaria, secundaria y preparatoria propias, el nivel educativo y de infraestructura es incomparable a las escuelas del Valle de México. 

Todo esto generaba que Nextlalpan estuviera habitada, en gran parte, por población flotante, que día a día debía viajar varios kilómetros a la Ciudad de México para trabajar o estudiar, o si contaban con suerte, a poblados más cercanos como Zumpango o Tecámac. Pero el AIFA originó que el ritmo de vida y urbanización acelerara, por lo que actualmente parte de esa población flotante ha conseguido asentarse y encontrar una salida económica en su propia localidad sin tener que gastar cientos de pesos en pasajes día a día y viajar por largos trayectos.

Además del ingreso económico que significó para muchas familias, otro de los beneficios que trajo a la localidad el nuevo aeropuerto fue el interés gubernamental. “No es por alabar al gobierno, pero honestamente sí hubo una inversión importante en la comunidad. Antes era inimaginable ver canchas empastadas, zonas habitacionales, parques remodelados o inclusive la Casa de Cultura en obra para mejorarse”, cuenta la joven.

Mariana confiesa la emoción que le genera ver un avance de este tipo después de años en que Nextlalpan era una zona desplazada y olvidada. Sin embargo, no todo es color de rosas. Si bien esta obra conllevó avances en la comunidad, también desencadenó una parte oscura en la historia del municipio.

LAS REPERCUSIONES NEGATIVAS

El caso más conocido es el secuestro de un menor de edad que originó cierre de vialidades y se volvió noticia nacional, dadas las circunstancias. Pobladores del municipio cuentan que a raíz de la venta de terrenos, algunas familias de la zona consiguieron un ingreso económico importante, y como buen pueblo, la noticia pasó de boca en boca: de inmediato se supo quiénes eran las familias que habían conseguido ese dinero y ello desembocó en amenazas de secuestro, secuestros reales e intentos de extorsión y fraude entre los mismos pobladores y delincuentes que venían de otros municipios buscando aprovecharse del auge económico que vivía el poblado.

Además, las constantes negociaciones entre las comisiones de Jaltocan y personal del gobierno han desencadenado en riñas contra militares y policías, bloqueos y amenazas. De acuerdo a pobladores, no hubo un cumplimiento de acuerdos entre las partes y mientras un sector buscaba exigir más, el otro buscaba dar menos. Inclusive, hasta la fecha continúa siendo noticia alguna protesta de la comunidad o intentos de bloqueo en el aeropuerto.

Un tema que, comparado con los antes vistos, podría resultar menor, pero que también es consecuencia directa del aeropuerto, es el cambio en la atmósfera de la zona. Mariana cuenta que antes era cotidiano salir a dar un paseo a pie o en bicicleta por el municipio, ir por un pulque y disfrutar el paisaje natural y tranquilo que ofrecía la localidad. Sin embargo, el impacto del AIFA también repercutió en esto. “Una se acostumbra a que la polémica sea el chisme, el pasatiempo era pasear, comprar pulque, con milpas detrás y caminar de municipio en municipio. Es difícil cómo se ha ido perdiendo eso. Es complicado dejar atrás la tranquilidad”, confiesa la entrevistada.

EL INTERÉS POLÍTICO

Este amigable poblado que vislumbra a lo lejos parte del Río de los Remedios, y donde la señora Elena Díaz Cedillo decidió aterrizar con su oficio de confección que originó la tradición mezclillera en la zona desde 1943, ha vivido recientemente múltiples conflictos políticos que contrastan con la tradición conservadora del lugar.

De la noche a la mañana, con el anuncio y comienzo de construcción del AIFA, Nextlalpan brilló en ese mapa oscuro al norte del Estado de México, y el poder político vislumbró la importancia que este poblado tendría en un futuro cercano.

Y es que, tal como refiere Mariana, esta zona, durante las elecciones locales en 2021, se vio envuelta en múltiples intereses políticos que antes no existían. Esto se vio reflejado en noviembre del año pasado, cuando durante la jornada electoral se dieron múltiples quemas de urnas y saqueos, mismos que originaron elecciones extraordinarias. Así, el 14 de noviembre, tras estos altercados, se anunció que Lorena Alameda Juárez ganaba el Ayuntamiento venciendo por casi 3 mil votos a su contraparte Saira Alejandra Beltrán, de la coalición Va Por México.

 Lorena Alameda

Mario Delgado, presidente del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), es contundente y sus declaraciones exponen lo referido: el triunfo de Morena en Nextlalpan en 2021 consiguió salvaguardar y asegurar la obra prometida por AMLO desde el inicio de su gobierno.

La obra del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles arroja varias disyuntivas que han sido cuestionadas múltiples veces en el ámbito académico, político y en medios de comunicación. Es imposible negar que esta obra ha conseguido llevar beneficios nunca antes vistos para una población como Nextlalpan, que históricamente se mantenía en la sombra; sin embargo, el municipio también ha recibido los golpes de la mediatización: intereses políticos, conflictos en negociaciones, alza de inseguridad, peleas internas y pérdida de la tranquilidad. 

@aldo_canedov

@emeequis

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