¿Y dónde está Arturo Herrera? “Castigado por AMLO, los conservadores lo tripularon”

EMEEQUIS.– Un error político provocó la marginación del secretario de Hacienda, Arturo Herrera Gutiérrez, quien pasa días difíciles desde que el presidente Andrés Manuel López Obrador descartó su plan de medidas de contingencia frente al coletazo económico del coronavirus.

La incomodidad de AMLO es tal, que no ha dudado en reprenderlo en público, antes y después del domingo en que presentó sus “acciones para el bienestar”, un informe de gobierno que ha sido duramente criticado por las cúpulas de la iniciativa privada y la oposición, así como por la mayoría de los analistas económicos que ven insuficientes las medidas para contener una recesión de proporciones incalculables.

A finales de la semana pasada, el presidente de México dijo que no estaba de acuerdo con las estimaciones de su secretario de Hacienda, quien prevé una contracción de hasta 3.9% para este año. López Obrador tiene otras cifras, as usual. Apenas el lunes 7 de abril, desde su conferencia mañanera, volvió a corregirle la plana a su subordinado: enfático, aclaró que esta semana no se darán a conocer “detalles de diversos programas de #crédito, a través de los cuales se va a apoyar a la micro y pequeña empresa”, como anunció Herrera en redes sociales, el viernes 3 de abril. 

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La promesa del comandante de las finanzas nacionales sigue ahí, en su cuenta de Twitter, acumulando miles de Me Gusta, Retweets  y Comentarios. Luego de ello no ha vuelto a emitir opinión alguna a través de la red social que abrió en cuanto lo nombraron secretario de Hacienda.

¿Y dónde está Arturo Herrera? La pregunta recorre los pasillos de la grilla política. “Castigado por AMLO, los conservadores lo tripularon”, afirma un asesor del gabinete económico. El error de Herrera fue “dejarse convencer por los empresarios” de la necesidad de lanzar un proyecto de apoyo a las pequeñas y medianas empresas “más profundo” que el de López Obrador, comentan desde Palacio Nacional. El secretario de Hacienda también se había mostrado “sensible” a la opción de contratar más deuda, entre otros asuntos que permean la agenda de la iniciativa privada.

Días antes del desafortunado tweet, AMLO había anunciado un fondo de 25 mil millones de pesos que beneficiarían a un millón de modestos comerciantes. Cada uno recibiría hasta 25 mil pesos. La propuesta en la que estaba trabajando Herrera contemplaba elevar la oferta de apoyos sustancialmente, con la intención de “echarle el hombro” a 3 millones de pequeñas y medianas empresas, a través recursos provenientes de recortes a gastos suntuarios. 

El asunto no sólo incomodó a López Obrador, sino que acrecentó sus sospechas de que el sector privado estaba influyendo demasiado en su jefe de finanzas. Curiosamente, la propuesta de Herrera resultó casi idéntica a la contenida en el documento que los empresarios entregaron al presidente en Palacio Nacional, el jueves 2 de abril. La iniciativa privada proponía un fondo de 75 mil millones de pesos para subsidiar, durante tres meses, a 3 millones de pequeñas y medianas empresas. La propuesta empresarial también planteaba un endeudamiento de “hasta en 4% del PIB”. Y lanzaba una amenaza velada: de no aplicarse las medidas propuestas por el sector privado, la recesión alcanzaría un “crecimiento del PIB  de entre -7 y -10%”, un cálculo que ha reiterado en las últimas horas el Consejo Coordinador Empresarial (CCE). Las cúpulas empresariales estiman también que el desempleo afectará a un millón de personas.

En cambio, si el país abrazaba la recomendación empresarial, el crecimiento se colocaría en un rango de 0 y -2.5%, al tiempo que el desempleo se contendría a niveles de 400 mil mexicanos fuera de sus puestos de trabajo.

