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Alejandra y Delfina, lo que dejarían los debates
Alejandra del Moral tiene la oportunidad de acortar distancia con Delfina Gómez a partir del debate que se celebrará este jueves por la noche, por los temas negativos que arrastra la candidata de Morena.
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CONFIDENTE EMEEQUIS
EMEEQUIS.– Alejandra del Moral tiene la oportunidad de acortar distancia con Delfina Gómez a partir del debate que se celebrará este jueves por la noche. En términos generales, las dinámicas de las campañas ya están en marcha.
Los datos muestran que los números se acercan, pero los vuelcos suelen provenir de ejercicios como los de una discusión pública en la que se esté en la posibilidad de contrastar. Esto es relevante, porque es justo en ese tipo de deliberaciones, que los electores se pueden hacer una idea más precisa sobre los perfiles de los contendientes.
Pero en el caso del Estado de México es aún más interesante, porque se trata de un mano a mano y porque la resolución de la contienda tendrá implicaciones directas en el 2024.
Si la lógica se impone, Del Moral debe establecer un corte interesante en la contienda que acelere su crecimiento en las preferencias, pero si Gómez resiste, habrá sorteado uno de los momentos más delicados para ella y su equipo.
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En Morena saben de las debilidades de su candidata, y por ello privilegian el trabajo en tierra, reduciendo las posibilidades de errores.
Los temas Combate a la Corrupción y Violencia de Género le pueden favorecer a la candidata de la alianza del PRI, PAN y PRD.
Para Gómez son asignaturas difíciles. La primera porque existen sentencias del Tribunal Electoral en su contra, por el porcentaje del salario que se les exigía a los trabajadores del municipio de Texcoco cuando ella era la alcaldesa. La multa se estableció, en contra de Morena, por 4.5 millones de pesos y se dio vista a la Fiscalía Electoral, donde no se hizo nada al respecto.
Gómez, en su momento, argumentó que los 13 millones de pesos esquilmados eran para Fonacot, cuando el municipio había suspendido los convenios con esa dependencia. Posteriormente se comprobó que esos recursos se utilizaron, en buena medida, para financiar actividades políticas.
Inclusive, Gómez lo tuvo que admitir en un debate, también por la gubernatura, pero en 2017. Es probable que esa experiencia sea la que la hace algo renuente a participar en ese tiempo de encuentros de carácter público.
A principios de este año, la Auditoría Superior de la Federación publicó un informe sobre presuntas irregularidades en la Secretaría de Educación Pública, de la que fue titular la morenista, por 830 millones de pesos. Y algo que pesa mucho: canceló las escuelas de tiempo completo que atendían a 3.6 millones de niños que ahí recibían su primer alimento.
El tema de las mujeres no es el de Morena. Se les complica ese aspecto y sobre todo en las políticas públicas. Quizá sea injusto, pero Gómez tiene que asumir el costo de un discurso errático que proviene de Palacio Nacional.
La candidata del PRI sabe que es una oportunidad que no se puede desperdiciar, porque ni siquiera hay garantía que se haga otro debate si las cosas le salen mal a quien todavía es puntera.
Del Moral podría aprovechar las debilidades de la morenista, aunque debe sortear la propia historia del PRI en el Estado de México. Los años en el poder pesan.
Tiene a su favor que no está envuelta en escándalos y que gobernó bien Cuautitlán Izcalli, siendo, en su momento, la alcaldesa más joven. Su compromiso con las mujeres es evidente, e hizo un trabajo destacado en el gabinete de Alfredo del Mazo como secretaria de Desarrollo Social.
Pero quizá su mejor aprendizaje provino de la dirección de Bansefi, donde llegó a otorgar más de un millón de créditos a mujeres.
Y en lo que respecta a la violencia de género, tiene credenciales para referirse al asunto y no carga negativos provenientes de su gobernador o partido en ese aspecto.
Además, Del Moral es un ejemplo de un priismo que tuvo que reinventarse en la zona conurbada con la Ciudad de México, para enfrentar el avance del PAN, quienes tenían más que decir y ofrecer a las clases medias, ya desde entonces y donde las mujeres tienen un papel fundamental.
Ahora los antiguos adversarios son aliados, pero eso no basta para seducir a un electorado exigente e informado.
La mesa está puesta y es cosa de atestiguar cómo se desarrollan las cosas y, sobre todo, de medir qué opinan los potenciales electores.
@jandradej
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