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Ventiladores de la 4T: con retrasos, sobrecostos y regalados a Cuba
El enredo cubano: Conacyt asegura que se donaron 200 ventiladores a ese país, pero Cancillería no tiene registro alguno y en Cuba no se difundió en sus medios. Retrasos, sobrecostos y contradicciones han sido el sello de los aparatos que pretendían ser el orgullo de la ciencia nacional.
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EMEEQUIS.– Los ventiladores de la 4T se perfilaban como el orgullo de la ciencia nacional en medio de la pandemia, pero quedaron inmersos en irregularidades y una serie de contradicciones en cuanto a su producción y destino.
Se fabricaron por instrucción del presidente con la intervención del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), a cargo de María Elena Álvarez-Buylla, y de acuerdo con información del propio Conacyt, tuvieron un sobrecosto de producción del 88% por encima de lo planeado, además, sufrieron un atraso de 18 meses en su entrega a partir de la fecha ofrecida, llegaron después de la primera y segunda ola de contagios, y 200 de ellos fueron supuestamente donados a Cuba sin que se enterara la Cancillería.
Aunque existe registro de su envío a 29 hospitales del país, sólo se recomiendan para uso de emergencia pues son “lo más básico, de lo básico”, según lo dicho en un video didáctico grabado en el Hospital de Alta Especialidad del ISSSTE en Morelia, durante la entrega y capacitación de estos equipos por parte de Ana Karen Robles, de la empresa privada contratada para prestar este servicio.
En el video didáctico se menciona que este aparato es “lo básico de lo básico” y sólo para uso de emergencia.
EL ENREDO DE CUBA
Entre la serie de contradicciones destaca la entrega de 200 ventiladores a Cuba, pues en respuestas a solicitudes de información, Conacyt afirma que se entregaron, sin embargo, la Cancillería manifestó no estar al tanto de lo sucedido.
En su oficio del 19 de octubre de 2021, David Mendiola, funcionario habilitado de la Unidad de Articulación Sectorial y Regional del Conacyt, informó que fueron donados 200 ventiladores a Cuba, 150 del tipo Ehécatl y 50 marca Gätsi.
A pesar de esta aseveración, en la respuesta de la SRE a la solicitud de información número 330026821000165, se manifiesta que a la fecha del oficio, 22 de octubre de 2021, ni un solo ventilador del tipo de los que produjo el Conacyt había sido donado a Cuba. Los ocho que México había distribuido de esta forma, adquiridos a la empresa Metalsa, se entregaron para Antigua y Barbuda, Belice, Santa Lucía y República Dominicana, dos por país, como parte de las acciones de apoyo del gobierno de México, a través de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo.
La Cancillería no fue informada de la supuesta donación de equipos a Cuba que afirma Conacyt.
En adición a lo anterior, en sus medios oficiales el gobierno de Cuba no se pronunció sobre la supuesta donación de estos equipos por parte de México, lo que contrasta con la amplia difusión que le dio a la recepción de 30 ventiladores enviados por China Popular en julio de 2021. También en medios oficiales ha manifestado el agradecimiento a México por la donación de 800 mil jeringas con sus agujas.
EMEEQUIS solicitó información vía correo electrónico a la embajada de Cuba en México al respecto de la entrega de los aparatos que el Conacyt asegura que se hizo, pero al cierre de la edición aún no se había recibido respuesta.
LOS ANTECEDENTES
El 23 de abril de 2020, la directora del Conacyt Álvarez Buylla anunció que, por instrucción del presidente de la República, el Consejo se encargaría de producir respiradores artificiales para prevenir lo que se avizoraba como una epidemia y eventualmente pandemia, que requeriría del uso de estos equipos para el tratamiento de personas en estado crítico.
En esa conferencia, la responsable de la política científica del país, después de atribuir a la “ciencia neoliberal” las complicaciones en la lucha contra Covid, informó que se había establecido la meta de lograr una soberanía tecnológica para enfrentar la pandemia, por lo que se producirían, para el 15 de mayo de ese año, al menos 700 respiradores invasivos con tecnología cien por ciento mexicana.
A pesar de que el reto, según expresó ese día, era lograr la soberanía tecnológica, Álvarez Buylla informó que los equipos mexicanos estarían basados en una patente desarrollada por el Instituto Tecnológico de Massachussetts (MIT), y que a razón de la emergencia mundial, los derechos para el uso de la misma fueron puestos a disponibilidad del mundo de manera gratuita; también aseguró que el costo por unidad sería de 137 mil pesos.
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No obstante que el encargado para la atención de la pandemia, Hugo López-Gatell, manifestó que el país se había venido preparando para la enfermedad desde el mes de enero de 2020, la realidad es que la respuesta del Estado mexicano fue tardía en cuanto a este tipo de aparatos.
