Yoga de la risa para transformar al INE

CONFIDENTE EMEEQUIS

EMEEQUIS. Uno de los temas más relevantes para la Cámara de Diputados será la designación de cuatro consejeros del INE. El Consejo General se compone de 11 miembros y la llegada de los nuevos integrantes incidirá en la conformación de los equilibrios y el poder de la autoridad electoral. 

Como es un asunto tan delicado, la ley establece la creación de un Comité Técnico de Evaluación que tiene el objetivo de revisar las trayectorias, examinar y ponderar las capacidades de quienes aspiran a integrarse a una posición estratégica para la democracia y su funcionamiento.

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En los hechos, la tarea que tienen es la de separar la paja, descalificar a quienes no tienen el perfil adecuado y presentar listados depurados para que los diputados, por medio de quintetas, voten por mayoría calificada, por quienes consideren los mejores para desempeñarse en el INE los próximos nueve años.  

Con la idea de establecer controles, el Comité Técnico se conforma por dos designaciones de la CNDH, dos del INAI y tres de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados. 

En teoría es difícil torcer los candados de calidad que se contemplan a nivel constitucional, pero la presidenta de la CNDH, Rosario Piedra Ibarra, ya lo logró con el nombramiento de una experta en yoga de la risa y que además fue candidata de Morena a una regiduría. Esas son las credenciales de María del Socorro Puga. 

En teoría se tienen que buscar perfiles, para lo que en realidad es un comité de preselección, que sean independientes de los partidos políticos, justo para evitar que estos tengan más influencia de la que de suyo tendrán cuando voten en el Pleno las designaciones de los consejeros. 

Quien preside la CNDH de alguna forma se está burlando del procedimiento, quizá no de manera deliberada, ya que ella misma no cumplía con los requisitos para ser ombusperson, pero sí con consecuencias que generarán incertidumbre. Un desastre, más allá de motivos ocultos o explícitos. 

¿Una certificación en yoga de la risa es garantía de buen criterio a la hora de evaluar a quienes serán la autoridad administrativa en el proceso electoral de 2024? La respuesta es obvia. 

El otro nombramiento de la CNDH, el de Ernesto Isunza, un profesor del CIESAS en Veracruz, que fue consejero a nivel local, tiene sentido, ya que conoce del tema y como académico sabrá valorar los historiales de vida de quienes se postulen.

Hay críticas porque tiene posiciones favorables al morenismo y contrarias al INE, pero su trayectoria sí avala su integración a una instancia técnica. Sí, lo ideal es que todos fueran políticamente neutros, pero eso es una quimera. Lo que sí se tienen que exigir, es que estén preparados y, sobre todo, que tengan un compromiso claro con la democracia.

El INAI, por su parte, se definió por dos personalidades que cuentan con los conocimientos y la trayectoria para dar confianza a todos los partidos y, más importante aún, a la ciudadanía. Maite Azuela y Sergio López Ayllón seguramente desempeñarán un buen papel. Azuela conoce al INE, al servició público y es una muy buena analista, como muestra cotidianamente en sus colaboraciones de El Universal. López Ayllón se desempeñó como director del CIDE y puede decir, sin arrogancia, que en esa etapa la institución académica marchó viento en popa. Su conocimiento sobre los temas electorales es más que adecuado.  

Es importante destacar que ni Azuela ni López Ayllón se han postulado por algún partido político ni militan en él, es más, han tenido una visión crítica sobre el desempeño de los gobiernos y no de ahora, sino de hace sexenios.  

Lo que está en puerta es central para el futuro del país. Si el INE es capturado por visiones sectarias, el golpe a la democracia será todavía más profundo de lo que ya es por la aprobación del Plan B. 

En la cancha de San Lázaro, y en las bancadas del PRI, PAN y PRD, está el futuro del país, porque entre ellos y si se mantienen unidos, pueden evitar que lleguen los peores. 

Terminan el encargo Lorenzo Córdova, Adriana Favela, José Ruiz Saldaña y Ciro Murayama, y es de esperar, más nos vale, que sus relevos estén a la altura de las circunstancias o cuando menos que no impliquen navegar sin brújula y con mal tiempo.  

 @jandradej

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