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Alfonso Ramírez Cuéllar manda fumigar sede nacional de Morena
Mientras colocan en renta la casa donde operaba la gente de Yeidckol Polevnsky, Alfonso Ramírez Cuéllar manda fumigar la sede de Santa Anita 50, donde encontró ratas, cucarachas y telarañas.
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La casa de Mérida 227 fue testigo de los pleitos que tienen a Morena en la lona. Ahora puede verse un letrero rojo con la leyenda “Se renta para oficinas”. El anuncio es nuevo, fue colocado hace apenas unos días, al tiempo en que comenzaron a reducirse, hasta desaparecer por completo, los autos de los que bajaban personas con chalecos color marrón, todos ellos con una leyenda bordada en blanco a la altura del corazón: “MORENA”.
La otra coincidencia de ese letrero que cuelga de la azotea del inmueble de fachada blanca con gris, es que apareció días después de que Yeidckol Polevnsky perdiera las riendas del partido que fundó el presidente Andrés Manuel López Obrador.
El 26 de enero pasado, en el VI Congreso Nacional Extraordinario de Morena, los militantes eligieron por mayoría de votos a Alfonso Ramírez Cuéllar como el nuevo presidente del partido y así desplazó a Yeidckol en la partida de ajedrez morenista.
Este nombramiento tiró, al menos momentáneamente, las posibilidades de Polevnsky de seguir al frente del partido en el poder. Recuérdese que el Tribunal electoral aún puede echar abajo esa elección.
Por eso no es casualidad que el inmueble, de 510 metros de superficie y 160 metros cuadrados extra de áreas comunes, esté ya en renta. El alquiler de este edificio está valuado, según corroboró EMEEQUIS, en 160 mil pesos mensuales –precio abierto a negociación.
Este inmueble era una de las oficinas operativas de la exlideresa del partido y, sí, la renta se pagaba con recursos públicos.
La casa donde operaba Yeidckol, en Mérida 227.
UNA CASA FRESCA E ILUMINADA
A primera vista, el inmueble aparenta ser una pequeña y vieja casa, pero en el fondo esconde un edificio de tres pisos. Su principal característica es que la dueña conservó la doble altura de las viejas casonas de la zona: seis metros de alto en esas áreas que fungen como hall.
“Es una casa fresca, iluminada, un proyecto que emula las casas antiguas de la Roma”, nos cuentan. Tiene dos entradas. Una terraza de 60 metros que da a la calle, dos loft, un pequeño patio trasero, cocinetas, varios baños.
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Los inquilinos anteriores –las personas que trabajaban de cerca con Polevnsky– pusieron varios muros de tablaroca para crear más espacios privados de los que ya tenía el inmueble, algunos con puertas y ventanas.
La renta que pagó el partido hasta hace unos días, de acuerdo a información publicada por Reforma en 2019, ascendía a 1.4 millones de pesos anuales, poco más de 122 mil pesos mensuales.
Pero se fue Yeidckol y se fueron las oficinas también. La plusvalía pareció aumentar con la partida.
RAMÍREZ CUÉLLAR: UNA RECEPCIÓN INESPERADA
Mientras tanto, Ramírez Cuéllar y su equipo retomaron las oficinas del Comité Ejecutivo Nacional de Morena, en Santa Anita 50, en la colonia Viaducto Piedad, Alcaldía Iztacalco. Un edificio discreto, de fachada blanca con letras rojas que lo identifican como sede del partido.
La sorpresa, para quienes trabajan con Ramírez Cuéllar, fue llegar a un edificio tan abandonado que la única recepción que tuvieron fue la de una plaga de ratas, cucarachas y telarañas.
Nos cuentan que ya mandaron a fumigar. La pregunta que viene es si el nuevo presidente y los suyos operarán en ese nido o buscarán sedes alternas, al estilo de la exdirigente que optó por la colonia Roma, en la alcaldía Cuauhtémoc, para dirigir el partido que fundó quien ahora comanda este país.