Apenas el 23 de marzo de ese año se registró en Compranet –el sistema de compras de la administración pública– el primer estudio de mercado para la adquisición de ventiladores para que asistieran la respiración de los pacientes que no pudieran hacerlo por sí mismos, es decir, en esa fecha apenas se estaba empezando a averiguar los precios y dónde podrían adquirirse.
No solamente México tuvo problemas para conseguir este instrumental médico debido a la demanda internacional generada por la emergencia, sino que también varios países latinoamericanos, como Cuba, Bolivia y Chile desarrollaron sus proyectos nacionales usando la tecnología puesta bajo el esquema de “open source” por la universidad norteamericana. En esa misma presentación, el 23 de abril de 2020, la doctora Álvarez informó que estaban a la espera de que en “horas” se recibiera la autorización de la Cofepris para que se pudiera iniciar la fabricación del equipo presentado.
Los ventiladores de Conacyt. Foto: Cuartoscuro.com.
LOS ATRASOS
La realidad es que esas “breves horas” fueron en realidad siete meses para que la oficina encargada de los riesgos sanitarios expidiera la aprobación emergente para la producción del equipo estrella de la administración, el Ehécatl 4T, condicionando esta autorización a la duración de la emergencia, por lo que al decretarse la finalización de ésta aún se deberá evaluar el producto de conformidad con las disposiciones legales, de acuerdo con lo que se consigna en el oficio CAS/SESSDM/16440/2020 emitido hasta el 26 de noviembre de 2020 obtenido por EMEEQUIS a través del portal de transparencia.
Aquel día, el 23 de abril de 2020 la bióloga responsable del Conacyt presentó dos proyectos, el que sería realizado enteramente por el gobierno mexicano y que posteriormente recibiría el nombre de Ehécatl 4T, y el de la empresa Dydetec ya desarrollado en su totalidad por este organismo privado. Este último equipo se presentó desde el principio con el nombre comercial de Gätsi (que en otomí significa suspiro) y que en palabras de Álvarez-Buylla fue encontrado por “suerte” cuando el gobierno de México competía con el resto del mundo por conseguir este equipamiento, logrando “convencer” a los empresarios para que trabajaran con el gobierno mexicano.
La tecnología que utiliza la versión Gätsi es de control de gases por fuente externa y por la que el gobierno de México, dentro del precio final de producción, que fue de 342 mil 638 pesos por unidad, paga por el uso de la tecnología una licencia de 60 mil pesos por cada uno de los equipos que esta empresa ensambló.
El costo final para los ventiladores modelo Ehécatl 4T fue de 257 mil 460 pesos, 87.9% arriba del precio originalmente anunciado por la directora del Conacyt. Para el modelo Gätsi el costo final fue de 342 mil 638 pesos por unidad, un 20 por ciento más del precio máximo que señaló Álvarez-Buylla cuando anunció los equipos.
LLEGA EL 15 DE MAYO… Y NADA
El 15 de mayo de 2020, fecha comprometida inicialmente para que se recibieran las 700 unidades ofrecidas, pasó sin que el anuncio de la directora del Conacyt se materializara, ya que fue hasta el día 14 de julio de ese año, dos meses después de la fecha comprometida, cuando la doctora Álvarez presentó en la conferencia matutina del presidente los resultados del trabajo encargado. Anunció que uno de los dos instrumentos médicos era un equipo “cien por ciento del estado mexicano, con una patente, la primera en este tipo de equipo, el Ehécatl 4T. Se aventuró a especular que comprar estos equipos “hubiera costado mucho más” si se hubiesen adquirido en el extranjero, y también presumió que en cinco meses se había logrado lo que normalmente tardaba entre 3 y 5 años conseguir. Incluso elevó la apuesta informando que ya no serían 700, sino mil equipos los que se fabricarían, 500 por cada uno de los modelos.
El proyecto, calificado ese 14 de julio como realizado en tiempo récord por la funcionaria, se fue postergando sin la materialización física de los equipos, alejándose una y otra vez las fechas de entrega. Según la respuesta a la solicitud de información ante el INAI número 1111200036221, emitida el 10 de agosto de 2021 “El proyecto denominado “Fabricación en serie de respiradores mecánicos de emergencia para atender la contingencia sanitaria debido a la pandemia de COVID 19” sigue en ejecución toda vez que el sujeto de apoyo solicitó una prórroga al mismo, manifestando como fecha límite para su culminación el 8 de noviembre del presente año (2021)”.
La solicitud de prórroga para el proyecto.
De manera contradictoria, de acuerdo con la respuesta a la solicitud de información 330010921000073 del 19 de octubre de 2021, el Conacyt informó que se habían fabricado mil 130 equipos, de los cuales 630 correspondieron al modelo Gätsi y 500 del modelo Ehécatl 4T, y que de éstos, 808 habían sido entregados al INSABI para su utilización. En el oficio de respuesta no se especifica el desglose de las entregas del modelo Gätsi, y la suma de los Ehécatl resume solamente 464.