En sí misma, la propuesta de la iniciativa privada desagradó al presidente, quien les dijo que la dejaran por ahí  –para analizarla– pero que no les condonaría impuestos ni endeudaría al país.

Luego de ese jueves, sin que el propio Herrera lo advirtiera claramente, en Palacio Nacional se determinó marginar al secretario de Hacienda. Las “coincidencias” entre los planes de Herrera y el sector privado le parecieron un especie de “caballo de troya” dentro de su estrategia “antineoliberal” para hacerle frente a la “coronacrisis”, que consiste en apoyos directos a través de programas sociales ya existentes, más un programa emergente para salvar a comerciantes modestos. 

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Así, Herrera se va quedando sin margen de maniobra, rebasado por la izquierda y la derecha dentro del gabinete económico. Una poderosa mujer y un influyente funcionario están llenando los oídos del presidente con ideas y datos que le hacen asegurar que el modelo mexicano será, más pronto que tarde, adoptado por otros paíes. De ahí la noción de “esta crisis es transitoria, pronto regresará la normalidad, venceremos al coronavirus, reactivaremos la economía y México seguirá de pie, mostrando al mundo su gloria y su grandeza”, deslizada en su informe del domingo. El presidente está “verdaderamente convencido” de que está encabezando una guerra contra los neoliberales.

En el carril izquierdo, Herrera ve pasar las propuestas de Raquel Buenrostro, jefa del Servicio de Administración Tributaria (SAT), quien ha convencido al presidente de que la recaudación fiscal prevista para este año alcanzará para ofrecer apoyo a los más pobres. A su diestra tiene al jefe del gabinete económico, Alfonso Romo, quien continúa acercándole a AMLO la posibilidad de interlocución con algunos de los empresarios más poderosos del país, entre los que se cuentan Carlos Slim, Alberto Bailleres y Germán Larrea, y la plana mayor del Grupo Monterrey.

Las opciones del secretario de Hacienda que sustituyó en julio de 2019 a Carlos Urzúa se van haciendo menos, al tiempo que la crisis económica acentuada por el coronavirus va requiriendo acciones urgentes. Romo y Buenrostro, cada uno por su lado, han convencido al presidente de que él debe encabezar el plan de reactivación económica, alejado de la sombra de alguna otra figura que asuma el alto riesgo de fracaso o el eventual éxito.

En este contexto, la probable renuncia de Herrera sigue siendo un misterio, sobre todo porque al secretario se le considera sumamente disciplinado. Recuérdese que fue secretario de Finanzas del gobierno del Distrito Federal, cuando López Obrador despachaba como jefe de gobierno capitalino. Por tanto, el presidente podría mantenerlo bajo un modelo parecido al que desempeña el secretario de Salud, Jorge Alcocer, quien, en los hechos, ha sido rebasado por el vocero ante la contingencia, Hugo López-Gatell, su subsecretario.

Otas fuentes mencionan que Herrera ya presentó su renuncia, pero que esta le sería aceptada hasta mayo o junio. Bajo esta lógica, estaría desempeñando tareas menos visibles, como mantener aceitada la relación con el Congreso.

La versión dominante es que el error de Herrera fue acercarse demasiado a los empresarios, quienes intentaron colar sus propuestas a través de la Secretaría de Hacienda, una jugada que tiene al presidente López Obrador tratando de emprender una “fuga para adelante”, donde sus operadores de confianza seguirán siendo, López-Gatell, en primera línea, y los secretarios de la Defensa y la Marina, para cubrir los flancos.

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¿Y las figuras del gabinete económico? Seguirían moviéndose en las sombras de Palacio Nacional, sin más visibilidad que la necesaria. Así, mientras Arturo Herrera espera una señal para volver a tuitear, el presidente López Obrador dijo la mañana del martes 8 de abril que estaría todo el día preparando la entrega de dos millones de créditos para la población que más lo necesita, tanto de la economía informal como formal. No habló de un millón ni de tres millones, sino de dos. Ni él ni ellos.

@emeequis