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Discriminación, tardanza, malos procesos… ¿Cuáles son las quejas más comunes contra el IMSS?
El IMSS acumula quejas y algunas llegan a Conapred y CNDH. Los principales motivos: malos tratos, diagnósticos tardados o erróneos, discriminación. Los casos de Dafnet y Luis ejemplifican este martirio cotidiano que viven los pacientes. Dafnet acudió por un esguince y la cortaron por accidente: “Salí de urgencias con mi pie enyesado y con puntos en la pierna”, recuerda.
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EMEEQUIS.– “Yo evito a toda costa tener que ir al IMSS”, admite Dafnet, pese a vivir con una enfermedad crónica y estar asegurada por parte de su trabajo. ¿La razón? Negligencias, malos tratos y tardanza en la realización de estudios que deberían ser urgentes.
Las quejas en contra del Instituto Mexicano del Seguro Social son recurrentes dentro y fuera de internet, por lo que EMEEQUIS entrevistó a pacientes con enfermedades crónicas y consultó a través de transparencia para conocer cuáles son, actualmente, los reclamos en la atención del instituto.
LAS QUEJAS POR DISCRIMINACIÓN
A partir de solicitudes de información realizadas por este medio al Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) se pudo conocer que, de 2020 a marzo de 2023, el IMSS ha acumulado más de 54 quejas por discriminación.
Según el documento, las principales causales de discriminación en la atención del IMSS son la orientación sexual, color de piel, género, condición de salud, discapacidad, religión, condición jurídica, apariencia física, embarazo y edad.
En 2020 se presentaron 22 quejas, 12 en 2021, 13 en 2022 y 7 en los primeros tres meses de 2023.
Las quejas por discriminación.
En noviembre de 2022, la Cámara de Diputados aprobó la reforma a los artículos 303 de la Ley del Seguro Social y 29 de la Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, para que ambas instituciones “implementen, de forma periódica y programada, estrategias de capacitación y actualización en materia de ética y protocolos que aseguren una atención digna y eficiente a los derechohabientes” por lo que el personal está obligado a mejorar el servicio con los pacientes.
“NO ME CREYERON”
Las malas experiencias de Dafnet, quien a sus 31 años vive con un diagnóstico de disautonomía, padecimientos cardiacos y long covid, se remontan a cuando ha tenido que acudir a su clínica o al área de urgencias.
“Una vez me caí y me torcí el tobillo, me lo esguincé, entonces me llevaron a urgencias y me tenían que enyesar. Como traía un pantalón ajustado, asignaron a un residente a ponerme el yeso, pero el chico me dice que iba a tener que romper mi pantalón porque era tan pegado que no se podía subir y pues agarró un bisturí y me cortó con eso el pantalón, pero en el proceso pues me cortó la pierna igual. Le dije ‘oye, me cortaste, estoy sangrando’ y me respondía que no, que estaba exagerando y en eso abre el pantalón y, efectivamente, me abrió la pierna. Salí de urgencias con mi pie enyesado y con puntos en la pierna”, recuerda.
Dafnet: su periplo en el IMSS. Foto: Cortesía.
Sin embargo, esa no fue la única ocasión en la que Dafnet se enfrentó a la incredulidad de los médicos de urgencias en el IMSS. Otras dos ocasiones en las que se enfrentó a ello fueron la vez que su padecimiento cardíaco comenzó a manifestarse con desmayos constantes y cuando se contagió de covid, pues debido a que era una mujer joven, se le dijo que no era posible que tuviera alguna enfermedad y recibió un pase a Psiquiatría.
“La primera vez que viví un proceso larguísimo en el que no me creyeron fue en 2017. A causa del estrés, y a que más adelante supe que mi cuerpo estaba predispuesto a generar padecimientos cardíacos, comencé a desmayarme de la nada, llegando al grado de más de seis desmayos en una semana. Pues en mi Unidad Médica me revisaron y me dijeron que no tenía nada, solo golpes por el desmayo y me regresaban con aspirinas.
“Así fueron varias ocasiones en las que de plano me dijeron que estaba bien y que sólo tenía ansiedad y depresión por lo que me dieron un pase a Psiquiatría, no fue hasta una vez que me desmayé cuando estaba sobre una báscula del IMSS y hasta entonces fue que me revisaron… pero mal, me pusieron un Holter para monitorear mi corazón y aunque se dieron cuenta que tenía una arritmia me regresaron a casa diciéndome que lo que ocasionaba los desmayos era el hipotiroidismo”, recuerda.
