Las madres y sus hijas: las historias que robaron cámara en la marcha 8M

Por Frida Mendoza

EMEEQUIS.– La chispa no se apagó ni se dejó intimidar este 8 de marzo. Distante a las advertencias previas por parte del gobierno federal y el de la Ciudad de México, la marcha por el Día Internacional de la Mujer fue el motor que movió a mujeres, personas con identidades disidentes, niñas y niños para tomar las calles de la capital y del país entero en el que cada vez hay mayor apertura y reunión de generaciones donde las infancias puedan participar activamente.

Previo a la marcha los preparativos fueron notorios, tanto en las redes sociales como en las calles. En la virtualidad estuvo la organización en grupos de apoyo, invitaciones a marchar juntas, consejos para cualquier incidente y rutas alternas para salir en caso de que sea necesario correr; en las calles, además de carteles, pañuelos y cubrebocas, pues la pandemia aún sigue, las mochilas van cargadas con agua, dulces, papel de baño, kits de limpieza, ropa, bloqueador, antiácidos y otros remedios caseros para contrarrestar un posible “gaseo”, ya sea de extintor, gas lacrimógeno o pimienta.

Otras mujeres no solo cargaban con lo que podía servirles, sino con lo que ayudaría a las que marchaban a su lado, o con ellas, pues en gran parte de los contingentes muchas marcharon tomadas de la mano de sus hijas e hijos, manejando carreolas, e incluso, porteando a sus bebés.

Estuvieron también los otros preparativos, un tanto anunciados, luego de que Martí Batres, secretario de Gobierno capitalino, dijera que la protesta del 8 de marzo sería “muy violenta”: estaciones de policía, bancos, estaciones del Metrobús, calles y monumentos tapiados, resguardados, amurallados. 

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Y mientras las policías capitalinas de la agrupación Atenea, que según la Secretaría de Seguridad Ciudadana capitalina serían alrededor de 3 mil, tomaban posición, el grito de “la policía no me cuida, me cuidan mis amigas” tomaba fuerza. 

La unión de generaciones fue visible: estuvieron quienes marchaban por primera vez y las que tenían años haciéndolo. Y sin importar quién ocupe la silla presidencial, las demandas continuaron, y se agregaron más, como la indignación por la eliminación de las escuelas de tiempo completo, los cambios en las estancias infantiles, la deuda en igualdad de oportunidades laborales y la brecha de género así como la desatención a la ola de feminicidios o la criminalización de la protesta por parte de autoridades federales y estatales. 

Aspectos de la marcha en CDMX. Fotos: Andrea Murcia / Cuartoscuro.com.

“ME HA COSTADO TRABAJO MATERNAR Y TRABAJAR”

En la ruta de la marcha inicia en la Victoria Alada, o Ángel de la Independencia, en camino al Zócalo capitalino, madres toman de la mano a sus hijos, amigas se abrazan e inicia la caminata entre cantos y diversas consignas rodeadas por las jacarandas que anuncian la inminente llegada de la primavera, así como de los distintos motivos por los cuales salen a marchar.

“Yo marcho por la desigualdad que hay en el área médica; parece que ser mujer y ser mamá es un obstáculo para ejercer la medicina. Me ha costado mucho trabajo tener apoyo; también marcho porque en mi familia hay mujeres trans y no quiero que un día de estos me hablen y me digan que ya no están”, señaló Mareli del contingente Médicas Verde Violeta, quien sostenía con un brazo la pancarta y con el otro cargaba a su hijo.

De acuerdo con cifras del censo 2020 del INEGI, alrededor del 42% de mujeres con al menos un hijo tiene una participación económica activa, es decir, el 58% de las madres mexicanas no tiene un trabajo.

“Quiero crecer sin miedo” y “abuelita vine a gritar lo que a ti te hicieron callar” se escucha en la marcha del 8M en CDMX. Video: Nantzin Saldaña. 

La participación activa de madres con sus hijas e hijos en las manifestaciones feministas recientes tiene ya un antecedente: el contingente de la colectiva Crianza Feminista, el cual tomó notoriedad al formar uno de los contingentes más grandes de mujeres y familias con carreolas, bebés en brazos y menores de edad.

Aunque en este 2022, Crianza Feminista no participó en la manifestación de la Ciudad de México, su presencia fue activa en la marcha de Toluca, en el Estado de México.

