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Reformas de AMLO: El arma electoral
La oposición no puede caer en la trampa de las reformas que AMLO presentará el 5 de febrero. Tanto PAN, PRI, PRD como MC deben presentar sus propias propuestas, alineadas con su visión de país. No pueden perderse en la agenda presidencial.
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Por Juan Ortiz / Lupa Legislativa
EMEEQUIS.– Las recientes reformas anunciadas por el presidente López Obrador tienen un doble objetivo: influir en las elecciones a favor de Morena y desviar nuestra atención de los problemas no resueltos por su gobierno.
AMLO reveló en una conferencia matutina que el 5 de febrero, en el aniversario de nuestra Constitución de 1917, lanzará un paquete de reformas constitucionales en materia electoral, salarial, de pensiones y del Poder Judicial. Hay un pero: son imposibles sin mayoría calificada en el Congreso, lo cual no tienen. ¿Entonces?
REFORMA JUDICIAL
La idea de que jueces y ministros sean electos por voto popular es una propuesta que no deja de insistir el presidente.
Claramente, sigue molesto con ministros y ministras, que han bloqueado iniciativas clave como el Plan B y el mando de la Guardia Nacional. En respuesta ha incitado el acoso contra Norma Piña, asfixia presupuestalmente al Poder Judicial e impulsó la designación de una ministra sin credenciales pero leal.
La verdadera jugada aquí es continuar los ataques contra el Poder Judicial, culpándolo de los retrocesos en seguridad y justicia durante su gobierno, y con ello justificar la necesidad de obtener una mayoría calificada para reformarlo a profundidad.
REFORMA ELECTORAL
Hablamos de refritos. El presidente ya intentó dos reformas electorales; una constitucional y otra a leyes ‘secundarias’.
La primera chocó contra la pared por falta de mayoría calificada, y la segunda, el famoso Plan B, aunque aprobado, fue anulado por la SCJN.
Intentar otra reforma electoral sería darle el mismo destino, especialmente cuando el artículo 105 constitucional impide cambios electorales durante elecciones.
¿Cuál es objetivo entonces? Revivir el eterno debate sobre el costo de la democracia en México, sobre todo, sobre el dinero público que reciben los partidos políticos. Conveniente ¿verdad?
REFORMA EN MATERIA DE SALARIOS
Aquí busca que la propuesta de aumentos salariales por encima de la inflación, algo que AMLO ha empujado desde el principio de su gestión, quede en la Constitución.
Pero, ¿es realmente necesario? Ya en 2021, el Congreso ajustó el artículo 90 de la Ley Federal del Trabajo para que los salarios nunca estén por debajo de la inflación. Entonces, ¿por qué insistir? Sería una estrategia para resaltar en campaña los aumentos de salario y la ampliación de derechos laborales durante su administración.
REFORMA EN MATERIA DE PENSIONES
El presidente propone que los trabajadores del IMSS y ISSSTE reciban pensiones del 100% de su último salario, corrigiendo lo que llama un error de la era Zedillo.
Su plan: que el gobierno pague. O, mejor dicho, que nosotros paguemos de nuestros impuestos.
Sobre todo, consideremos que ya destinamos una buena parte del presupuesto a pensiones y jubilaciones (22 de cada 100 pesos), y que el gobierno solicitó más deuda (más de 2 billones en 2024) para financiar programas sociales y megaproyectos como el Tren Maya.
Así que surge la pregunta: ¿de dónde sacaremos más dinero? ¿más deuda? ¿impuestos? o… ¿pateará el bote para que la siguiente administración lo resuelva?
Esta propuesta será atractiva para el electorado con un trabajo formal, y a la vez, representará un costo político alto. AMLO apuesta a que nadie se atreverá a oponerse a un beneficio para los trabajadores. Y si la oposición lo hace, los pintará como ‘viles y egoístas’ durante las campañas.
¿PODRÁN SER APROBADAS ESTAS REFORMAS?
Si hablamos de reformas constitucionales, Morena y sus aliados no tienen los números para ganar solos. Necesitan votos de la oposición, y ahí es donde la cosa se pone interesante.
En el Senado, faltan 10 votos; en la Cámara de Diputados, 61. Así que necesitará del PAN y del PRI, o de MC. Pero… ¿logrará convencerlos? Parece una misión casi imposible, especialmente para las reformas electoral y judicial, que ya han sido rechazadas por la oposición.
En cuanto a las reformas salariales y de pensiones, podría haber más juego. La reforma salarial ya tiene un precedente, y la de pensiones… bueno, esa sí que va a generar un gran debate.
¿QUÉ HACER ENTONCES?
Está claro que estas reformas son una jugada de López Obrador para imponer su agenda en el periodo de campañas. Quiere que las elecciones giren en torno a él.
La oposición no puede caer en esta trampa. Tanto PAN, PRI, PRD como MC deben presentar sus propias propuestas, alineadas con su visión de país. No pueden perderse en la agenda presidencial.
¿Y de qué deberían hablar? Justo lo que el presidente no quiere: violencia, inseguridad, impunidad, crisis de desaparecidos, corrupción en su gobierno, falta de un sistema de cuidados, falta de acceso a servicios de salud, desabasto de medicamento y rezago educativo, entre otros. Son estos los temas que realmente le duelen a la sociedad y los que podrían marcar la diferencia en las elecciones.
¿Y NOSOTROS?
Hablemos claro. Estamos en un momento crucial y, como sociedad, tenemos un papel fundamental que desempeñar. El presidente, con su habilidad para acaparar la conversación, quiere que solo hablemos de sus reformas. Pero, ¿es eso lo único que debería preocuparnos? Definitivamente no. Hay temas más urgentes y críticos que necesitan nuestra atención y nuestra voz.
La violencia, la inseguridad, la crisis de desaparecidos, la corrupción… estos son los temas que están afectando nuestras vidas diariamente. No son solo cifras en un informe, son realidades que viven nuestras familias, amigos y vecinos. Y no podemos permitir que queden en la sombra de otras discusiones políticas.
Hay que informarnos: leer, investigar, cuestionar. No nos quedemos sólo con la información que nos llega. Busquemos activamente. Estamos en un momento dónde nosotros debemos ser los protagonistas.
Y no usemos únicamente redes sociales. También hay que conversar con amigos y familiares, con nuestra comunidad. Compartir lo que descubramos, escuchemos a los demás y generemos diálogo. No se trata de ganar una discusión, sino de entender mejor la realidad que nos rodea.
Finalmente, pensemos en el futuro. No solo en las próximas elecciones, sino en cómo queremos que sea nuestra comunidad y nuestro país en los próximos años. La política no es solo cosa de políticos; es cosa de todos. Si dejamos que sólo ellos hablen, sólo sus voces serán escuchadas.
@Juan_OrtizMX
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