Además del atraso en los tiempos de fabricación, el personal que se encargó de entregar los equipos y dar la capacitación al personal médico explicando su funcionamiento, dejó en claro que el instrumental debía ser usado solamente como equipo de emergencia y no como de uso prolongado, ya que venía equipado con “lo más básico de lo básico” según se observa en un video en poder de esta editorial grabado durante la capacitación para el uso del ventilador mecánico Ehécatl 4T el 28 de enero de 2021 en el hospital de alta especialidad del ISSSTE de Morelia, Michoacán. “¿Es más mecánico que automatizado?, pregunta uno de los médicos en capacitación, “Sí, de hecho es mecánico, ahora sí que lo vemos más como ventilador de emergencia que para uso prolongado”, responde la capacitadora.
DESACUERDO EN LAS ENTREGAS
David Mendiola, funcionario habilitado de la unidad de articulación sectorial y regional del Conacyt, en su oficio del 19 de octubre de 2021, informó que 200 ventiladores, 150 del tipo Ehécatl y 50 marca Gätsi fueron donados a la República de Cuba. A pesar de esta aseveración, en la consulta a la SRE, de acuerdo con el oficio UDT-7282/2021, en respuesta a la solicitud de información número 330026821000165, se manifiesta que a la fecha del oficio, 22 de octubre de 2021, ni un solo ventilador del tipo de los que produjo el Conacyt había sido donado a Cuba, y que los ocho que México había distribuido de esta forma, adquiridos a la empresa Metalsa, se entregaron para Antigua y Barbuda, Belice, Santa Lucía y República Dominicana, dos por país, como parte de las acciones de apoyo del gobierno de México, a través de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo.
En medios oficiales, el gobierno de Cuba no ha expresado en ningún momento donación alguna de estos equipos por parte de México, lo que contrasta con la amplia difusión que le dio a la recepción de 30 ventiladores enviados por China Popular en julio de 2021 y también en medios oficiales, ha manifestado el agradecimiento a México por la donación de 800 mil jeringas con sus agujas, pero no de ventiladores.
Este medio solicitó información vía correo electrónico a la embajada de Cuba en México al respecto de la entrega que el Conacyt asegura se hizo a la isla de los ventiladores mecánicos, pero al cierre de la edición aún no se había recibido respuesta.
LAS “PATENTES”
A pesar de que la Dra Álvarez aseguró que el Ehécatl 4T sería el primer equipo mexicano en tener una patente, en sus palabras: una patente del estado para esta nueva “industria nacional”, la realidad dista mucho del discurso oficial.
Después de varias solicitudes al sistema de transparencia donde se pedía la información relativa a la patente de la “invención” mexicana, la respuesta en todos los casos fue “En relación a la información solicitada en este numeral se informa que derivado de la búsqueda exhaustiva realizada en nuestra base de datos no se encontró información relacionada con su petición”. Es decir, que no existe documento alguno que ampare las declaraciones de la directora del Conacyt que se refiera a alguna patente nacional. Lo que existe ante el Instituto de la Propiedad Industrial (IMPI) es el registro de marca, señalado con el número 2135163 para la expresión Ehécatl 4T, para usarse como nombre comercial en aparatos para aliviar dificultades respiratorias solicitado el 13 de julio de 2020, un día antes de la presentación nacional de los equipos en la conferencia mañanera, y autorizado para su uso el 15 de septiembre de ese mismo año.
Para el caso del respirador Gätsi, tampoco existe una patente, sino que también se dispone de un registro de marca comercial a favor de José Ricardo Ballesteros Gutérrez, solicitado también el 13 de julio de 2020 y expedido a favor del titular el 7 de septiembre.
La marca comercial es diferente de una patente ya que únicamente sirve para proteger un signo distintivo, para que el consumidor distinga entre productos idénticos o similares que existen en el mercado y no ampara tecnología, invento o desarrollo alguno.
EL VERDADERO PRIMER RESPIRADOR MEXICANO PATENTADO
En la revisión de la información existente ante el IMPI, aparece que sí existe una solicitud de patente para un diseño industrial para un ventilador nacional que dista mucho de los presentados por el Conacyt. Esta patente es por la invención realizada por científicos mexicanos del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, con número de expediente MX/f/2021/001286 del 3 de mayo de 2021, y con solicitud de autorización de COFEPRIS del 15 de junio de 2020.
Patente del ventilador del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.
Este equipo se ha dado a conocer con el nombre VSZ-20 (por el acrónimo Ventilador Salvador Zubirán) fabricado por la empresa Metalsa, en coordinación con varias empresas como Femsa, Proeza, Coppel, GSE biomedical, entre otros, y son, de acuerdo con la SRE, del tipo de instrumental que ha sido donado por México a otros países.
@salamillab