“Ay, qué pena con Trump”. Un candidato desesperado me persigue por email

Ayer, como cada noche, entré a revisar mi cuenta de correo electrónico. Recorriendo la lista de mensajes, encontré uno que me llamó la atención: “Where have you been?”, me preguntaba alguien. “¿Dónde has estado?”. En el nombre del remitente aparecía el del presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump.

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Desde hace más de tres años recibo estos correos que envía, Donald J. Trump for President, Inc., la organización oficial de recaudación de fondos para la campaña de reelección de Trump en 2020. Esta campaña fue lanzada en noviembre de 2016, unos días después de que Trump resultara electo, y un mes y medio antes de que tomara posesión como presidente.

Hasta principios de abril de 2020, la campaña de reelección de Trump había recabado 293 millones de dólares [1], de los cuales 245 millones se recibieron vía Donald J. Trump for President, Inc. Del gran total, 160 millones provinieron de donaciones individuales menores a 200 dólares.

Cuando leí el correo que me llamó la atención, enviado un lunes a las 10 de la mañana, me sentí regañada. 

“Ayer pedí a mi equipo que me enviara el registro de donaciones de mis seguidores más leales. Pensé que TÚ definitivamente ibas a estar ahí, pero cuando sacaron tu registro, mostró que estás en el 1% más bajo de los donadores de Trump. Pensé que sería un error, pero mira:”. 

“Pensé que era un error”, dice la misiva. 

Y entonces apareció un cuadrito con mi “registro”: mi dirección de correo electrónico, y la cantidad que he donado, es decir, cero dólares.

“Ay, qué pena con Trump”, pensé por un momento, antes de recordar con alivio que a mí qué, si nunca me ha interesado apoyar a su campaña. Aún así, me sentí un poco afligida por los otros receptores del mail regañón, a quienes posiblemente sí les importa la opinión del presidente, y tal vez no han podido hacer donaciones. Para convencerlos, el mensaje añade que, si hacen una contribución antes de la medianoche, recibirán una tarjeta dorada con su nombre. El correo está firmado con el nombre del presidente y su foto. 

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Durante el resto del día, además del primer mail, recibí dos más con remitente del equipo de campaña, y uno adicional, con remitente de Donald Trump Jr., titulado “My father is asking for you”, mi papá pregunta por ti. Ah, caray.

“Mi padre está preguntando por ti”, dice este mensaje.

“Me pidió que te escribiera porque se dio cuenta de que tu membresía vitalicia en la campaña está inactiva. Las membresías vitalicias normalmente están reservadas para los seguidores ‘top’ de mi papá, pero el presidente en verdad te quiere A TI en su equipo” . 

Añadía el mensaje, que esta vez incluía una cifra: una donación mínima de 50 dólares antes de la medianoche.

A estas alturas, me empecé a sentir perseguida. Si el comité de reelección de Trump ha recaudado casi 300 millones, ¿por qué les urge recibir más dinero justo ahora? Hasta abril, la campaña ha gastado 189 millones de dólares y tiene un remanente de 121 millones. En comparación, el equipo de su oponente demócrata, Joe Biden, ha recaudado 211 millones ––de los cuales menos del 40 por ciento provienen de pequeños donadores––; ha gastado 152, y le quedan por gastar 58. El equipo de Trump aún cuenta con el doble de eso.

Invitación para unirse a la “Armada de Trump”. 

No habían pasado ni 24 horas cuando ya tenía otros cuatro mensajes similares en la bandeja. En ellos, el presidente me dice que él depende de mí y de los otros patriotas que han donado dinero a su campaña para vencer a los liberales, esos demócratas que quieren controlar el Congreso. Ellos, asegura, tienen mucho dinero y a los grandes donadores; en el caso de la campaña Trump, la donación promedio individual es de 37 dólares. 

“Así que recuerda: si cada patriota que lea este mensaje dona 37 dólares, podemos romper un récord de recaudación de fondos”.

No sería el primer récord que rompe Trump en estos días. Durante las dos últimas semanas, el índice de aprobación de su gestión bajó hasta el 49 por ciento, su peor cifra desde enero de 2017, mientras que su índice de desaprobación más alto se registró a finales de abril, 47 por ciento. Con respecto a su manejo del COVID-19, su aprobación bajó de 60 a 50 por ciento en el último mes [2].

Estos resultados, más los de las encuestas rumbo a la elección de noviembre, que ponen a Biden cinco puntos arriba de Trump (47/42) [3], podrían ser la razón por la cual su campaña ha tomado un giro más agresivo; y aunque el hecho de que involucre directamente a sus hijos y a su familia inmediata tampoco es nuevo, es algo que sigue generando cuestionamientos. 

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En abril se dio a conocer que, durante sus primeros dos años, la campaña de reelección de Trump pagó ––con el dinero de quienes donan 35 dólares en promedio–– más de un millón de dólares en renta por las oficinas desde donde opera la campaña; las oficinas se encuentran en la Trump Tower, en Nueva York [4]. Es decir, la campaña de reelección del presidente paga con dinero de sus simpatizantes a la empresa del presidente. Con esos fondos también se paga un salario de 180 mil dólares anuales a las parejas de los dos hijos del presidente, Eric y Donald Jr. [5].

Está por terminar el día y Donald Jr. me acaba de enviar otra invitación: las oficinas de su papá tendrán un muro que llevará inscritos los nombres de todos los donadores de la campaña. En esta ocasión, pasar a la historia en la campaña de Trump sólo cuesta cinco dólares. 

Invitación de Donald Trump Jr. 

@EileenTruax