INAI, a un coma inducido

CONFIDENTE EMEEQUIS

EMEEQUIS.– El INAI se apaga. La ministra Loretta Ortiz decidió impedir que el pleno pudiera funcionar con cuatro integrantes. Los motivos de Ortiz no son jurídicos, sino políticos, y responden a la línea dictada por Palacio Nacional. 

Ortiz nunca vota algo que pueda contrariar al presidente López Obrador, y en al ambiente que ahora priva, no se iba arriesgar a un desencuentro y a ser tachada de traidora, como ya les ocurrió a sus colegas de la Suprema Corte, Juan Luis González Alcántara Carrancá y Margarita Ríos Farjat.

Pero la ministra sabe lo que hace y de las consecuencias que ello tendrá para la transparencia y para la rendición de cuentas que se desprende de ella, aunque tuvo que admitir el trámite de la controversia, lo que por fortuna ya no será solo asunto de ella, sino de los otros 10 ministros también.

Parecía razonable la petición, que hicieron los propios consejeros del instituto, sobre todo porque en el Senado de la República ya no se alcanzará un acuerdo para nombrar al menos a dos de los tres integrantes que faltan para completar lo que ordena la ley. 

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El secretario de Gobernación, Adán López Hernández, aprovechó la conferencia mañanera, que conduce debido a la convalecencia del presidente López Obrador, para reiterar que el INAI no sirve para nada, que es cuota de los partidos y que no ha servido para combatir a la corrupción. 

Cada uno de los señalamientos se pueden refutar tan solo atendiendo la historia del organismo, pero lo inquietante es que el titular de la política interna trabaje gustoso por despojar de una herramienta indispensable a los propios ciudadanos, que son los que acuden al INAI cuando los servidores públicos se niegan a proporcionar información que es pública. 

En efecto, no habrá forma de impugnar las negligencias que imperan en el tratamiento de los datos y, sobre todo, no se podrán impugnar las resoluciones de inexistencia o las que intentan salvaguardarse en la seguridad nacional. 

Pero López Hernández es quien mejor entiende la forma de ejercer el poder de López Obrador y juega a lo seguro, mostrándose alineado a lo ya establecido y al objetivo de propiciar que el INAI se torne en inoperante.

Las felicitaciones a la ministra Ortiz, a quien es probable que sí le tomen las llamadas, es un mensaje claro de cómo pueden ser las respuestas ante cada uno de los asuntos que tienen que ser resueltos en los próximos meses. 

Por lo pronto, al menos hasta junio, no habrá forma de que las cosas vuelvan a la normalidad en el INAI, si es que en el corto plazo lo hacen.   

El contexto es importante y no se percibe una sola señal de que disminuirán las presiones contra los órganos autónomos, es más, irán arreciando en los próximos meses. 

Será una carrera contra el tiempo. En Palacio Nacional harán todo lo que esté a su alcance para que la situación se deteriore. 

Por eso no hay que perder de vista lo que ocurre en el Senado, donde por lo pronto no hay posibilidades de avanzar, pero esto podría cambiar en función de que la propia agenda de los legisladores empiece a contemplar el futuro, sobre todo en el horizonte del 2024, donde la correlación de fuerzas podría ser distinta y donde seguramente habrá una revisión sobre lo que se hizo y lo que se dejó de hacer. 

Responsabilidades políticas las hay y las habrá, y eso es algo que ya debe estar medianamente claro a estas alturas. No sería extraño que aplicará aquello de ¿dónde estabas y qué hiciste cuando la trasparencia entraba en una suerte de coma inducido?

Después de todo, la destrucción suma malas medallas, en las que se encuentran la CNDH y Notimex, por lo que deberían de hacer lo posible para que una de las conquistas más claras de la transición a la democracia, porque eso es el INAI, no corra la misma suerte. 

Damos por hecho que hay cosas que no pueden ocurrir porque se salen de la lógica o son un despropósito. Es ingenuo seguir pensando así, y quien lo dude, recuerde, como ejercicio de la reflexión, lo que aconteció con el Aeropuerto de Texcoco para constatar que lo único cierto es que aún no conocemos los límites y las derivaciones de lo que está ocurriendo. 

@jandradej

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