Revelaciones de Guacamaya exhiben violencia de género en las fuerzas armadas

EMEEQUIS.– Corría el año 2018 y la bandeja de entrada de Luis Cresencio Sandoval tenía un correo más con la tarjeta que le informaba de un posible feminicidio:

“Me permito informar a esa superioridad, el siguiente caso relevante…”, inicia el documento que notifica que un soldado declaró como sospechoso por lesionar a su hijo y por “privar de la vida” a la madre del menor. Tras proporcionar más detalles sobre el caso, finaliza que probablemente el feminicidio no lo perpetró el soldado, porque ya no eran pareja, pero que la mujer se encontraba desaparecida y el elemento regresó a su unidad de trabajo.

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El informe, sin responder por el titular de la Sedena, no es el único de este tipo que aparece dentro de los millones de correos filtrados por el grupo de hacktivistas Guacamaya. En búsquedas de palabras clave como “abuso sexual”, “acoso”, “violencia intrafamiliar”, entre otras, los resultados rebasan los mil correos.

Por ejemplo, tan solo en el informe correspondiente de diciembre 2021 a abril de 2022 de elementos detenidos de la Guardia Nacional, de los 19 registros que ahí aparecen, seis corresponden a violencia intrafamiliar y de estos casos, todos los elementos fueron puestos en libertad y se reincorporaron a sus unidades de trabajo tras recibir “un correctivo disciplinario”.

En ese mismo reporte existen otros delitos, como desaparición forzada, en el que el elemento acusado por este delito fue liberado por falta de pruebas y se le reincorporó a su unidad aunque, advierten, la investigación en la Fiscalía (Tamaulipas) seguirá su curso.

Otros de los documentos obtenidos por este medio recuperan el caso de violación tumultuaria en la Escuela Militar de Oficiales de Sanidad, así como el de abuso sexual en el Hospital Central Militar y el pelotón de Sanidad de Artillería.

Y los casos siguen. Dentro de la cobertura al #SedenaLeaks muchos medios nacionales e internacionales han abordado la violencia de género y contra diversos grupos que tanto la Sedena como la Guardia Nacional han perpetrado.

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Al respecto, Nicole Huete, coordinadora de Incidencia de la organización civil Intersecta, señala que con este tipo de informes solamente se confirma la variedad de violencias que existen por dentro y por fuera de las Fuerzas Armadas.

Intersecta, que ha realizado un abordaje más enfocado en los impactos y efectos de la militarización, ha resaltado cómo la presencia de las Fuerzas Armadas en las calles para tareas de seguridad pública impactan, por ejemplo, en el aumento de feminicidios. Sin embargo, en entrevista para EMEEQUIS, Nicole subraya que este tipo de violencias impacta no solo a mujeres, sino a diversos grupos en posición de vulnerabilidad.

SEDENA: ENTRE LA OPACIDAD Y LA MISOGINIA

Sumado a la violencia, Nicole Huete destaca dos elementos que se suman a la ecuación: la falta de transparencia y la misoginia por parte de la Sedena:

“En Intersecta les hicimos una solicitud de acceso a la información para preguntarles cuántas mujeres había en la Sedena y nos contestaron que no tenían información, o sea, pedimos información de 2006 a 2020 y lo que nos contestaron fue que para el periodo de 2006 a 2011 se carecía del número de elementos femeninos debido a que no llevaban un registro de este personal, es decir, solamente tenemos 10 años de información de 2012 hasta ahora de cuántas mujeres integran a la secretaría”, explica.

Por ello, desde la organización civil señalan que existe un falso “empoderamiento” de las mujeres.

“Nosotras percibimos que se ha estado de cierta forma utilizando la causa de las mujeres para fortalecer justo a las Fuerzas Armadas, o sea, han hecho concursos específicos para contratar a mujeres bajo el objetivo de justificar la paridad en todo. Y pues, podremos tener diferentes opiniones sobre si es algo deseable o no este tipo de paridad, pero si están haciendo un esfuerzo para sumarlas, se debería garantizar que el espacio laboral esté libre de violencia”.

Por otra parte, en cuanto a la falta de transparencia, Nicole comenta que la filtración en sí misma demuestra que la Sedena es una institución muy opaca que responde que no cuenta con la información y tras estos días se ha observado que sí la tiene.

¿QUÉ SIGUE?

Tras la aprobación en el Senado del dictamen que promueve que la Guardia Nacional fuera adherida a la Guardia Nacional y que posteriormente se acordara la permanencia de las Fuerzas Armadas en las calles hasta 2028, la activista señala que la actuación de la Suprema Corte de Justicia tome el papel de importancia que le corresponde, sobre todo en la transferencia de la Guardia Nacional a la Sedena.

“La corte al menos podría ejercer controles claros, que eso es lo más importante: tenemos controles que están en nuestra Constitución, los cuales derivan del caso Alvarado y están siendo ignorados”, explica.

El caso Alvarado al que Nicole se refiere es cuando en 2018, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) reconoció la responsabilidad del Ejército en la desaparición de tres primos: Nitza Paola Alvarado Espinoza, José Ángel Alvarado Herrera y Rocío Irene Alvarado Reyes.  

Asimismo, la CIDH reconoció las fallas en llevar a cabo una investigación adecuada, por lo que dictó medidas de reparación, incluyendo una investigación del paradero y un acto de reconocimiento por parte de la Sedena en el caso, así como la generación de condiciones para reubicación de las familias que fueron desplazadas

“No solo en la participación de las Fuerzas Armadas en labores de seguridad pública sino en todos las demás atribuciones que han estado adquiriendo en estos años”, finaliza.

@FridaMendoza_

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