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Tragicomedia Mexicana 2020: el caos rebasa a la oposición y a la 4T
Derrotas en toda la línea desde 2018, graves disputas internas, varias espadas de Damocles en sonoros procesos judiciales, fracasos al pedir registro... la oposición es un caos. Pero los partidos oficialistas no están mejor.
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EMEEQUIS.– ¿Quién puede apostar por la oposición en este momento? Los posibles mayores inversionistas –todos ellos beneficiarios de regímenes pasados– deben estar en la angustia. A dos años de una derrota en toda la línea y a uno de enfrentar la elección más grande en la historia del país, los partidos anti-AMLO (PAN, PRI, PRD, MC) continúan hundidos, divididos y a la defensiva, y el que intenta surgir es saboteado por sus compañeros de ideología.
La semana pasada, en el espectáculo de la lucha por la presidencia anual de la Cámara de Diputados, quedó claro que el PRI pierde o gana oxígeno dependiendo de lo que diga AMLO. En los cuatro escenarios de la disputa por las 15 gubernaturas que se renuevan en 2021, presentados hace unos días en EMEEQUIS, el otrora partido hegemónico pierde absolutamente todo si va por su cuenta, incluidos 8 estados que ahora gobierna, y sólo tiene oportunidad si el PAN lo acepta como socio menor en una coalición en Sonora y acaso en Nuevo León y Sinaloa.
Movimiento Ciudadano, el partido que el exgobernador de Veracruz Dante Delgado creó para usarlo como membrete personal, padece un debilitamiento de su principal activo, el gobernador jalisciense Enrique Alfaro (quien pese a ello sigue pesando demasiado dentro del partido, para incomodidad del patrón Delgado), a consecuencia de un manejo autoritario de la pandemia, con el asesinato de un ciudadano por policías, y de errores y humillaciones en su ofensiva contra López Obrador. Y es casi su única figura, pues los emecistas neoleoneses se empeñan en dinamitarse a sí mismos en escándalos gratuitos: el joven senador Samuel García exhibiéndose como un macho regio estereotípico al maltratar públicamente a su esposa; y la senadora suplente Marcela Luque, como una clasista regia estereotípica al llamar “esclava” y “mi muchacha” en Twitter a quien la asiste en las tareas domésticas.
Más pena da el PRD, que no sólo mira impotente cómo se disuelve su bancada de diputados, que empezó con 20 y en dos años cayó a 8, sino que es utilizado por el PRI como bolsa de canicas en la que mete mano cuando necesita legisladores (pero luego los devuelve, al menos). Si en sus mejores momentos llegó a gobernar 5 estados, ahora sólo le resta Michoacán, que perderá a manos de Morena el año que viene. No le queda más que fungir de chico de los recados en coaliciones lideradas por el PAN. Y aún así, nadie tiene certeza de que pueda superar el 3% de la votación válida para mantener el registro. La tribu de los Chuchos, la responsable más visible de la decadencia perredista, no deserta de sí misma y retiene la dirección partidaria con Jesús Zambrano. En el puente de mando hasta el naufragio.
El PAN quisiera aparecer como el único partido-partido de la oposición. Es, evidentemente, el menos dañado. Pero es como ir al estanque de los ahogados a buscar al que todavía respira. Siendo la única alternativa real, los ciudadanos que deseen evitar a Morena sólo pueden votar por él, en solitario (ganaría entre una y cinco gubernaturas, del total de quince) o coalición (la oposición unida podría llegar a sumar siete u ocho).
Pero primero tiene que resolver sus pleitos internos, entre la facción anayista –responsabilizada por las fracturas y por el desastre de 2018– y las golpeadas por la ruda gestión de Anaya como presidente de la organización. Además –y esto es vital para su futuro inmediato–, el PAN teme los videos y documentos que Emilio Lozoya está aportando y el gobierno admistrando, que pueden llevar a la cárcel o al menos comprometer la reputación de sus principales dirigentes, por aceptar sobornos a cambio de votos a favor de las reformas de Peña Nieto.
GOLPE FRATRICIDA
Un punto malo extra, añadido en estos días, es su papel en la negativa de registro partidario a México Libre la semana pasada. Felipe Calderón y Margarita Zavala están enfocados en hacer de AMLO su interlocutor enemigo, lo responsabilizan del infortunio (que aún puede ser revertido por el tribunal electoral) y denuncian la entronización de una “dictadura”. El recorrido de las acusaciones de Calderón es cercenado por los antecedentes de gobierno de quien las hace: cuando acusa ataques a la libertad de expresión, gestos represivos o presiones ilegítimas sobre las instituciones, es fácil recordarle que es difícil superar sus propios abusos en cada uno de estos puntos. El propio ministro presidente de la Suprema Corte, Arturo Zaldívar, le reprochó hace un año las campañas que montó en su contra para forzarlo a alinear sus decisiones.