Angeli, una de las fundadoras de la colectiva explicó en entrevista con EMEEQUIS que ante la idea de que las mujeres y personas que cuidan de niñas y niños no pudieran marchar o participar en protestas sociales fue una de sus principales motivaciones de protestar en la capital. Sin embargo, para ella ya era hora de descentralizar la protesta.

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“Muchos de los acompañamientos que damos, pues son en el Estado de México, y muchas integrantes de nosotras habitamos fuera de la Ciudad de México y la verdad que para mí era muy relevante un ejercicio de descentralización y pues aquí en la comunidad donde yo vivo, que es una semirural, en el Estado de México es muy difícil crear redes, es más no es la misma forma de vivir ser mujer. Así que decidimos hacerlo en Toluca porque hay varias cosas que exigir que son necesarias, pues vamos a trabajar otra vez en una iniciativa, pero ahora no es por la despenalización del aborto, sino que en esta legislatura vamos a pelear por la legalización que involucra cuestiones diferentes. También es necesario hablar de los feminicidios, desapariciones y secuestros en el Edomex”, explicó.

A un costado de la marcha de la capital, Daniela observaba junto a su hija a las manifestantes pasar, ambas con pancarta en mano; para EMEEQUIS reveló que traer a su hija a las protestas forma parte de su deseo de que las infancias se desenvuelvan en un mundo donde haya mayor igualdad de oportunidades.

“Quiero que el día de mañana ella pueda estar libre y segura por las calles”, afirmó.

A la voz de Daniela, las de Fernanda y Gregoria también se sumaron. Fernanda, junto a su hijo de ocho años, reveló que su mayor deseo es que no haya más mujeres desaparecidas ni feminicidios, por lo que es importante que éste participe activamente; por su parte Gregoria traía a su sobrina pero el deseo de que la violencia cese fue lo que la impulsó a venir.

“Esperamos que el gobierno nos escuche y ya dejen de asesinar mujeres. No queremos que haya más feminicidios y menos que queden niños huérfanos”, dijo.

De acuerdo con información del INEGI recopilada por Data Cívica, entre 2010 y 2020 33 mil 159 mujeres fueron asesinadas en México, en promedio, 9 mujeres por día. 

Sin embargo, la organización civil destaca que el número subió a 11 asesinatos de mujeres diarios en 2020. Las mujeres más jóvenes (de 20 a 35 años) son las que ocupan el porcentaje más alto de asesinatos y la tasa en estas edades sigue en aumento (en mujeres de 20 a 27 años pasó de 3.1 de cada 100 en el año 2000 a 8.9 en 2017; comparando el mismo periodo pero en mujeres de 28 a 35 años pasó de 3.2 a 8.2). 

Pese a que el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública revela las cifras mensuales y anuales de carpetas de investigación abiertas por feminicidio, la organización Data Cívica enfatiza que esta cifra depende de los criterios de cada autoridad para determinar si fue o no feminicidio, esto debido a que cada estado de la república tiene su propia tipificación de este delito.  

Una parte del contingente golpeó las vallas que rodeaban Palacio Nacional. Video: Frida Mendoza. 

LA MAREA VERDE SUBIÓ 

A lo largo de la marcha, los pañuelos verdes tampoco faltaron, lo cargaban niñas y mujeres de todas las edades.  

La petición por la despenalización del aborto en todo el país es otra de las más grandes insistencias del movimiento, pues aunque en los últimos años hubo pasos relevantes al sumar a cinco estados (Oaxaca, Hidalgo, Veracruz, Baja California y Colima) y la CDMX a una legislación que permite el aborto voluntario, en el resto del territorio sigue siendo perseguido. 

Sin embargo, una hora después de que los contingentes iniciaran el recorrido rumbo al Zócalo capitalino, el Congreso de Sinaloa aprobó con 28 votos a favor, 2 en contra y 9 abstenciones la despenalización del aborto, convirtiéndose así en la séptima entidad que dio este paso tan relevante.

NO FALTÓ EL GAS

Los preparativos ante una posible gaseada no fueron una exageración. En Palacio Nacional, cuando un grupo de feministas del bloque negro inició acción directa contra los tapiales que resguardaban el recinto, las policías que se encontraban detrás abrieron extintores y los rociaron hacia las manifestantes. Además, hubo uso de gas pimienta pese a que el gobierno de Claudia Sheinbaum señaló que no habría gas.

No es la primera ocasión que ocurre esto, pues en las marchas del 14 de febrero, 8 de marzo y 28 de septiembre de 2020, el encapsulamiento y uso de extintores hicieron sus primeras apariciones oficiales.

@toxiicpriinces1