A Dafnet le pusieron un Holter para monitorear su actividad cardiaca. Foto: Cortesía.
Lo siguiente que vivió Dafnet fue que a pesar de los ansiolíticos y el tratamiento de la tiroides seguía desmayándose por lo que su mamá amenazó con demandarlos si después de los meses así le ocurría algo.
“No procedimos porque después de eso me dieron pase directo a cardiología en La Raza y hasta entonces comenzó mi tratamiento”, relata, aunque en este lapso admite haber tenido que acudir a laboratorios privados para realizarse análisis con mayor agilidad y continuar con un médico particular a pesar del costo.
“Una vez bien diagnosticada por parte del IMSS pude continuar trabajando, pues no podía asistir, ya que al no saber el motivo de mis desmayos ni el tratamiento, corría riesgo de tener un accidente laboral mayor”, explica.
La segunda ocasión, y la última que Dafnet quiso ir al IMSS, fue cuando se contagió de Covid.
“Ya estaba saturando a 84 y mi médico me indicó que me fuera al IMSS, pues cuando fui me dijeron que no era posible que tuviera Covid porque todavía no me entregaban la prueba positiva, la cual llegó a los días, y me dijeron que estaba muy joven para ser de persona de riesgo a pesar de que tenía el diagnóstico del propio IMSS diciendo que padezco una enfermedad cardíaca, me regresaron a mi casa, sin tratamiento y con su diagnóstico de ‘es que seguro como no estás haciendo actividad por eso te cuesta respirar’.
“Desde entonces, trato de ‘aguantar’ algunos dolores o de ir al servicio médico particular. Eso me ha representado un gasto mayor y una deuda médica que sé que no cualquiera puede pagar, pero prefiero eso a ir, perder tiempo y que no me crean, es mucho el maltrato”, cuenta.
Atención Covid en el hospital de Parque de los Venados. Foto: Cuartoscuro.com.
“LA SALUD SE MERMA ENTRE REVISIÓN Y REVISIÓN”
Luis vive con una enfermedad autoinmune llamada espondilitis anquilosante desde hace tres años, y a causa de este padecimiento requiere de revisiones constantes con médicos especialistas y en los últimos años ha tenido que pasar por varias hospitalizaciones, sin embargo su mayor queja del servicio del IMSS es que la tardanza en el servicio así como la diferencia de trato entre un turno y otro en la Unidad Médico Familiar de Guadalajara, donde reside.
“A veces los del turno de la tarde no tienen ni idea sobre cómo se manejan los doctores de la misma especialidad en un consultorio, yo era paciente del matutino pero por razones administrativas pasé al turno de la tarde y no me avisaron que son menos días de atención y el protocolo para ir por receta es completamente diferente.
Extensión hospitalaria en el IMSS. Foto: Cuartoscuro.com.
“En una ocasión quise regresar a preguntarle a mi médico unas dudas sobre mi receta y para eso tuvieron que agendarme una cita. Dos meses para preguntarle cosas, la salud se merma porque entre revisión y revisión algún malestar puede empeorar y así me pasó, por lo que terminé yendo con un doctor particular, para no arriesgarme a algo más grave. Eso significa un gasto imprevisto. ¿Si te mandan a una cita en 5 meses qué haces? Claro que no puedes tener ese tiempo a ver qué te pasa, o si vives”, reclama.
EN CNDH, EL MÁS ALTO EN QUEJAS
EMEEQUIS revisó la base de datos del Sistema Nacional de Alerta de Violación a los Derechos Humanos y desde 2014 hasta 2022 la autoridad con el mayor número de quejas por violaciones a Derechos Humanos es el IMSS.
En 2014 tuvo 1542 quejas; en 2015 hubo 2185; en 2016, 2074; en 2017, 2634; en 2018 se presentaron 2532; en 2019 hubo 3374; en 2020 hubo 3373; para 2021 hubo 2704 y en 2022 hubo 3789.
Esto quiere decir que de 2014 a 2022, el número de quejas por violaciones a los derechos humanos del IMSS fue de 24 mil 207.
@FridaMendoza_
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