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“El Elegante”: la historia del capo ligado a la desaparición de estudiantes de Ayotzinapa
La periodista Anabel Hernández dijo que desde 2015 obtuvo información de que este capo “habría sido el que había levantado el teléfono” para dar la orden de ir por los autobuses donde se transportaban los normalistas.
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EMEEQUIS.– Ya sea que se hable de crímenes de lesa humanidad o de masacres cometidas por el narco, la pérdida de vidas en circunstancias violentas es caldo de cultivo para el debate. Un diálogo que no se libra de teorías de conspiración y negacionismos contra las víctimas. La desaparición de los 43 de Ayotzinapa de 2014 ha sido probablemente “el caso” que más ha dividido a la opinión pública en México en el Siglo XXI, por su opacidad y por las múltiples versiones de lo sucedido.
En este contexto, la periodista Anabel Hernández publicó en 2016 La verdadera noche de Iguala, un libro de investigación, documental y de campo, sobre la desaparición de los estudiantes. Un libro que compartió documentos sobre la desaparición de los estudiantes, incluyendo informes internos de la PGR dirigida en ese 2014 por Jesús Murillo Karam.
Hernández recrea las circunstancias de la desaparición de los normalistas y da el perfil de un capo responsable del ataque. La periodista señala en el texto que la noche del 26 de septiembre “le informaron a un narcotraficante con un importante nivel de operaciones en Guerrero, quien se encontraba en Iguala, que estudiantes de la Normal de Ayotzinapa iban a bordo de dos autobuses en los que se ocultaba un cargamento de heroína con un valor de al menos dos millones de dólares; los normalistas ignoraban que viajaban con la preciada carga y que su destino estaba ligado a ella”. En el reportaje, Hernández no dio el nombre del delincuente responsable. Se reservó ese dato hasta 2021, cuando las indagatorias del gobierno de Andrés Manuel López Obrador estaban ya avanzadas.
Ese año, en entrevista con La Octava, Hernández dijo que desde 2015 obtuvo información de que este capo “habría sido el que había levantado el teléfono” para dar la orden de ir por los autobuses donde se transportaban los normalistas. Era “Martín Elías Navarrete, alias ‘El Elegante’, que llegó a ser un miembro muy importante de los Beltrán Leyva”.
El relato, que es el centro medular del libro de La verdadera noche de Iguala y que establece la razón de la desaparición de los estudiantes, detalla una colusión entre el narco y las líneas de autobuses para el trasiego de droga en Guerrero, situación que se cruzó con las actividades de protesta de los estudiantes a pocos días del 2 de octubre. “El Elegante” habría ordenado recuperar las cargas de heroína de los transportes (según el libro, los estudiantes desconocían que los vehículos llevaban droga): “la cantidad que transportaban los autobuses no era menor y no se podía permitir ese robo aunque fuera accidental; si lo toleraban, se perdería el orden en la plaza”.
Según un informante de Hernández, “de credibilidad comprobada” y con el que tuvo varias reuniones durante 15 meses, “El Elegante” tenía “menos de ocho años trabajando en la entidad” como un socio minoritario de capos más grandes que traficaban droga a Estados Unidos.
Según el libro, este capo tenía en su nómina a “militares del 27 y 41 Batallones de Infantería, policías federales, policías ministeriales de Guerrero, policías federales ministeriales, policías municipales de Iguala y diversas autoridades de los municipios cercanos, así como en la sierra donde se siembra la amapola y se procesa la heroína”.
Descripción de la Policía Federal.
UN TELEFONAZO
Todo inició con un telefonazo. El narco llamó al coronel de infantería José Rodríguez Pérez, comandante del 27 Batallón, para pedirle que “recuperara la mercancía a como diera lugar”.
Hernández especula que “El Ejército era la fuerza de seguridad que tenía mayor autoridad en la ciudad; tal vez el narcotraficante no dimensionó la magnitud del operativo para recobrar la droga”.
Posteriormente, el ejército realizaría la detención de los autobuses Estrella de Oro 1568 y 1531: “De acuerdo con esta versión, en el momento en que los militares rescataban la droga de los autobuses, los normalistas a bordo se habrían dado cuenta de lo que estaban extrayendo de los compartimientos, imprevisto que detonó súbitamente la necesidad de desaparecerlos para no dejar testigos”.
Hernández explica que “El Elegante” sólo “quería recuperar su mercancía y no ordenó la desaparición; por la experiencia vivida con los Beltrán Leyva sabía que la violencia excesiva era el peor enemigo de su negocio”. Sin embargo, las autoridades militares habrían cometido el “exceso”.
“Cuando se enteró de lo sucedido, dice el informante, (El Elegante) se preocupó y se molestó por la acción del Ejército: le ‘calentaron una plaza’ que estaba tranquila y lo obligaron a frenar sus operaciones en Guerrero”.
El capo habría relatado a sus “conocidos de confianza” que la gente de su grupo “no intervino en la operación, dejaron todo en manos de los militares. El mismo personaje desconocería el paradero final de los normalistas, pero alguien le informó que supuestamente habían llevado al menos a un grupo de estudiantes a las instalaciones del 27 Batallón de Infantería”.
“EL ELEGANTE”, EN MANOS DE ESTADOS UNIDOS
Martín Villegas Navarrete se encuentra actualmente en manos de autoridades en Estados Unidos. Habría sido detenido poco más de un año después de los sucesos de Iguala. Fue capturado el 2 de julio de 2015 en la colonia Roma Norte por ser el responsable del tráfico de drogas de los Beltrán Leyva en Ciudad de México, Guerrero y Morelos.
Este capo fue extraditado el 7 de marzo de 2018 a Estados Unidos. Estaba acusado de traficar cocaína a Carolina del Norte, Carolina del Sur, Texas y Georgia. Anteriormente, según medios estadounidenses como MySA, vivió en el país del norte entre 1995 y el 2000, donde estableció una ruta para el tráfico. Luego se establecería en la bahía de Acapulco.
En 2019, “El Elegante” habría llegado a un acuerdo con las autoridades estadounidenses por una multa de 800 mil dólares para obtener una sentencia de 165 meses de prisión (cerca de 14 años). Se declaró culpable ante la Corte de Distrito Norte de Georgia.
Anabel Hernández señala que pudo entrevistar a El Elegante en persona en 2016 (año de la publicación de su libro). La periodista adelantó en entrevistas posteriores que habría una actualización del libro en los próximos años.
Si bien su reconstrucción de los hechos coincide en varios puntos con la presentada por el subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas, el gobierno no ha vinculado directamente a “El Elegante” con la desaparición de los estudiantes. La historia de Ayotzinapa aún está empañada por la impunidad y por las secuelas de un crimen de Estado. Pese al dolor de los padres de los normalistas que perdieron el paradero de sus hijos esa noche cruenta de Iguala de 2014.
@Ciudadelblues
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