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Por debajo de la línea oficial calderonista, sin embargo, surgen denuncias tal vez más honestas de quién en realidad le puso el pie a su proyecto. La consejera del INE Adriana Favela (y esto es otro indicador del mal rumbo del barco de Lorenzo Córdova) respaldó en comisiones el registro a México Libre, pero en el Consejo General cambió su voto. Su explicación –en video– no es sólo pobre sino absurda: supo que había una queja contra México Libre, no sabía de qué se trataba ni qué méritos tenía, por lo que no podía votar a favor pero sí en contra. No pidió hacer una pausa para valorarla: aunque vacua, la noticia fue suficiente para descarrilar el nuevo partido.
¿Respondió Adriana Favela a instrucciones de López Obrador, es muestra clara de la nueva dictadura?
Un panista connotado aprovechó la ocasión para invitar a los decepcionados mexicolibristas a retornar al partido madre. “Cocoa” Calderón, hermana de Felipe, reaccionó a la arrogancia de su excompañero y tuiteó: “No marches Fer, fue la mano del PAN” la que pasó la queja mencionada por la consejera Favela, quien sería, infiriendo de las palabras de “Cocoa”, cuota en el INE del PAN, que presionó “una y otra vez en negociación para aprobar consejeros”.
Si el tribunal le da el registro a México Libre, el PAN enfrentará competencia directa por el mismo nicho de votantes. Ocurra así o no, muchos de esos electores lo verán como desleal y marrullero.
PARA EL PSIQUIATRA
¿Quién puede apostar por el oficialismo en este momento? Estos días también han revelado sus vergüenzas con elocuencia. Todas las tácticas priístas de tráfico de diputados fueron aprendidas por el PT y su propuesta de presidente camaral Gerardo Fernández Noroña, aunque puestas en práctica con torpeza y cinismo. Ante los medios, Fernández presumió diariamente cómo iba su campaña de adquisición de legisladores, incluso tratando de fagocitar a sus propios aliados del PES, hasta que los priístas le demostraron con sorna que no les podía enseñar a maicear a los que plantaron el maizal: metieron mano a la bolsa del PRD, sacaron las canicas que necesitaban y las devolvieron cuando habían ganado su juego. Los petistas no se habían ahorrado sonoras descalificaciones contra sus compañeros de Morena y, ya en el berrinche, subieron el tono, llegando incluso al presidente. Fernández cerró con demostraciones de engrandecimiento y autoengaño que servirán de ejemplo en lecciones de psiquiatría: frustrado con AMLO, declaró que tenía “tomada la plaza” (en referencia a la Cámara de Diputados, que había votado en su contra 3 a 1) pero el “general le pedía abandonarla”, y después presumió que él era presidente “en el corazón de los mexicanos”.
El PES logró denunciar y resistir las maniobras de sus socios petistas para desfondarlo. A duras penas. Y a pesar de que es evidente su dependencia orgánica de iglesias evangélicas –lo que está prohibido por ley–, el INE le permitió recuperar su registro como partido. De muy poco va a servir. Legalmente, no puede sumarse a la coalición morenista, porque debe superar su primera elección en solitario. Si no lo logró en 2018 montado sobre el tsunami obradorista, parece que sólo con ayuda divina podrá hacerlo el próximo año.
Y en Morena… la lista es larga pero dice bastante que no sea capaz ni siquiera de elegir a sus propios dirigentes. Las tribus desconfían una de otra, lo han saboteado todo al grado de que ha sido el INE el que ha debido asumir la tarea de organizar el proceso, y aún así, lo están impugnando. Todo era más claro cuando López Obrador micromanejaba sus procesos internos, pero papá está ocupado y los niños han tomado el kínder… o fracciones de él. Es un escándalo monumental.
Pero se apuesta por el oficialismo a pesar de todo porque hay un AMLO allá arriba, que no pone orden pero sí inspira.
¿Quién puede apostar por el sistema mexicano de partidos? Por las dimensiones del caos, es más parecido al que existía antes de la creación del Partido Nacional Revolucionario (primer formato del PRI) en 1929 que a cualquiera que hayamos visto los que nacimos después de eso.
No hay nada, además, que anticipe una renovación o sustitución generacional: hasta los embriones de partido que fueron desechados por el INE son membretes de grupos políticos tradicionales.
Es cómico, nos tiene entretenidos. Y trágico, lo que le da sabor al cuento. Pero si AMLO es lo que lo mantiene funcionando, para evitar la desintegración política del país, tenemos que preguntarnos qué tara cultural padecemos que, como hace un siglo, sólo el caudillismo le da viabilidad a la nación. Lo quiera el caudillo o no.
@temoris