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Samuel García, los garrotes y las zanahorias
Pese a venderse como un político de vanguardia, Samuel García gobierna Nuevo León bajo el libreto del garrote o la zanahoria, utilizando dependencias públicas y presupuestos para someter a funcionarios que no son de su partido.
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CONFIDENTE EMEEQUIS
EMEEQUIS.– Pese a venderse como un político ajeno a las viejas prácticas, las reproduce y de la peor forma. Samuel García gobierna Nuevo León bajo el libreto del garrote o la zanahoria.
Intenta comprar a los adversarios para sumarlos a Movimiento Ciudadano, pero cuando no lo logra, los persigue y acusa.
Por regla general sus objetivos son el PRI y el PAN, pero también está emproblemado con el fiscal del estado, Pedro José Arce Jardón.
Al gobernador le molesta cualquier equilibrio, y por eso no tolera que se le lleve la contraria. La inexperiencia se suma a una obstinación que no le permite calibrar lo que está haciendo y las consecuencias que puede tener para su gobierno.
Dos casos, los más recientes, lo retratan de cuerpo entero. El de la alcaldesa de Allende, Patricia Salazar, y lo que respecta a la diputada local, Perla Villarreal.
Con Salazar aplicó el cierre de la llave de los recursos públicos. Allende es un municipio rural que se las ve negras si no cuenta con los apoyos respectivos.
El gobernador logró su propósito, cuando la edil ya no pudo más y se sumó a las filas de Movimiento Ciudadano. Satisfecho, García colocó, en su cuenta de Twitter, el siguiente mensaje: “por las buenas, todo sale. ¿O no Paty?”.
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Un tono burlón y que intentó ser aleccionador al anunciar una inversión por 25 millones de pesos para un hospital y añadió que la construcción del nuevo periférico servirá para que lleguen inversiones al municipio. Más claro ni el agua, aunque los que queden en medio de semejantes procedimientos sean los ciudadanos y sus familias.
Salazar, algo avergonzada, se justificó con el que fue su partido, el PRI, al señalar que no se podía subsistir sin dinero y que lo hacía el bien de Allende. La cuestión, por supuesto, es que le cumplan, porque ahora es una especie de rehén y vestida de naranja.
Al margen de cómo se le llame a lo que ocurrió, se parece mucho a una extorsión. El tema es tan grave, que el diputado Rubén Moreira, coordinador del PRI en San Lázaro, anunció que es procedente un juicio político contra el gobernante. “Samuel García está chantajeando”, dijo con claridad.
Pero, además, no es la primera vez que esto ocurre. En noviembre pasado, el gobernador condicionó la liberación de recursos del Ramo 33 a los municipios de Apodaca, San Nicolás, Guadalupe y Juárez. Pero además se les congelaron las cuentas, por lo que los dejaron sin operatividad.
Inclusive, una de las quejas consistió, precisamente, en que a los ediles se les pedía sumarse al proyecto político de García para que sus asuntos y trámites corrieran sin obstáculo.
Esto motivó que la bancada priista amagara con proceder justamente, a un juicio político. Marcela Guerra afirmó que se estaban violando la Constitución y los derechos de los neoleoneses.
A nivel local estuvo a punto de proceder el juicio, pero se suspendió en la Suprema Corte.
Con Perla Villarreal, integrante de la Comisión anticorrupción del Congreso de Nuevo León, el acoso ha sido constante. Cuando al gobernador no le gusta lo que dice o vota la legisladora priista, le manda inspectores de Salud o de tesorería para revisar y muchas veces clausurar los negocios de su familia.
Villarreal ha dicho: “no sé si está atacándome a mí y a mi familia por el hecho de que voté en favor de las reformas o porque no me he vendido las veces que él me ha querido llevar a su partido, ofreciéndome infinitas cosas para ser parte de Movimiento Ciudadano”.
El caso llegó a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, donde el propio Moreira presentó un punto de acuerdo para que el gobernador de Nuevo León “se abstenga de actos de acoso político y social”.
En efecto, son muy burdos los ataques a Villarreal, como lo fue la compra de Salazar, utilizando dependencias públicas y presupuestos que no deben estar al servicio de las vendettas o componendas de nadie, mucho menos de quienes tienen la obligación de cumplir con la ley.
Seguro el senador Dante Delgado y sus camaradas de partido van a respaldar a García, pero no deja de ser vergonzoso que tengan que aclarar que son distintos y que ellos no hacen lo que sí hacen.
@jandradej
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