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Invisibilidad de feminicidios, mientras Murat mira a Los Pinos
María Elena Ríos, la saxofonista atacada con ácido ha dicho muchas veces que no, la última en la Guelaguetza, donde protestó por la violencia feminicida en Oaxaca, pero fue sacada por la fuerza y agredida por policías estatales
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¿CUÁL ES LA HISTORIA?
EMEEQUIS. Imaginemos la escena: Estamos en el Auditorio Guelaguetza, en el Cerro del Fortín. Se puede escuchar al trombón y a la voz de una mujer cantar la Canción Mixteca mientras los asistentes alzan los sombreros al ritmo de la música. De pronto, una joven de largo cabello negro y un vestido fosforescente alza, junto a su hermana, una pancarta con la frase “Oaxaca feminicida” y el dibujo de un saxofón.
Esa joven que no solo resaltaba su vestido y la pancarta que traía es María Elena Ríos, de pronto es acosada con gritos y chiflidos por los asistentes al evento más bonito y turí$tico del estado gobernado por Alejandro Murat. Le exigen que baje la pancarta porque no deja ver y minutos después, es llevada por la fuerza y agredida por policías estatales.
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María Elena, la saxofonista, la revoltosa, la sobreviviente, la víctima incómoda. María Elena, la que no dejaba ver un espectáculo por protestar con la realidad feminicida de su estado. María Elena, la que dijo que no.
María Elena Ríos ha dicho que no varias veces. Le dijo que no al ex diputado priista Juan Antonio Vera Carrizal, no a morir tras ser atacada con ácido, no a ser una víctima que se queda callada ante la falta de justicia y otras causas que la conmueven como la apropiación cultural y robo de textiles por parte de Ivette Murat, esposa del gobernador.
Decir que no, no debería tener consecuencias, menos a una mujer que ha sido revictimizada pero el gobierno oaxaqueño le da la espalda constantemente y cada vez más se evidencian las represalias en su contra.
El pasado lunes, la joven saxofonista denunció en sus redes sociales que el gobernador priista le notificó mediante dos de sus abogados sobre el retiro de sus tratamientos dermatológicos y quirúrgicos. El retiro de estos derechos se sumó a las medidas cautelares que el Consejo Consultivo del Mecanismo de Protección a Personas Defensoras Humanos y Periodistas le redujo.
Pero el gobernador Murat, que dos años antes destapó sus intenciones de ser un candidato presidencial y que parece no inmutarse ante los más de 600 feminicidios que se acumularon en su gestión, lo negó todo y su “no” vale más desde las esferas del poder.
Hoy en Opinión51 lanzamos una edición especial con las plumas de Alma Delia Murillo, Yohali Resendiz, Ivabelle Arroyo y Gloria Piña, para alzar la voz junto a María Elena porque su caso, el de la víctima incómoda que dice no, enmarca el de miles de víctimas y sobrevivientes de feminicidio que merecen justicia, una vida libre de violencia y de revictimización.
María Elena, hoy también nosotras decimos que no. No estás sola.
@Sandra_Romandia
@emeequis